Discusiones de sobremesa: 1-En la Edad Media se vivía mejor

Por: | 25 de julio de 2016

William_Morris

Este post inicia una serie de discusiones de sobremesa para invitar a pensar durante el verano. Esta serie recurrirá a ideas extraídas de textos sobre arquitectura o diseño para tratar de sembrar dudas o plantear cuestiones dignas de discusión.

 

En la Edad Media el artesano, aún sin comodidades, vivía mejor que sus sucesores hoy. Producía las mercancías que le vendía a la persona que fuera a utilizarlas. Sin intermediarios. “Sólo los excedentes pasaban a manos de los mercaderes, los cuales, no hay que olvidarlo, no eran esos meros apostadores en el juego de la oferta y la demanda que son hoy, sino unos imprescindibles distribuidores de bienes. Se le pagaba por su esfuerzo en traer mercancías de lugares en que abundan a otros en que escaseaban, y nada más”. Las leyes contra acaparadores y especuladores nos dan una idea de la forma en que se contemplaba el comercio en la Edad Media, es decir, como comercio, no como parasitismo.

Una clave importante es que el público era un buen juez de lo que se vendía. “Los artesanos no trabajaban para el lucro de un amo, sino para ganarse la vida. Eran dueños de sus jornadas, de sus herramientas –que con frecuencia ideaban y construían ellos-, y de sus materias primas. Eso hacía que no se vieran obligados a terminar su trabajo chapuceramente y que se permitieran darle un acabado artístico. Existía el placer del trabajo, la conciencia de que éste sería útil”. La posesión de una cierta destreza era la norma y no la excepción.

“¿Si en el siglo XIV se le hubiese ocurrido a alguien construir un Partenón o un Erecteion a orillas del Támesis, ¿hasta cuándo habrían apoyado su locura sus colegas de oficio?”

Es conocida la ideología de William Morris, uno de los primeros apologistas del socialismo, defendía que los males de los artesanos llegaron con la dependencia de sus empleadores. Fue el cambio en la producción: de producir para subsistir a producir para lucrarse lo que los convirtió de artistas en obreros.

El conocimiento histórico no sirve para volver sobre nuestros pasos sino para arrojar luz sobre el futuro. El cambio es la esencia de la continuidad. “En la sociedad, lo que uno gana lo pierde otro”. “La sociedad del comercio y la competencia, que no ha dejado de desarrollarse en 300 años, ha avanzado hacia la destrucción del placer de la vida”.

Procedencia del texto:

William Morris: “Arquitectura e Historia”

Conferencia pronunciada ante la Sociedad para la Protección de Monumentos Antiguos en 1884. Traducida por Javier Rodríguez Hidalgo en el libro La Era del Sucedáneo (Pepitas de Calabaza, 2016).

En otro artículo de 1889, titulado Las Artes Aplicadas en la actualidad, recogido en el mismo libro, Morris enfatiza: “La ética del comerciante le exige que dé al público tan poco como sea posible, y que tome de él todo lo que pueda. La ética del artista le exige que ponga lo máximo de sí mismo en todo lo que hace”.

Hay 2 Comentarios

es verdad que fueron muchos peores tiempos desde el punto de vista humano, aunque no están tan lejos. De hecho, a pocas horas de nuestro país existen muchas sociedades con poca diferencia a aquellos tiempos. De hecho, preocupa, el interés por devolver a la humanidad a esos tiempos.

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Por lo que sabemos, en la Edad Media aun coleaban en la sociedad muchas costumbres y maneras de la etapa anterior, la Edad Antigua.
Una época en la que las personas sin medios eran la mercancía barata que se usaba para quemar en cualquier fuego encendido por los poderosos.
Sin derechos sobre la vida propia, sin seguridad social, y sin ninguna paga.
Y lo peor de todo, sin vacaciones pagadas.
Ahí nos quedan para el recuerdo aquellas jaulas de hierro a las entradas de las ciudades con esqueletos dentro. Como tarjeta de presentación a los visitantes.
O las levas obligatorias de los hijos de cualquiera en edad de sostener una espada o una pica.
Y así hasta la extenuación.
Que eran otros tiempos de eso no hay duda.
Pero mucho peores que éstos.

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Del tirador a la ciudad

Sobre el blog

Del tirador a la ciudad. Ése era para Mies van der Rohe el ámbito de su oficio. La arquitectura, como la sanidad o la educación, nos afecta a todos. Puede también fascinarnos. Como todo informador, me valdré de lo que creo saber. Trataré de no enmascarar lo que ignoro.

Sobre el autor

Anatxu Zabalbeascoa

La periodista e historiadora escribe sobre todas las escalas de la arquitectura y el diseño en El País y en libros como The New Spanish Architecture, Las casas del siglo, Minimalismos o Vidas construidas, biografías de arquitectos.

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