Los libros de moda proliferan últimamente. Ya no solo se trata de los aparentes tomos de fotografía -aquellos coffee table books que se convirtieron un símbolo de lo más ridiculizable de los años noventa- sino también de ensayos con mucha letra y poca imagen. A continuación, algunos títulos interesantes de aquí y de allá, sin el menor ánimo exhaustivo, para celebrar el día del libro.
The Rise of Fashion. Daniel Leonhard Purdy (University of Minnesota Press) Encontré esta recopilación de textos dedicados a la moda en una librería emblemática, City Lights en San Francisco. Admito que es muy posible que eso afecte positivamente a mi percepción del libro, pero aún así me parece una muy recomendable selección de fragmentos de teoría y filosofía de la moda que va desde Voltaire y Mandeville hasta Simone de Beauvoir. Es particularmente interesante el hecho de que se centre en los siglos XVIII y XIX para analizar la asociación que históricamente se establece entre moda y modernidad. En el hecho de que se trate de textos tan antiguos reside buena parte de su encanto.
Valentino, una gran historia italiana. Suzy Menkes, Matt Tyrnauer y Armando Chitolina (Taschen). Este libro formaba parte del extravagante paquete conmemorativo del 45 aniversario de Valentino en la moda. Contiene un texto de Suzy Menkes y una increíble selección de imágenes de la historia de la firma. Pero lo mejor es la "historia oral" que elaboró el periodista Matt Tyrnauer en paralelo al documental Valentino, el último emperador y que incluye entrevistas con la variopinta familia extendida del diseñador. Se lanzó una primera edición de arte firmada a 5.000 euros, una segunda de coleccionista y numerada a 1.500 y, finalmente, ya circula una a un precio mucho más terrenal de 49,99 euros.
Cristóbal Balenciaga, la forja del maestro. Miren Arzalluz (Nerea). Para comprender la etapa francesa de Cristóbal Balenciaga pocas cosas resultan tan prácticas como el catálogo de la exposición que organizó el museo de las Artes Decorativas en 2006, dirigido por Pamela Golbin. Pero este libro de la actual comisaria del Museo Balenciaga de Getaria ofrece un retrato de la etapa previa del diseñador, que resulta mucho menos conocida. Hasta que Arzalluz se metió a investigar poco se sabía de esos 42 (nada menos) primeros años de su vida y ayudan a entender mejor al hermético creador.
Christian Dior y yo. Christian Dior (Gustavo Gili Moda). La autobiografía que el diseñador escribió entre 1954 y 1955 y publicó en 1956 es uno de los mejores vehículos para comprender a un tipo muy peculiar -supersticioso hasta la manía- y también cómo funcionaba el sistema en la era dorada de la alta costura de París. Es una referencia casi inevitable para los periodistas teniendo en cuenta la cantidad de veces que tenemos que escribir sobre el universo estético y biográfico de Mr. Dior. Pero, además, es entretenido. Por otra parte, este libro es una de las muchas referencias recomendables de la colección de moda de Gustavo Gili, que incluye diccionarios y documentación práctica, ensayos contemporáneos y obras inapelables como Historia del traje en Occidente de François Boucher.
Tom Ford. Tom Ford, Bridget Foley, Graydon Carter y Anna Wintour (Rizzoli). Publicado en 2008, es uno de los mejores ejemplos de un género que debería ser reconocido como libro reivindicativo. Una forma de reclamar tu legado cuando te despiden de la compañía en la que has desarrollado la mayoría de tu trayectoria y donde, por lo tanto, es poco probable que se anden con homenajes. Este libro recoge las imágenes icónicas que Ford creó entre 1994 y 2004, es decir, durante sus años en Gucci e Yves Saint Laurent. Obviamente, si él no se ponía a recopilar el material nadie lo iba a hacer. Pero el resultado define con toda precisión una época fundamental de la historia de la moda reciente. En esta misma categoría habría que incluir Irreverent, el tomo sobre su carrera con el que su amiga Carine Roitfeld se homenajeó al salir de Vogue París. En el otro lado, reivindicaciones hechas desde la casa como Grace, la recopilación de los alucinantes 30 años de trabajo en Vogue USA de Grace Coddington, o el reciente Marc Jacobs/ Louis Vuitton editado con motivo de la exposición en el Louvre.
El imperio de lo efímero. Gilles Lipovetsky (Anagrama). Este ensayo de 1990 es todavía una obra fundamental de la sociología de la moda contemporánea que defiende que esta no es un fenómeno social más sino el paradigma mismo de cómo funciona el sistema. En algunos aspectos las tesis han quedado un tanto obsoletas -el tiempo pasa para todos-, pero su repaso histórico sigue siendo interesante. El mismo autor actualizaba algunas de sus ideas en El lujo eterno, que publicó en 2004 junto a la economista Elyette Roux.
Además de los libros sobre moda, un ejercicio divertido es buscar la moda en la literatura. Así lo hice para un reportaje que se publicó en febrero en S Moda y me lo pasé en grande comprobando una vez más lo buenos cronistas de moda que eran Charlotte Brontë, Marcel Proust o Scott Fitzgerald. Para muestra, unos botones:
En busca del tiempo perdido. Marcel Proust (Alianza Editorial): "En cuanto a los vestidos de Fortuny, nos decidimos por uno azul y oro forrado de rosa recién terminado. Y yo encargué, además, los otros cinco a los que ella había renunciado con pesar al preferir aquél. Sin embargo, al llegar la primavera, dos meses después de que su tía me diera aquello, una noche me dejé llevar por la ira. Y fue precisamente la noche en que Albertina se puso por primera vez el vestido azul y oro de Fortuny que, evocando Venecia, me hacía sentir más aún lo que sacrificaba por Albertina sin que ésta me lo agradeciera en absoluto. No había visto nunca Venecia, desde aquellas vacaciones de Pascua que, niño aún, debía haber pasado allí, y, más atrás aún, por los grabados de Tiziano y las fotografías de Giotto que Swann me dio en Combray. El vestido de Fortuny que Albertina llevaba aquella noche me parecía como la sombra tentadora de aquella invisible Venecia. Estaba invadido de ornamentación árabe como Venecia, como los palacios de Venecia tapados, a la manera de las sultanas, por un velo de piedra calada, como las encuadernaciones de la Biblioteca Ambrosiana, como las columnas cuyos pájaros orientales, que significaban alternativamente la muerte y la vida, se repetían en el tornasolado de la estofa, de un azul profundo que, a medida que mis ojos se fijaban en él, se transformaba en oro maleable por esas mismas transmutaciones que ante la góndola que avanza transforman en metal llameante el azul del Gran Canal. Y las mangas estaban forradas de un rosa cereza, tan particularmente veneciano que se llamaba rosa Tiepolo. "
Los años con Laura Díaz. Carlos Fuentes (Alfaguara): "[…] Laura Díaz, quien obedecía los cambios de la moda en el vestir—ahora iba repasando con una mano los atuendos de ayer colgados en un clóset, los breves vestidos de flapper de los veinte, las largas blancuras satinadas de los treinta, el traje sastre de los cuarenta, el New Look de Christian Dior cuando la falda amplia regresó venciendo las penurias textiles de la guerra; pero después de su viaje a Lanzarote, Laura también adoptó un traje cómodo, casi una túnica, sin botones ni zippers ni cinturón, sin estorbo alguno, un largo blusón monacal que se podía poner y quitar sin ceremonias y que le resultó ideal para vivir en el valle tropical de morelos primero y para recorrer volando, como si la sencilla tela de acogedor algodón le diese alas, todos los escalones de la Roma de las Américas, la Ciudad de México, la urbe de cuatro, cinco, siete capas superpuestas, altas como los volcanes adormilados, hondas como el reflejo de un espejo humeante."
Suave es la noche. F. Scott Fitzgerald (Anagrama): "Los Diver se instalaron en la playa con sus bañadores blancos que parecían aún más blancos sobre sus cuerpos bronceados. Nicole observó que Dick estaba buscando con la mirada a sus hijos entre las formas y sombras confusas de aquella multitud de sombrillas y, sintiéndose libre momentáneamente al saber que no estaba pensando en ella, lo examinó con frialdad y llegó a la conclusión de que no estaba tratando de encontrar a sus hijos para protegerlos sino para sentirse protegido. Probablemente era la playa lo que temía, como un soberano destronado que visitara en secreto su antiguo reino. Nicole había llegado a odiar aquel mundo suyo de bromas sutiles y detalles finos, olvidando que durante muchos años había sido el único mundo al que había tenido acceso. Que viera ahora su playa, que había degenerado al gusto de los que no tenían gusto; podría pasarse el día entero buscando y no iba a encontrar una sola piedra de la muralla china que un día había levantado en torno a ella, ni una huella de un viejo amigo.
Por un momento Nicole sintió que aquello hubiera ocurrido, al recordar el vaso que Dick había sacado con el rastrillo de un montón de basura, al recordar los pantalones y jerseys de marineros que habían comprado en una callejuela de la parte vieja de Niza y que luego, confeccionados en seda, habían puesto de moda los modistos de París, al recordar las muchachitas francesas que trepaban por las rocas del rompeolas gritando “Dis donc! Dis donc!” como pájaros, y el ritual de cada mañana, la callada y sosegada entrega al mar y el sol; tantas ocurrencias de Dick que habían quedado más enterradas que la arena en el transcurso de unos pocos años… "
En el supuesto de que alguien haya llegado hasta el final de esta larga entrada... ¿Cuáles son vuestros libros de moda favoritos?
Hay 16 Comentarios
It's fascinating to see the proliferation of fashion books in recent years, with a shift from purely visual tomes to more text-heavy essays. The Rise of Fashion by Daniel Leonhard Purdy sounds like a particularly intriguing collection, offering insights into fashion theory and philosophy spanning several centuries, from Voltaire to Simone de Beauvoir. Focusing on the association between fashion and modernity during the 18th and 19th centuries, this book offers a unique perspective on fashion's historical context. It's wonderful to see fashion being explored in a scholarly and intellectual manner, making it an excellent addition to any fashion enthusiast's bookshelf.
Publicado por: seo craiova | 02/03/2023 10:52:22
Marcas y relatos. La marca frente al imaginario cultural contemporáneo de Bruno Remaury. GG. Moda. Bruno centra su atención en el estudio de las marcas de moda que más éxito han tenido por su apropiación de mitos culturales, como Chanel, Dior y Saint Laurent
Publicado por: Optimizare | 12/02/2014 11:13:58
Muchas gracias a todos por las aportaciones. Coincido plenamente con muchas de ellas y me apunto alguna para buscarla. Una lectura que llega con las mejores recomendaciones y que ya está esperando turno en mi mesilla de noche...
Publicado por: Delcamag | 10/02/2014 22:31:18
Hola =) muchísimas gracias por los libros =) espero poder leerlos pronto =)
Por si os interesa acaba de salir un libro sobre moda que está dando mucho que hablar, puedes ver la reseña en mi blog:
http://50sombrasdezoe.blogspot.com.es/2013/04/the-vogue-factor-polemico-libro-sobre.html
Un beso!!!
Publicado por: zoe | 09/04/2013 18:19:27
EN REFERENCIA AL COMENTARIO ANTERIOR, por si alguien no lo entiende...
Always In Vogue.
[...As a business for women, the fashion field is surely one of the most lucrative and also one of the most difficult. Difficult becasue, in addition to the usual equipement that would fit her for an ordinary business career, a woman, to make a success in the fashion world, should have one qualification above others. She ahould have trained and distiguished taste.
Without taste, she might, perhaps, make a grate success in banking, in insurance, in medicine, in book keeping, even in acting. Lots of money has been made in Hollywood and is being made in television on a minimum of taste. But, if she wants to become an authority in the fashion field, taste is her gratest asset.
Yet even if a young woman loves clothes and feels that the fashion business offers a good field for her career, what should be her qualifications for a position?
First, she should sit down and try to do a little straight thinking. - and that is just as uncommon as common sense.
Perhaps the first phase of her straight thinking should run something like this: "What are my native talents? Am I a person of discriminating taste? Even without training or academic knoledge of any kind there are exceptional people who are peculiarly suited to fashion. The french have a word for it –' flair '– a nose that instinctively scents out the right thing. Yet flair alone isn't enough in the business world today.
Unfortunately, neither is education. Many a college girl thoroughly versed in the theory of art and the history of costume, who can discourse or write most ably on these subjects, cannot be trusted to pick out just the right coat, the smart shoe, the really ellegant bag; while the brainless one with the flair, like a homing pigeon, will bring back the best hat in town.
Only in the meantime, she may have lost her employer twelve pages of advertising by highhatting Mr. Blank, simply because she had not enough sense having to cope with a business situation. The combination of fine taste and sound judgment is what it counts...]
[...I would say to any of the fashion students: ' Gige yourself time to let you own impresion crystalize. Don't be carryed away by the obvious and the spectacular. Everybody sees that. It is the sophisticated eye, the trained taste, that spots at first glance the subtly simple, the elegant, the really smart dress that will outlive a dozen trycky little models. Beau Brumel, that grate exponent of fashion of the nineteenth century, expessed this philosophy very well whe he said, 'That wich characterises elegance is that it should not be remarked.'
'Learn to see beyong the stage that dismisses everything with one or the other of our popular adjectives - divine or lousy! '
' And in the fashion business, weather or not you intend to be a designer or an artist, it will be a tremendous asset to you if you learn to draw, even if you can only draw well enough to make little rough sketches. Also, if possible, develope the ability to write. Lear to write about what you see with originality, with color, and with variety.'
In short, if you have the sophisticated view point of a woman of the smart world, the sensitive perception of an artist, the clarity of thinking of a meticulously trained lawyer, and the common sense of an experienced housewife, you'll be an ace in the fashion game. You will also be unique.'...]
Edna Woolman Chase.
Always in Vogue by Edna Woolman Chase
1954, Country Life Press, Garden City, N.Y.
P.375-376-377-379-380
Publicado por: Chicho Gavela | 19/05/2012 4:09:59
Querida Eugenia,
Muchas gracias por tu post. Geniales las citas como geniales sus autores. Una pena que ninguno de los libros de moda del mundo alcancen siquiera a vislumbrar un ápice de lo que en estos párrafos se vislumbra. La moda no se escribe, ni se aprende, ni se copia, ni se acaba. Las y los que realmente han hecho moda, de la seria y de la de verdad, independientemente de que la hayan diseñado o simplemente llevado, son como los autores que tú citas: eternos y, por desgracia, escasos.
Mucho ruido y pocas nueces... O como tú bien escribiste en su momento: Aunque la moda se vista de seda, moda se queda.
Ojalá la moda se aprendiese...
Te mando un beso,
Chicho
Publicado por: Chicho | 19/05/2012 1:45:39
¡Hola! Interesantísima lista de libros sobre moda: También es recomendable "El Vestido habla de Nicola Squicciarino. Y os recomiendo "La de Bringas" de Benito Perez Galdós en el apartado moda y literatura. Un libro muy actual.
Gracias por el blog
Publicado por: hachebenicasim | 01/05/2012 15:44:14
El imperio de lo efímero es "él" libro para leer y entender el fenómeno de la moda, sobre todo en los últimos años.
Muy recomendable. La lista es buena y ya la he agregado a los favoritos para utilizarla como guía, tan útil para quienes de alguna manera nos dedicamos al negocio.
Buena nota. Saludos.
Lorena Vilanova
Publicado por: The Stylistbook | Street Fashion Blog | 27/04/2012 9:34:37
"100 years of menswear" de Cally Blackman, publicado por Laurence King. Interesante selección fotográfica y textos plagados de anécdotas: rockers, estrellas de Hollywood, teddy boys... y hasta polo casuals. Una cronología del siglo veinte y sus propuestas para vestir al hombre.
Quizá este no sea el mejor lugar... pero me gustaría leer un post sobre la longevidad y el éxito comercial de las grandes marcas italianas frente a la fama de diseñadores como Wang o Ackermann, cuyo éxito siempre parece sujeto a un gusto más pasajero.
¡Un beso y un saludo, Eugenia!
Publicado por: Lector apasionado | 26/04/2012 19:00:49
http://www.my-little-madrid.com/2012/04/libreria-rumor-bookstore.html
Publicado por: mylittlemadrid | 26/04/2012 13:51:53