Luces, cámara, musicón. La firma de joyería Aristocrazy convirtió la pasarela de la Mercedes-Benz Fashion Week en una suerte de discoteca retrofuturista. Paredes de leds, neones, pantallas de televisión y un pasillo de focos sirvieron de escenario para su tercera presentación dentro de la semana de la moda madrileña. Casi dos horas estuvieron los operarios montando este ostentoso decorado que sin querer o queriendo robaba protagonismo a las piezas que se mostraban.