El presidente en funciones de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (i) y su consejero de Presidencia y Justicia, Vicente Mediavilla. Esteban Cobo (Efe)
El consejero comodín no lo consiguió. El Consejo General del Poder Judicial eligió esta semana a la letrada de la Seguridad Social Paz Hidalgo (a propuesta del PP) como magistrada de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria. A ese puesto aspiraba también Vicente Mediavilla consejero de Presidencia y Justicia del Gobierno que todavía preside Miguel Ángel Revilla y parlamentario autonómico que con su propio voto -y los de su partido, así como sus socios del PSOE- obtuvo la mayoría necesaria para ser designado por el Parlamento regional para ir en la terna que se elevó al Poder Judicial.
El escándalo, aparte de convertir la separación de poderes en un batiburrillo, como se decía en el artículo "La brocha gorda de la historia", consistía en que de haber sido elegido, Mediavilla hubiera estado encargado de juzgar a los aforados locales, es decir, a sus amigos y enemigos políticos.
A pesar de ello, el candidato Mediavilla, que no había dimitido de sus otros cargos, obtuvo cinco votos en la primera votación, aunque la finalmente elegida había conseguido ocho votos. En la segunda y definitiva votación, Paz Hidalgo resultó designada con 13 votos, mientras que Mediavilla consiguió tres. Cinco vocales del Consejo del Poder Judicial votaron en blanco. Las asociaciones judiciales, que habían puesto el grito en el cielo, respirarán aliviadas.
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