FOTOS: Clara Ledo
Quisiera acabar el año con una verdad, no por evidente reconocida, la que lleva por título este último post de 2014. La figura del arquitecto como guía puede verse gráficamente en este reportaje, que resume en imágenes la transformación de una antigua escuela en Centro del Conocimiento y la Creación (CECOCRE) en Torre Pacheco (Murcia) a manos de los 37 jóvenes una Escuela Taller de la ciudad y bajo la batuta del arquitecto cartagenero Martín Lejárraga.
Además de aprender un oficio, aprovechar esta segunda oportunidad y volver a empezar casi de cero, los jardineros, albañiles, pintores y electricistas reunidos en este proyecto levantaron, saneando el antiguo Colegio de Nuestra señora del Rosario, el flamante CECOCRE en el centro de la ciudad. Aprendieron, adquirieron experiencia, cobraron por su trabajo y ayudaron a construir el lugar donde viven.
Lejárraga dice que la pinta de satisfacción que tienen los alumnos al posar junto al centro es a la vez causa y consecuencia. Durante los casi dos años que duró la construcción del nuevo centro, la antigua escuela fue a un tiempo aula teórica y sitio de obra práctica para 37 alumnos. Fueron ellos los que, guiados por el Lejárraga, reestructuraron los espacios exteriores –replanteando la vegetación en torno a las pistas deportivas para conectar el centro con las instalaciones circundantes-, fabricaron el mobiliario exterior –con los restos del patio del colegio- renovaron las instalaciones eléctricas y desarrollaron patrones de camuflaje para inyectar nueva fuerza visual al nuevo-viejo edificio.
“La arquitectura se hizo eco de la transformación que los jóvenes vivieron”, explica Lejárraga. Y es cierto que el nuevo centro transmite con su frescura y su osadía una vocación social que habla de comunidad, de suma de partes, de sentido y de futuro. Para el edificio y para las personas.
NOTA: El presupuesto de esta obra fue de 1.040.176 euros (destinados a pagar a los alumnos, los profesores-capataces, la administración y la directora de la escuela) y de 120.168 euros para los materiales empleados en la rehabilitación de 1.309 metros cuadrados –y el jardín de 6.271), las equipaciones de los alumnos y las herramientas.
FOTOS: David Frutos
Hay 3 Comentarios
Un proyecto arquitectónico siempre es algo más que el alzamiento de un edificio. Es la combinación de todas las fuerzas individuales que se suman en un equipo profesional. Juntos, no solo comparten trabajo, sino ilusión.
Publicado por: Vivienda Modular | 04/02/2015 19:49:18
Proyecto GENIAL, no se podría hacer lo mismo con todos los edificios públicos que hubiese que actualizar? No se debería obligar a todas las instituciones oficiales de este país, por lo menos a nivel de ayuntamientos a que este tipo de obras se realizasen así? Mataríamos varios pájaros de un tiro?
Emplear a la Juventud.
Incorporarlos al mundo laboral.
Formarla con presupuestos muy aquilatados.
Rehabilitar edificios con un menor coste en la mano de obra.
Según escribo pienso, se podría exigir que las constructoras que ganasen estos concursos de rehabilitación, solo contratasen jóvenes sin experiencia ni trabajo bajo la supervisión de los centros de formación necesarios?
Publicado por: BobBlue | 08/01/2015 13:39:09
Un proyecto muy interesante. La arquitectura reflejando un cambio interior. Transformar el espacio guiando a la gente que lo disfrutará para que sean ellos mismos quienes lo hagan. Fantástico.
Publicado por: Alberto | 30/12/2014 11:20:27