Cuanto más se trabaja en algo más imposible se hace terminarlo. Lo sabía Picasso. Y lo escribió Balzac en “La obra maestra desconocida”. Al hacer y rehacer un trabajo, la imagen definida aparece y desaparece como los meandros de un río camino de la desembocadura. El libro Conversaciones con Enric Miralles trata de rescatar el ideario del arquitecto (1955-2000) a través de sus respuestas a las entrevistas que le hicieron. Un año más, este blog rinde homenaje al arquitecto cuando se cumplen 16 años de su desaparición.
Cementerio de Igualada
“Hoy podría haber terminado si hubiera sido capaz de detenerme a tiempo”, escribió Giacometti. Pero el escultor y pintor suizo sabía que era necesario atreverse a dar una última pincelada que pudiera hacerlo desaparecer todo. “Es esencial trabajar sin ideas preconcebidas. Sin saber de antemano a qué va a parecerse la tela”. “Una pintura es así un trozo de tiempo. Un lugar donde depositar la intensidad de un trabajo”, concluyó el arquitecto Enrique Walker en 1999, tras dialogar con Enric Miralles a propósito del libro que uno de los retratados por Alberto Giacometti, James Lord, había escrito a partir de las 18 sesiones en las que, en 1964, posó para el suizo.
Ese proceso de trabajo consistente en hacer, deshacer y rehacer le sirvió al proyectista argentino para mantener una conversación con Miralles que había permanecido inédita hasta ahora. Ese diálogo ve finalmente la luz en el libro editado por Gustavo Gili que ha compilado Carlos Muro.
El lector hallará en este libro información de primera mano sobre la manera de trabajar del Miralles:
“La arquitectura es una profesión en la que el resultado final tiene que ser positivo. No importa con cuántos problemas te encuentres; al final, las obras, las construcciones, se resuelven en algo positivo”. “Me interesa afrontar los proyectos de arquitectura de un modo menos certero, más aproximativo”.
Extensión Ayuntamiento de Utrecht (Holanda)
“Muchos despachos trabajan a partir de opciones”. “Se proponen tres y luego se escoge una de ellas, o un poco de cada una. Por el contrario, yo procuro trabajar con una única opción, con una única línea de trabajo. Diría que trabajo casi como por variaciones sobre una misma cosa en un sentido musical”. “Me he dado cuenta de que el trabajo por aproximaciones sucesivas, por variaciones en tu propio proyecto, adquiere una intensidad que le permite estar al lado de los otros; es tan perfecto o tan imperfecto como los demás”. “Se trata simplemente de hacer un esfuerzo para que lo que haces te siga interesando. En lugar de decir ‘ya está, ya he terminado’, intentar que el trabajo y las constricciones sean algo cotidiano y sigan formando parte del trabajo”.
Conocerá sus principales valores, los pilares de su arquitectura:
Louis Kahn “es uno de los pocos arquitectos que trabajó de manera verdaderamente independiente, uno de los arquitectos más independientes que conozco”.
Casa Fisher Louis Kahn
Parlamento Escocés
“Un arquitecto experimenta a lo largo de toda su trayectoria profesional. El experimento está ligado a la duración de tu vida, no a la duración de tus edificios”. “Lo bonito de Kahn es que no tuvo tiempo de comprobar nada, pero tuvo intuición y la siguió”.
“Si pudiéramos leer a Louis I. Kahn, su trabajo sería lo más parecido al de Marcel Proust: gestos encerrados en sí mismos, en parte memoria, en parte intuición. Muy pocos arquitectos han sido capaces de realizar un ejercicio similar”.
Le Corbusier: “Es quien nos da confianza por su constante volver a pensar. La rotundidad de sus dibujos no son imágenes, son lugares del pensamiento”
Asamblea Chandigarh de Le Corbusier
Bruno Taut: “Me siento partícipe de la tradición que valora el fabricar como el origen del pensamiento. Más próximo a esta forma de operar que a la tradición que busca la idea abstracta como el origen de la actividad constructiva”.
Mesa Ines table de EMBT
Aldo van Eyck: “Me interesan los edificios que esconden sus secretos, y eso tiene mucho que ver con vivir en un edificio y dejar que pase el tiempo”. “Me interesa lo que está escondido. Te permite volver a mirar y redescubrir”.
Parque en un solar de edificios destruidos durante la Segunda Guerra Mundial en Amsterdam de Aldo van Eyck
Su manera de entender la profesión de manera reflexiva:
“Creo que cada uno descubre nuestra profesión a medida que la va ejerciendo; no hay tiempo para racionalizarla. Es decir, uno va descubriendo los proyectos mientras los hace”.
“Uno solo hace aquello que sabe hacer”.
“Confundirse un poco con las cosas no significa distraerse. Es un proceso que exige una gran concentración”.
Metafórica:
“No tengo ningún interés en esquivar la ola. Prefiero darle un tortazo y que me pase por encima. Lo que me interesa es ver venir la ola, mezclarme con ella y salir de no sé dónde. Si esquivas la ola te quedas ahí esperando la siguiente como un tonto”.
O pragmática:
“Cuando un muro tiene 20 cm de grosor, casi siempre es de ladrillo. Si un recinto tiene tres metros de luz, su estructura seguramente será de madera; si tiene 6 metros seguramente será de acero; y si tiene 14, seguramente de hormigón postensado. Un edificio es fundamentalmente un ejercicio de dimensiones. Una vez decididas las dimensiones, el material es obvio”.
Conocerá también las opiniones de Miralles sobre la arquitectura que triunfaba en el momento en el que él también lo hacía y muy poco antes de su muerte prematura:
“Actualmente [1999] existe una presión muy banal sobre la materialidad, donde las fachadas se transforman en una especie de exhibición”. “Me gusta pensar que mis edificios serán invisibles. Me gusta decir que hemos logrado cierta invisibilidad en la percepción de las cosas”.
“Alguna de estas taxonomías se acerca al chiste y los resultados son del tipo: ‘El extraño caso del suelo que se transformó en pared’ o ‘El increíble suelo que es techo’.
Se dará cuenta, finalmente, de que para Miralles, preguntar era un trabajo continuo:
“Me ocurre mucho con los estudiantes. A mí me interesa qué tienen las demás personas en la cabeza”.
Hay 1 Comentarios
Irrepetible e inolvidable; se le sigue echando en falta, su hueco sigue sin rellenarse. Me vienen ahora dos procesos: el pabellón deportivo de Huesca: la fragilidad y el riesgo, la relación entre el proyecto y la obra, la crisis, su reacción y la asunción del compromiso; y como opuesto, el parlamento de Escocia, definición proyectual y ejemplo de control de la obra con intervención justificativa de los costes en un memorable proceso indagatorio que creo que aún estará accesible en la red..
Publicado por: josé antonio garcés | 05/07/2016 11:24:44