Diseñar con retales es peligroso

Por: | 06 de junio de 2014

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FOTO: Marcela Grassi

El edificio que concentra las oficinas de gestión de las fuerzas vivas del diseño barcelonés, Design Hub (DHub), junto a la plaza de Las Glorias, ha desplazado las sedes administrativas del legendario FAD (Fomento de las Artes Decorativas), el BCD (Barcelona Centro de Diseño) y el futuro Museo del Diseño de ubicaciones céntricas al lugar por donde la ciudad apuesta por crecer. Puede que sea eso, esa ubicación en el extrarradio, lo que ha inspirado en el equipo del arquitecto Jordi Badía la idea de relacionar collage con confort para firmar su interiorismo. El visible patchwork de las paredes trata de domesticar unas oficinas que, por tamaño y ubicación, tenían muchos números para perderse en la periferia.

 

Así, el tradicionalmente sobrio y elegante Badía ha apostado aquí por el empleo del papel pintado, que, según él mismo explica, “relaciona el espacio con las modas, el diseño y el paso del tiempo”. Y, una vez admitida la sorpresa inicial del juego visual, e incluso agradeciendo el ambiente cómodo y colorista de un lugar de trabajo, esa misma estrategia defendida por el arquitecto se convierte, enseguida, en la mayor debilidad del proyecto: su fácil asociación al paso del tiempo. Es cierto que el abrumador collage de papeles pintados parece dar vida al espacio pero, ¿qué sucederá cuando esos despachos reciban la vida verdadera, es decir, el jaleo de papeles, libros y enseres de quien trabaja en una oficina? ¿Cuánto más desorden y variedad será capaz de absorber o rebajar ese fondo confuso y entrometido?

El color de las paredes, el estampado a bandas en este caso, puede parecer un factor irrelevante para juzgar un espacio. Se trata, ciertamente, de una cuestión epidérmica y no muy cara de alterar (en interiorismo pintar o empapelar tiene fama de ser lo más económico, sanear las paredes o enyesarlas para que queden lisas ya es otro tema). Sin embargo, la manera en que la yuxtaposición de estampados se entromete en el espacio hace que esa decisión superficial se convierta en una apuesta de riesgo que, como tal, tiene ventajas e inconvenientes. Una decisión así adquiere plena relevancia cuando, apostando por el efecto plástico, se hace convivir la extravagancia de una mezcla de papeles pintados con piezas insignes del diseño español: desde sillas y sillones hasta lámparas, como la TMM de Miguel Milá, cuyo principal mérito está muy lejos de la voluntad de epatar o sorprender al representar justo lo contrario: la permanencia, la resistencia frente a las modas y el paso del tiempo. Así las cosas, las nuevas y coloristas oficinas del diseño barcelonés institucional entran por los ojos, parecen –incluso- invitar a convivir, pero plantean serias dudas. ¿Queremos estar al día transmitiendo una imagen de cercanía y moda global o queremos que nos dejen ser, incluso que nos valoren, por lo que realmente somos?

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Hay algo mucho más preocupante que el interiorismo de Badia, es la falta de previsión del arquitecto MBM en lo que respecta a la insolación de las oficinas. Los trabajadores van con gafas de sol y vaporizadores para no acabar deshidratados. Ahora están poniendo filtros y cortinas pero hay unos elementos muy nuestro que solucionaría el problema y que MBM impide colocar, persianas o toldos. Las condiciones de trabajo son muy poco cómodas por más "hogareño" que sea el interior decorado.

La idea me parece buena, comparada con edificios grises y fríos. Pero hay un exceso. Y como todo en todas las cosas de la vida, cuando hay un exceso, se convierte en "demasiado".

Creo que peca un poco de catálogo de estampados, y eso hace que no veas la oficina como un espacio amplio y apacible. Incluso diría que genera un poco de angustia sentirse dentro del catálogo de retales, porque tampoco los han usado (aparentemente) para caracterizar los espacios y diferenciarlos, sino que parece un poco todo lo mismo, además de laberíntico.
Puedo ser demasiado clásico, pero considero que un espacio creativo es mejor cuanto menos distraiga, y en este lugar a mi me costaría dejar de mirar las paredes.
Al margen de eso, me parecen muy bonitos y originales los estampados. Y supongo que Desigual se sentirá como en casa en estas oficinas :D

Vamos a ver, vamos a ver... Hay asuntos que no tienen vuelta de hoja. Por ejemplo un blog que vaya de cómo rellenar la declaración de la renta, o de asuntos de salud, o mil cosas. Son asuntos de blanco o blanco: esto se hace así y punto pelota. Otros asuntos tienen que ver con la creatividad, y ahí las cosas pueden gustar más, menos o nada. La arquitectura es uno de estos asuntos, como lo es la confección de alineaciones de fútbol y mil cosas. Yo soy una persona abierta que no está actualizada en absoluto porque de esto no tengo mucha idea y con un criterio más sólido que el hormigón porque sé perfectamente lo que me gusta y lo que no, y eso he dicho: no me gusta. Lo de "resultón" fue un piropo que a lo mejor ni se merece. Además he dicho por qué no me gusta: porque marea. A mi, claro, que por eso opino.

Yo pensaba que este blog lo veían personas abiertas, actualizadas y sobre todo con criterios sólidos, más allá del "resultón", "mi gusto", etc...pero veo que no es así. Creo que es un proyecto inteligente, que humaniza un espacio que puede resultar industrial; sobre lo de los papeles, pues lógicamente se han usado los de Tres Tintas, que es a día de hoy de los pocos fabricantes de este país donde la tendencia, vanguardia y comercialidad se dan la mano...además es catalán...¿ Que mejor ?

Y qué pasa con el diseñador al que le gusta o, más aún, necesita rodearse de sus recortes, fotos, recuerdos, etc, etc, y pegarlos en las paredes que lo rodean porque le resultan inspiradores? Este interiorismo ¿interiorismo? es una buena medida que preserva la asepsia de las paredes y del entorno de trabajo. Pero y el resto ¿qué? ¡Horror! Si hasta parece que un distribuidor de papeles pintados hubiera participado del encargo para deshacerse de aquello de lo que no sabía cómo. Hasta ahora. Y ¡en Barcelona, nada menos!

No puedo hacer ningún comentario porque lo has expresado muy bien. Pero bueno, por dejar algo en la entrada. Qué cojones: es resultón, pero no para mi gusto. Entrar ahí con una digestión pesada o peor aún con un tripi tiene que ser una experiencia horrorosa.

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Del tirador a la ciudad

Sobre el blog

Del tirador a la ciudad. Ése era para Mies van der Rohe el ámbito de su oficio. La arquitectura, como la sanidad o la educación, nos afecta a todos. Puede también fascinarnos. Como todo informador, me valdré de lo que creo saber. Trataré de no enmascarar lo que ignoro.

Sobre el autor

Anatxu Zabalbeascoa

La periodista e historiadora escribe sobre todas las escalas de la arquitectura y el diseño en El País y en libros como The New Spanish Architecture, Las casas del siglo, Minimalismos o Vidas construidas, biografías de arquitectos.

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