
FOTO: Cristina Guadlupe Galván. El Cuc, instalación interactiva que se anima a través de sus usuarios (en colaboración con Guillermo Laborde). Barcelona 2003.
Cristina Guadalupe Galván (Gran Canaria, 1979) está convencida de que todo el mundo debería irse fuera “para crecer”. “Dejar la Ítaca de uno es importante para poder conocerse. Fuera de Figueras, donde creció (“aunque nací el las Palmas, al año nos mudamos a Figueras por el trabajo de mi padre, que empezó de juez en La Bisbal y Figueras. Allí vivimos cuatro años antes de acabar en Barcelona, pero siempre guardamos un vínculo con el Ampurdán, tierra de poetas y marinos, y cuna del surrealismo”), su historia arrancó cuando tenía 21 años “vendí un equipo de voces que tenía de un grupo de música en el que estaba y me compré un billete a Nueva York. A los 3 meses tenía trabajo, casa, amigos y hasta un medio novio. Regresé para acabar la carrera de arquitectura, pero sabía que iba a volver. Ocho años después lo hizo “para quedarme”, ahí sigue.
Es difícil encontrar trabajo en Nueva York ¿Por qué cree que usted lo consiguió? Soy una mezcla de artista conceptual, arquitecta, fotógrafa y escritora. Siempre lo hice todo, durante el día las obligaciones y lo que me daba de comer (los estudios y después la arquitectura) y todo lo demás a deshoras. Ahora tengo Idée-Fixe, un estudio transdisciplinar de arte y arquitectura en un loft de Chinatown y trabajo en diversas cosas a la vez. Mi trabajo cambia de medio según el proyecto (muy derivativo del quehacer arquitectónico). Últimamente estoy completamente inmersa en el mundo del cristal. Tenía la idea de otro proyecto (que al final va ser de plástico) y durante el proceso de aprendizaje me inventé esta técnica de escritura por moldes, y estoy “escribiendo” murales de cristal en la pared ¡y los estoy empezando a vender!
¿La clave está en no apostar el futuro a una sola baza? Tengo siempre varios proyectos en marcha y además colaboro como freelance con diferentes artistas o arquitectos. En los últimos cinco años he estado trabajando con Denise Scott Brown en temas editoriales y expositivos, en torno a su colección de fotografía y he hecho la traducción al español del ultimo libro que escribió junto a Robert Venturi, Arquitectura como signos y sistemas. Además colaboro regularmente, desde hace 10 años, con revistas de arte y arquitectura como DAMn magazine (Bélgica), Uncube (Alemania) o Arquine (Mexico). Así somos las nuevas generaciones. El año pasado diseñé para un coleccionista de arte una extensión de su estudio en el valle del Hudson y estoy empezando ahora un nuevo proyecto, voy a escribir el próximo libro del artista Peter Halley con Power House (NY), sobre su trabajo más espacial, las instalaciones. Ya lo decían Marshall McLuhan y Quentin Fiore en los 60s en su libro El medio es el masaje, la especialización es de la época industrial “mecanización” y “especialidad”, las nuevas tecnologías cambian la relación entre el saber y su aplicación. Somos mucho más flexibles y multidisciplinares que las generaciones anteriores. Y las que vienen aún más. Eso no se cuestiona.
¿De dónde venía, qué dejaba atrás? Mi hermana y yo habíamos estudiado en Liceo Francés, por aquel entonces lleno de hijos de intelectuales de izquierdas que huían de un sistema educativo religioso derivado del franquismo. Crecimos laicas. Ni bautizada estoy. Muy de los años 80 y de ese período tan creativo y rebelde que tuvo España. Luego fui a la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) dónde estudié Arquitectura (ETSAB), y estuve más de un año de intercambio en Paris, durante el cual trabajé a pie de obra durante la construcción del Museo del Quai Branly de Jean Nouvel.
¿Qué ha sido mejor y qué peor de lo que esperaba al decidirse emigrar? No sé muy bien lo que esperaba. No tenía muchas expectativas a nivel consciente. Ya conocía la ciudad y tenía claro que aquí seguía mi formación y vida personal. Creo que si no tienes expectativas llegas mucho más lejos porque no te pones un límite de entrada. Es mejor trabajar duro y dejarse llevar por la intuición y el placer. Como dice Robert Venturi “Do what you love” (haz lo que amas).