
FOTO: Brigitte Lacombe
Algunas de las profesionales que más han aportado a la arquitectura reciente en el mundo hispánico apuntan para este blog cuál ha sido la impronta de la fallecida Zaha Hadid en su profesión. El resultado compone un retrato poliédrico y paradójico, una semblanza a 16 manos de la primera mujer en conseguir el Premio Pritzker.

Museo de la Montaña Messner en el Tirol. FOTO: Inexhibit.
Fernanda Canales:
Creo que las mayores aportaciones de Zaha Hadid fueron las siguientes:
-Ampliar las posibilidades formales y estructurales de la arquitectura y con esto redefinir el concepto de fluidez espacial.
-Lograr convertir unos dibujos radicales en edificios.
-Y abrir nuevos caminos en las discusiones de género.
Considero que la estación de bomberos de Vitra en Basel fue la demostración física de que una fantasía podía no solo construirse sino ser domesticada.
Para mí, su máxima enseñanza está en defender el proceso creativo a través del dibujo, que es donde su trabajo es no solo más valioso sino además irrepetible.

Centro Heydar Aliyev en Bakú. FOTO: Hufton & Crow.
Fuensanta Nieto:
Quizá el hecho de que Zaha Hadid fuera tan diferente a mi propia forma de ser, modo de pensar y manera de hacer arquitectura sea lo que me hace valorarla con más distancia y objetividad. En ocasiones las obras que más nos sorprenden y hacen reflexionar son, paradójicamente, aquellas que consideramos más alejadas de los planteamientos a los que creemos sentirnos más vinculados. Eso las convierte en motivo de admiración. Me admiró siempre su determinación. Cuando la invité a dar por primera vez una conferencia en Madrid (en El Escorial), a finales de los 80, ella aun no había construido ningún edificio, pero ya se mostraba enormemente exigente y orgullosa. Cuando con el paso de los años, tuve la oportunidad de visitar varias de sus obras, en Alemania, en España, en Líbano, en Italia o en China, comprobé que esa determinación y enorme talento habían hecho posibles formas y espacios que antes nunca habían sido construidos. Sin duda Zaha es ya parte de la historia de la arquitectura, independientemente de la cuestión de género. Pero también lo es por haber sido la primera mujer en llegar a un lugar hasta entonces reservado solo a los hombres.

Centro Heydar Aliyev en Bakú. FOTO: Iwan Baan.
Carme Pinós:
Por descontado Zaha Hadid tiene un lugar en la historia de la arquitectura, forma parte de un grupo reducido de profesionales que han creado la arquitectura de marca: esa arquitectura que toda ciudad que se precie no puede dejar de tener.
Zaha tenia un lenguaje fuerte y propio que dominaba con una gran habilidad. Era capaz de diseñar unos zapatos, una biblioteca o cualquier objeto o edificio con las mismas líneas, siendo después el resultado unos zapatos reales o una biblioteca que funcionaba.
No le fue fácil ser una arquitecta reconocida. Al principio, cuando ya sus diseños estaban cambiando la manera de ver la arquitectura, les era más cómodo a los que tomaban decisiones verla como una teórica que como una arquitecta. Hacia proyectos que después se los daban a otros. No fue hasta más tarde que se hizo creíble. Que esto fue debido a que era mujer o bien a su gran osadía, no lo sé, pero creo que a las dos cosas, ser mujer y genial resultaba imperdonable…
Por mi parte, le encontraba a faltar un compromiso con la arquitectura más allá de su valor formal. Añoro aquellos tiempos en que los arquitectos tenían un discurso social.