La política y la moda no siempre combinan bien. Es arriesgrado utilizar la pasarela para lanzar mensajes de esta índole habida cuenta de las incontables trampas que esconde el sistema. Y por eso es todavía más loable que algunos diseñadores se empeñen en hacerlo y se esfuercen porque la moda no viva ajena a los problemas políticos de su tiempo. Para su debut en la semana de la moda masculina de París, Umit Benan ha sido fiel a esa idea con un alegato contra el racismo (en la imagen).
El diseñador tras su desfile de primavera/verano 2014 en Milán (L'Estrop)
Umit Benan nació en Stuttgart en 1980. Hijo de un industrial textil turco, vivió en Estambul desde los dos hasta los 15 años, después estudió en Suiza y fue a la universidad en Boston. Pero decidió compaginó sus estudios de publicidad en EEUU con cursos de moda en la Instituto Marangoni de Milán o en Central Saint Martins de Londres. En 2004, terminó en la escuela Parsons de Nueva York y empezó a trabajar con diseñadores neoyorquinos como Marc Jacobs o Sophie Théallet. Creó su propia firma en Milán en 2009 y, convertido ya en un secreto a voces en la industria, fue fichado por Trussardi en 2012. En febrero de 2013 se anunció la separación "de mutuo acuerdo", pero la colección propia de Benan siguió desfilando en Milán.
Modelos de la colección otoño/invierno 2014 de Umit Benan presentada en París (L'Estrop).
El movimiento del diseñador a París ha suscitado múltiples lecturas. Al tratarse de uno de los pocos nuevos creadores que Milán albergaba, la más común pasa por confirmar que Milán no es lugar para jóvenes. Unos días antes de su desfile de hoy, Benan respondía así a la cuestión en The Business of Fashion: "Es cierto que el sistema de la moda en Milán está bastante bloqueado. Amo Italia, pero siento que para una marca nueva no es tan internacional. Yo produzco en Italia, vivo en Italia y todos mis materiales son italianos, pero apenas vendo en Italia. El reconocimiento a mi trabajo siempre ha venido de gente de Nueva York o París. El primer día en que decidí que tenia que moverme fue porque no vi mi futuro en Milán. Está bien, pero ¿qué es lo siguiente?".
Para su debut en París, Benan ha elegido homenajear al jugador de béisbol Jackie Robinson, un símbolo de integración racial en el deporte ya que fue el primer afroamericano aceptado en la liga estadounidense. En sus manos, lo teatral se funde con lo político como ya demostró la temporada anterior cuando retrató la situación en Turquía con máscaras creadas en La Scala. Hoy, los modelos se han presentado cubiertos con guantes de béisbol mientras se oía el discurso I have a dream, de Martin Luther King. Después, han revelado sus rostros y se ha descubierto que se trataba de uno de los escasísimos desfiles -de hombre o mujer; de ayer o de hoy- íntegramente compuesto por modelos negros. Como es habitual en los desfiles de Benan, la horquilla de edades era amplia.
Arriba, modelo cubierto con un guante de béisbol en la presentación de otoño/invierno 2014. Abajo, uno con máscara en la de la temporada anterior (L'Estrop).
Al final de la presentación, el diseñador ha salido a saludar con esa pancarta en la que se leía: "No al racismo. Por amor al juego". ¿Se refería al juego del béisbol o al de la moda? Porque este en esta materia la moda tiene bastante que aprender del deporte. Es ciertamente preocupante que, como revelaba un artículo de Eric Wilson en The New York Times el pasado agosto, el 82% de la ropa presentada en la pasarela estadounidense en febrero de 2013 fuera lucida por modelos blancas.
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