Escuela en Morella (Castellón)
"Creo que si hablamos de vírgenes que se aparecen para iluminar el camino, mi Virgen es Le Corbusier". Para la arquitecta Carme Pinós. “Le Corbusier es quién mejor nos muestra que arquitectura es arte en mayúsculas, más allá de resolver problemas cotidianos”.
"Sin embargo, no creo que pueda hablar de un edificio en concreto al referirme al proyecto que me enseñó el camino que quería seguir en arquitectura, porque una cosa es mi vocación de ser arquitecto y otra, la filosofía que hay detrás de mi arquitectura.
Respecto a mi vocación, seguramente por influencia de mi padre tan amante del arte y de los edificios singulares que nos hacía visitar con frecuencia, desde edad muy temprana mi sueño fue ser arquitecto, aunque no tenía demasiado claro lo que eso significaba.
Quien me hizo descubrir no tanto lo que significaba ser arquitecto –eso lo he ido aprendido poco a poco a lo largo del ejercicio de mi profesión- sino quien me emocionó y me emociona, todavía hoy, aún ahora me estimula y quien me empuja a llegar siempre al límite de mí misma, pidiéndome y exigiéndome más y más, es Le Corbusier. No una obra concreta, sino prácticamente toda su obra, que estudié y visité junto con Enric Miralles en la época en que era una estudiante y que vuelvo a visitar siempre que puedo. Entonces me sorprendía. Hoy, ahora, su arquitectura, ya conocida, sigue sorprendiéndome por su intensidad, riesgo y osadía. Eso es lo que sorprende, y emociona, en el trabajo de Le Corbusier”.
FOTO: Jordi Socías
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