Pintura convertida en arquitectura (I)

Por: | 16 de noviembre de 2015

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FOTO: Boa Mistura 

Nadie se atreve con lo recién pintado. Hay que ser muy cafre para pisar, tocar y no digamos dañar, una superficie en la que todavía brilla la pintura. Si no nos detiene la posibilidad de estropear el trabajo de otro, nos debería frenar la certeza de que también nosotros vamos a quedar marcados. Así, aunque la pintura tiene esa capacidad defensiva, han sido otros atributos –como la economía, la inmediatez y la capacidad de alterar las superficies y con ello reforzar las identidades- lo que ha llevado al colectivo Boa Mistura a recurrir a ella con frecuencia.

Lo han hecho uniéndola a palabras, a veces, y siempre empleándola para provocar tanta alegría como reflexión en diversos rincones del mundo. Por eso este blog está dedicado esta semana a tres trabajos sorprendentes (de los muchos que pueden verse en la  web de este colectivo afincado en Madrid) realizados en distintos países con tres resultados distantes.

Empezaremos por el mundo que mejor conocemos. ¿Cómo reconvertir un espacio urbano en una ciudad europea? ¿Cómo alterar un uso al que estamos acostumbrados? ¿Cómo hacer que dejemos de aparcar en un solar y comencemos a usarlo como espacio para el encuentro, como una plaza, como parque sin vegetación?

Sucedió junto al lago Mjøsa en Hamar, la tercera ciudad de Noruega, en el interior del país. Hasta allí llegaron los integrantes de Boa Mistura de la mano de otro estudio español, Ecosistema Urbano. Fueron estos, el despacho capitaneado por Belinda Tato y José Luis Vallejo, los que recibieron el encargo de recuperar la plaza a partir de un sistema participativo, es decir: escuchando a los ciudadanos, a los que aparcaban y a los que no lo hacían.

Javier Serrano es el arquitecto de Boa Mistura, un colectivo que, junto a él, capitanean dos licenciados en Bellas Artes, un publicista y un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Todos son españoles, jóvenes y probadamente cosmopolitas. Han trabajado en Serbia, Panamá, Estados Unidos o Argelia. Todos son también chicos de barrio: se conocieron en la calle, haciendo graffiti cuando tenían 15 años. Así, es Javier quien explica que stortorget es la palabra noruega que define el espacio público que es una plaza. Eso fue lo que Ecosistema Urbano quería recuperar. Al principio invadieron el aparcamiento con rocas que podían servir como bancos. Pero ni eso disuadía a quienes querían aparcar. Por eso recurrieron a los expertos en pintura. En manos de Boa Mistura, los 1.500 metros cuadrados del suelo de la plaza se convirtieron en una alfombra tejida a brochazos con una ornamentación que, de lejos y en grande, remitía a las cenefas geométricas de los jerseys de lana tradicionales noruegos: un nuevo manto sobre el suelo, una plaza recuperada con una inversión mínima.

Nota: Boa Mistura no quería dar un precio por metro cuadrado ni por intervención. Alegan que es imposible calcularlo. Pero, como defienden la transparencia y este blog considera importante el dato económico, han calculado que los proyectos que mostraremos han tenido un coste de entre 20 y 30 euros por metro cuadrado.

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Hay 3 Comentarios

Las iniciativas de Boa Mistura son un ejemplo a seguir por las administraciones, que realmente no hace ni caso. Se dedican a lo mismo a lo que han dedicado los últimos diez años: rehabilitar, recuperar y embellecer espacios urbanos, junto a los vecinos que viven ahí, para que descubran la importancia de trabajar juntos en el cuidado de su lugar en el mundo.

Un gran colectivo....

Creo que hace tiempo vi algo parecido que hicieron en mi país donde pintaron varias casas, que ya que lo vez a lo lejos se ve espectacular por que es un paisaje...y es una colonia pobre.

Hola, he visto grafitis de Boa Mistura en el barrio madrileño de Malasaña, reconozco que me encantaron, incluso me hice fotos con mi hija, tienen mensaje positivista, y ahora, al leer este articulo me sorprendo gratamente, no sabia de sus demás trabajos, pero volviendo al articulo, me llama la atención el coste del m2, creo que desproporcionado por el coste de materiales y del trabajo realizado, creo que todo el coste lo soporta la idea , y hablando de “arte” me pierdo, no hay mayor subjetividad de valorar el ingenio y el arte. Por otro lado, la idea es perfecta para una cultura respetuosa como la noruega, dudo de su eficacia en Madrid, por ejemplo.
Y como ejemplo pongo: En Madrid y muchas otras ciudades, las puertas de seguridad de los comercios están grafiteadas, a algunos comerciantes no les preocupa porque solo se ven cuando bajan el cierre, pero a otros si, y por eso, encargan a algún grafitero que le decoren su persiana de seguridad con algún motivo relacionado con su actividad o su marca comercial, esto surte efecto, otro grafitero respetará el arte del primero, pero por qué se respeta el arte efímero y no la persiana que además es propiedad privada?

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Del tirador a la ciudad

Sobre el blog

Del tirador a la ciudad. Ése era para Mies van der Rohe el ámbito de su oficio. La arquitectura, como la sanidad o la educación, nos afecta a todos. Puede también fascinarnos. Como todo informador, me valdré de lo que creo saber. Trataré de no enmascarar lo que ignoro.

Sobre el autor

Anatxu Zabalbeascoa

La periodista e historiadora escribe sobre todas las escalas de la arquitectura y el diseño en El País y en libros como The New Spanish Architecture, Las casas del siglo, Minimalismos o Vidas construidas, biografías de arquitectos.

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