FOTOS: Pedro Pegenaute
Las paredes hablan en esta academia. Muros blancos y sinuosos envuelven a quien entra en el establecimiento. Esas curvas anuncian la limpieza y el cuidado del pelo. El techo secunda ese mundo onírico y limpio. Y el suelo también tiene algo que decir: busca reflejar el paso del tiempo. La combinación de baldosas de diversos tipos y acabados compone collages como mapas de la existencia de L’Oreal, la marca centenaria dueña de esta escuela de peluquería en Barcelona.