FOTO: Héctor Santos-Díez/ Bisimages
¿Puede un edificio abrirse y cerrarse a la vez? El nuevo centro de salud de Monterroso (Lugo), de Ábalo y Alonso, consigue hacerlo.
El centro de salud de Monterroso atiende además de a quienes viven en esa villa del interior de Lugo a los vecinos que llegan de más allá del pueblo. Tiene sentido así que las nuevas instalaciones estén cerca del apeadero de autobuses. También que ocupen toda la parcela: la población va envejeciendo como en casi toda España y crecen así los problemas médicos.
El edificio se cierra a las vías del este y del sur y quiere abrirse a una pequeña zona verde, que comparte con el apeadero. Esa doble condición, la de cerrarse y abrirse, lo convierte en un edificio-ventana y en un edificio-pizarra a la vez: una roca escultural o más bien un muro rural forrado, en todas sus fachadas y en su cubierta con ese mineral de la zona: la pizarra. Pero hay más decisiones en el proyecto de Ábalo y Alonso.
La topografía indica un camino. Y el edificio se hunde ligeramente para que el sol llegue a la calle por la que se accede al inmueble. La construcción es compacta, pero un vacío de doble altura, un lucernario y cuatro patios ingleses llevan luz y aire al interior sin sacrificar la intimidad de los pacientes.
La pizarra que envuelve todo el proyecto también resulta paradójica: le da a la vez solidez y contundencia y, sin embargo, borra la presencia del inmueble camuflándola con los muros del pueblo. Ese acabado uniforme de pizarra está roto por placas de acero galvanizado que refuerzan y facilitan el mantenimiento en los patios, las zonas de acceso y los huecos del inmueble. En el interior, los acabados en roble y la luz que se cuela por los patios cambia el estoicismo exterior del edificio por una claridad amable.
Hay 2 Comentarios
Gran proyecto. Sin estridencias, sin formalismos innecesarios, y sin embargo, tan elegante.
Publicado por: adrv arquitectos | Burgos | 21/05/2013 13:43:17
Me encanta!!!
Publicado por: Electrica | 17/05/2013 11:11:58