FOTO: Elvira Tomazoni
No puede ser casualidad que los dos primeros Premios de las Américas Mies Crown Hall, anunciados la pasada semana para reconocer la mejor arquitectura levantada en América, hayan recaído en sendos proyectos ideados por europeos. El propio Mies van der Rohe que les da nombre fue, a la vez, un proyectista en Europa y otro –de mayor escala- en Norteamérica.
En realidad, fue otro arquitecto europeo más, el holandés Wiel Arets decano de la Escuela de Arquitectura del IIT (Illinois Institute of Technology), quien propuso la creación del premio, el segundo gran galardón que se concede en la ciudad de Chicago, sede del Pritzker Prize. Para Arets el mejor futuro de la disciplina está más “en la conexión entre el talento de los proyectistas del mundo” que en la reivindicación de un hacer autóctono. Por eso, además de los 50.000 dólares con los que está dotado el galardón, los premiados son invitados a ocupar una cátedra durante un año académico en la mítica escuela de arquitectura del IIT que van der Rohe levantara en la ciudad norteamericana.