
¿Puede la obra de Alison y Peter Smithson venir al rescate de la arquitectura actual?
Salvo, tal vez, por la escuela en Hunstanton, su primer proyecto de 1954, la arquitectura de Alison y Peter Smithson resulta extraña, enigmática. “A veces incluso fea”, apunta Jonnathan Sergison. Está lejos de cualquier convención y, sin embargo, está tan repleta de ideas que convierte a sus autores en “profesores de cualquiera que quiera leer, escuchar o mirar su trabajo”, ha escrito Mark Wigley.
Ambos, Alison y Peter Smithson, tuvieron padres profesores, recuerda su hijo Simon en el prólogo de Alison & Peter Smithson A Critical Anthology editada por Max Risselda que ha publicado Ediciones Polígrafa. Y en ella Wigley asegura que su voz única de profesores “fue marginalizada por un mundo arquitectónico con miedo a parar, amenazado por una pareja como ellos que insistía en dudar, en repensar”. Los textos de Philip Johnson, Peter Eisenman, Peter Cook, Beatriz Colomina, Peter Salter, Irénée Scalbert, Sergison&Bates o Mark Wigley, entre muchos otros, sobre obras o aspectos del trabajo de estos arquitectos ingleses destilan admiración.