"Esqueletos en movimiento, fuertes y frágiles al mismo tiempo". Así define Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy, su último trabajo. Piezas oscuras y románticas que cobran sentido pleno al ritmo de un ostinato en do mayor. Que se funden con un tempo inmutable. In crescendo. Porque así han sido ideadas. Como exquisito vestuario de Bolero: la adaptación del ballet de Maurice Ravel que se estrenó ayer en el palacio Garnier de París, con coreografía de Sidi Larbi Cherkaoui y Damien Jalet, y escenografía a cargo Marina Abramovic, íntima amiga de Tisci. Se trata de la primera incursión del modisto en el mundo teatral (aunque no en el de las divas). "Alta costura para el escenario" -en sus propias palabras- facturada en colaboración con los artesanos del atelier de la ópera nacional de París.
(Una recomendación, pónganse el Bolero de Ravel de fondo)
"Bolero habla de la intensidad. La música transmite unos sentimientos muy fuertes. Y yo quería que los bailarines pareciesen desnudos de alguna forma", explica el diseñor. Y para lograrlo Tisci propone unos monos de tul con bordados de seda en forma de huesos, y, envolviéndolos, una suerte de vaporosos vestidos. El objetivo: "que los bailarines vayan perdiendo capas mientras actúan, reproduciendo así el ciclo vital de animales y flores que van deshaciéndose de sus pétalos".
Los once bailarines que interpretan el ballet -estrenado hace 84 años en el mismo teatro Garnier- lucen la misma pieza unisex, creando una sensación redundante que, sumada al efecto multiplicador que produce el escenario de espejos ideado por Abramovich, subraya la hiptónica repetición de la partitura de Ravel. Una pieza creada por encargo de la bailarina Ida Rubinstein e inspirada en la danza española que le da nombre.
"Crear el vestuario de un ballet es uno de los grandes sueños de cualquier diseñador. He tenido ofertas en el pasado de otras grandes óperas y teatros. Pero no me sentía preparado. Cuando llegó esta propuesta, supe que era el momento de decir que sí por varias razones. La primera que, siendo italiano, me siento muy orgulloso de que me lo haya pedido Brigitte Lefèvre, director de danza de la ópera nacional de París, que es la mayor ópera del mundo y un institución icónica en Francia", explica Tisci.
El diseñador sí ha firmado en otras ocasiones diseños creados ex profeso para el escenario. En este caso, para las cantantes Madonna (que vistió de Givenchy en su actuación de la Super Bowl de 2012) y Rihana (para su gira Diamonds). Divas de otro costal. Ahora se une al club de las puntas y los cisnes: Karl Lagerfeld ha sido responsable del vestuario del English National Ballet; Valentino, hizo lo propio para el New York City Ballet... la misma Cocó Chanel ya creó las piezas con las que se representó el Apollo, de Igor Stravinski, en 1929.
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