Estudio de Diego Rivera
El pedregal de San Ángel, al sur de México D.F era, como su nombre indica, un lugar inhóspito, un mal sitio para vivir. La arquitectura de algunos de los grandes (de O’Gorman a Barragán) la transformó, desde los años treinta, en uno de los barrios más atractivos (hoy más caro que atractivo) de la capital mexicana. Allí compró un solar el joven arquitecto Juan O’Gorman y allí levantó su casa, uno de los primeros ejemplos del funcionalismo latinoamericano. El resto del terreno se lo ofreció a Diego Rivera por lo que le había costado con una condición: que le encargara la casa. Corrían los primeros meses de 1929 y O’Gorman tenía 24 años, pero Rivera estaba fascinado con el poder transformador que leía en su vivienda “una arquitectura sin miedo al cambio y capaz de cambiar las cosas”. Le encargó no solo una vivienda sino dos: una casa-estudio para él –la casa roja- y otra para Frida Kahlo, la casa azul.