Se avecina una situación kafkiana. La compañía Jil Sander anuncia hoy el lanzamiento de su nueva línea Jil Sander Navy. Punto, chaquetas ligeras y jerseys son el eje de una etiqueta que se define como "casual lifestyle". En mayo se verá la primera colección, la de primavera-verano de 2011, que llegará a las tiendas el próximo enero.
El principal objetivo de este movimiento estratégico es ampliar la clientela de la firma que diseña Raf Simons. El diseñador belga afirma en el comunicado: "Continuaré abriendo Jil Sander, empujando sus límites e introduciendo nuevos elements que amplíen el atractivo de la casa". El presidente del grupo, Alessandro Cremonesi, apunta: "Reflejando la naturaleza de la ropa deportiva, su ligereza y patronaje poco rígido así como sus atractivos precios, esta línea es una oportunidad para alcanzar nuevos clientes".
La extensión de marcas es una fórmula de crecimiento empresarial típica en la moda. En este caso, lo curioso es que el movimiento de la firma de lujo coloca en el mercado un producto más barato y deportivo. Es decir, uno cuyo planteamiento compite en cierta forma con +J, la línea que la diseñadora alemana (la mujer; no la marca) realiza para la cadensa japonesa Uniqlo.
Jil Sander ha sido una de las víctimas más peculiares de la conversión de la industria en un sistema de grandes grupos globales. Absoluto referente del minimalismo de los años noventa, Prada compró la firma en 1999. Seis meses después, Sander abandonó su propia casa, incapaz de entenderse con Patrizio Bertelli, presidente del grupo italiano y marido de Miuccia. La creadora volvió en 2003. Para irse de nuevo un año después. En 2005 se fichó a Raf Simons como director creativo de la marca y en 2006, Prada vendió. Por su parte, Sander desapareció de escena hasta el año pasado. En mayo se anunció que sería consultora creativa de Uniqlo y la primera colección de +J fue la del pasado invierno.
Por barato que sea, Jil Sander Navy nunca entrará en la misma categoría de precio que +J. La calidad y el público al que se dirigen tampoco serán exactamente iguales. Aún así, qué interesante poder comparar estos productos. En este extraño duelo de identidades, ¿quién es auténtico y quién es reflejo? Parafraseando lo que cantaba Eminem: Will the real Jil Sander please stand up?
Foto: Un diseño de la colección de Raf Simons para Jil Sander de esta primavera/verano (L'Estrop)
Hay 9 Comentarios
es lo que tiene crear una empresa con tu nombre y luego venderla...
Publicado por: suziem | 28/04/2010 13:35:37
Lo mismo pasó con Sybilla...
Publicado por: Making Icons | 21/04/2010 22:20:57
Vaya tela.
Publicado por: Abogado Malaga | 15/04/2010 20:54:13
A pesar de ser absolutamente surrealista sigue pasando. Y hasta en España donde no se mueve ese volumen de negocio y los diseñadores son conocidos en circulos muy reducidos. Si mal no recuerdo Ion Fiz tuvo un problema con ese tema y Jorge Vázquez también.
Publicado por: Di | 15/04/2010 15:54:29
Como dicen Sr. Q y Nan De Bil, a mí me parece totalmente surrealista, a la par que durísimo, ver cómo tu nombre cobra vida totalmente ajeno a ti. De pronto, lo que lleva tu nombre ya no es tuyo, y lo que haces tú no puede llevar tu nombre. Tela.
Publicado por: Tamara | 14/04/2010 20:28:06
Leger, Lang, Sander... es tan larga da lista. A mí me da mucha pena, dejando a un lado que la culpa es de ellos por no saber llevar su negocio bien, pero debe ser horrible ver como alguien firma cosas con tu nombre.
El Sander de Simons tiene un punto, puede gustar mas o menos pero tiene una imagen compacta que quiere decir algo . La risa fue el Sander que hizo Vujmirovic, era terrible, aunque viendo lo malo que es como fotógrafo o en Lofficiel hombre pues no es de extrañar.
Saludos.
Publicado por: Sr. Q | 13/04/2010 19:51:20
Algo parecido pasó con Helmut Lang...lástima que éste no haya vuelto bajo una nueva identidad para contraatacar con su tocayo. Y si bien es una pena y una paradoja que se lleguen a estas situaciones, el diseñador tiene parte de responsabilidad en ello...
Publicado por: Estel | 13/04/2010 13:06:36
No hay que dejar de leer la letra chica del contrato, Jil Sander sin Jil Sander? esa era mi paradoja
besos!
Publicado por: lorena - blocdemoda.com | 12/04/2010 21:37:31
A mi lo que me parece kafkiano es que alguien pueda perder el dominio sobre su nombre y no poder utilizarlo, es una despersonalización, aunque sea mercantil!
Hace años le pasó lo mismo a Chantal Thomass, durante años no pudo utilizar su nombre ya que estaba en manos de un grupo japonés, tras un largo proceso lo recuperó!
Paradojas!
Publicado por: Nan De Bil | 12/04/2010 21:04:08