Por: Eugenia de la Torriente
Los tres días de desfiles de alta costura que ayer cerró la casa Valentino (en la imagen) han sido francamente buenos. Casi todos los trabajos vistos en París transmiten algo muy difícil de fingir: goce y libertad. A los directivos y los diseñadores les encanta describir la alta costura como un laboratorio de creatividad. Sería bonito que así fuera, pero muchas veces eso no es más que un eufemismo. Queda bastante mejor que decir publicidad.
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Por: Eugenia de la Torriente
El ambiente en los salones del hotel d'Evreux en los que se muestra la alta costura de Givenchy era mucho más relajado ayer que en julio. En verano, muchos nos acercamos a Place Vendôme con cautela y reticencias. La casa que comanda Riccardo Tisci había decidio cambiar el desfile por una presentación estática. ¿Era el primer paso para la deserción de una de las pocas casas de alta costura que quedan?
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Por: Eugenia de la Torriente
Vestido hecho con vinilos en 2008
En el segundo piso del cuartel general de Maison Martin Margiela en París se presentó ayer su línea Artisanal. Esta colección experimental parte del interés del hermético diseñador belga que fundó la marca por fabricar atuendos a mano a partir de objetos encontrados en cualquier parte a los que se imagina un nuevo uso.
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Por: Eugenia de la Torriente
El estreno del estilista Nicola Formichetti como director creativo de Thierry Mugler ha iniciado esta tarde la Semana de la moda masculina en París. La incorporación de su socia habitual en el crimen, Lady Gaga, como “directora musical” del desfile ha añadido notable expectación al evento. Francesco Sourigues, director de la revista de moda masculina Hércules, cuenta a continuación sus impresiones desde la pasarela aún caliente. Y proporciona el vídeo del final de Anatomy of Change (así se titula la colección).
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Por: Eugenia de la Torriente
El marido de Milla Jovovich, Paul W.S. Anderson, la observa mientras ella posa en la fiesta de Weinstein Company, posterior a los Globos de Oro (Reuters)
La mañana de ayer -además de café, periódico y vuelta al trabajo tras las vacaciones- traía una paradoja. Estaba servida en la bandeja de entrada del correo electrónico. Un auténtico aluvión de comunicados acerca de qué llevaba quién en los Globos de Oro enterraba las profecías de la industria italiana sobre qué querrán ponerse los hombres en el lejanísimo otoño de 2011. Lo primero -una entrega de premios de cine y televisión- tuvo lugar el domingo por la noche en Los Angeles. Lo segundo -la semana de la moda masculina de Milán- empezó el sábado y termina hoy.
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