08 mar 2012

Cuando la bola de cristal no falla

Por: José Yoldi

Nunca me precio de ser infalible porque mis predicciones fallan más que una escopeta de feria. Sin embargo, el pasado 23 de enero publiqué en el blog un artículo titulado "Dulce tentación con aroma a dinero" referido al multimillonario Hussein Salem Fawzi, un personaje de novela, íntimo amigo del expresidente egipcio Hosni Mubarak; considerado el jeque de Sharm el Sheik, la lujosa localidad del mar Rojo paraíso de los submarinistas; empresario del gas y del petróleo, que está acusado de corrupción en Egipto y de blanqueo de capitales en España.

El caso era noticia, porque a pesar de tener doble nacionalidad egipcia y española, las autoridades egipcias reclamaban su extradición pues había sido condenado en ausencia a siete años de prisión y se le quiere juzgar por delitos de causar pérdidas en fondos públicos egipcios, soborno, tráfico de influencias y blanqueo de capitales. La justicia del país árabe también reclama por blanqueo de dinero a dos de los hijos de Hussein Salem, Khaled y Magda, que también gozan de doble nacionalidad.

La Unidad Antifraude española les ha incautado la nada despreciable cantidad de 43 millones de euros, de los que 38 estaban depositados en cuentas corrientes.

Por cómo se describían los hechos por parte de la Fiscalía, aventuré un comentario de que todos ellos serían entregados a las autoridades egipcias para ser juzgados, puesto que la mayor parte de las pruebas contra ellos se encuentran en aquel país.

Pues bien, efectivamente, dos secciones distintas de la Sala de lo Penal han accedido a la extradición de Hussein Salem y de sus dos hijos, siempre que la justicia se comprometa en el plazo de 30 días a cumplir las siguientes condiciones:

1.- Los acusados serán juzgados por un tribunal de composición diferente del que les juzgó en ausencia.

2.- En el caso de ser condenados, podrán cumplir la pena en España si así lo solicitaran.

3.- La ejecución de la eventual pena de prisión a imponer nunca será indefectiblemente de por vida.

En el caso de Magda, la justicia egipcia debe garantizar previamente en el plazo de 45 días que en caso de ser condenada será devuelta a España para cumplir la condena.

El caso está pendiente de recurso de súplica ante el pleno de la Sala de lo Penal, si bien dos de sus cuatro secciones son las que se han pronunciado en favor de la entrega, por lo que es difícil que el recurso prospere. No obstante, la decisión final sobre la entrega de Hussein Salem y sus hijos la tiene el Gobierno que preside Mariano Rajoy. 

Un proverbio chino dice que "cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar".

 

Hay 6 Comentarios

Señor García. He admitido públicamente que soy una mala influencia para usted. Ahora bien, eso que me achaca de alterar las noticias para poder hacer el comentario pretendidamente ingenioso o sarcástico, es falso de toda falsedad. "Mientes Marcelino y tu lo sabes", en célebre frase de la transición que puede consultar en las hemerotecas.
No lo he hecho nunca, debido a mi acrisolada bondad, pero es que si además lo hubiera hecho, hay en la blogosfera auténticos comechingones -gracias Les Luthiers- como usted que nunca me dejarían hacerlo impunemente.
Por cierto, me dice mi colega y amigo Bruno G. Gallo que no le pasa la "fórmula", que no receta, de las protocroquetas. Aunque advierte de que el secreto está en ponerles mucho amor.
Abrazos

Esto de alterar un pelin las noticias para poder hacer el comentario pretendidamente ingenioso o sarcástico...¿de quién se me habrá pegado?. Las malas influencias, sin duda. Buen finde para vd también y páseme cuando pueda la receta de esas protocroquetas, que me vendrían bien hoy, que tengo cena en casa.Afectuosos saludos.

Señor García, no me patine. A la señora del señor Salem nadie la persigue que se sepa. Son su hijo Khaled y su hija Magda, que al parecer participaban de los negocios del padre y tenían cuentas corrientes en las que se depositaron parte de los 43 millones intervenidos por la agencia antifraude en España, los que si nadie lo remedia serán entregados para ser juzgados en un tribunal de la República Árabe de Egipto, además de el propio Hussein Salem. Nadie habla de tonadilleras, ni de las señoras de don Diego Torres o de don Iñaki Urdangarin, ni de las protocroquetas de mi amigo y colega Bruno García Gallo, que de esta forma quedarán para la posteridad. Tenga usted un buen finde.

Don José, es claro que el recurso súplica ha de ser parcialmente estimado. Al señor Salem podemos juzgarle en España con todas las garantías por blanqueo ..pero a su mujer y a sus hijos, no¡¡¡ Las señoras de Torres y Urdangarín podrían hablar mucho del particular, sobre todo la primera, y cierta tonadillera llamada Maribel , idem del lienzo, por comparación a la hija del Jefe del Estado. Saludos

Señor García parece que va usted acelerado. Antes de entregar a nadie -y por ende, establecer controles y mecanismos de garantía- cabe recurso de súplica contra las tres resoluciones. Y además, como sabe, el Ejecutivo tiene la última palabra sobre la realidad de la entrega. Me cuentan que, curiosamente, los lobbys israelíes están trabajando a tope (hasta nueve de los mejores abogados de España han intervenido en este asunto) para tratar de evitar la entrega. Ya sé que ahora me dirá que si lo entregan es que los jueces han actuado en conciencia en el cumplimiento de la ley y si no lo entregan también porque en ese país no puede haber garantías para juzgar a un amigo de Mubarak. Sinceramente, no tengo dudas de las presiones en todos los sentidos, y tampoco la tengo de que sus señorías, que en su mayoría ya se han pronunciado, actuarán como consideren correcto. La otra opción es juzgarlos en España por blanqueo de dinero, que es donde se ha intervenido una parte no pequeña de los fondos, aunque en Egipto existan más acusaciones y mejores pruebas contra ellos. Tampoco tengo dudas de cuál es la opción que ellos prefieren. Pero asimismo tengo claro que usted me dará caña en cualquiera de las opciones. Es usted un justiciero implacable. jajaja. Saludos cordiales.

Visionario señor Yoldi: ¿y qué garantías piensan adoptar los altos jueces marlaskos para que tales exigencias sean cumplidas? ¿Es suficiente con que el Estado egipcio prometa en nombre del Profeta, o quizás se les exija alguna otra cautela complementaria como, qué se yo, que haya en el juicio observadores internacionales de alguna asociación egipcia pro derechos humanos? Esto último funciona cuando de lo que se trata es de juzgar a togados recientemente represaliados. Basta con mirar al supremo ropón a la cara , insinuarle con la mirada el desprecio internacional , recordarle que ya no se le va a "ajuntar" en ningún cónclave progre contra-margarito y ¡voila¡, absolución habemus. Aunque estos jueces egipcios, no se yo, no dan la misma pinta que don José María González Seijo opinando en su periódico de lo que dijo el señor ministro del ramo acerca de las mujeres que sufren violencia...yo no me fiaría mucho. Saludos

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Sobre el autor

(Donostia-San Sebastián, 1954)
es periodista licenciado en la Universidad
de Navarra. Lleva en El País desde 1983, donde ha
sido corresponsal de Interior y miembro del equipo de
Investigación. Como redactor jurídico ha cubierto casi todos los
juicios importantes que ha habido en España, desde el 23-F, el
síndrome tóxico o el crimen de los Urquijo hasta los atentados del 11-M.

Sobre el blog

Este blog es un lugar de encuentro sobre temas jurídicos, pero no es para todo el mundo. Es muy recomendable tener mucho sentido común y ganas de sonreír, ya que el humor es síntoma de inteligencia. La única norma es el respeto a los demás. Si usted prefiere insultar es muy libre, pero le agradecería que no se molestase en seguir leyendo, yo también preferiría estar en la playa.
El blog se alimentará también -o principalmente- con la serie de artículos que bajo el título “El último recurso” se publican los lunes en El País

Nuevo libro

El último recurso El último recurso. Los artículos que forman parte de este compendio fueron publicados en EL PAÍS bajo el epígrafe El último recurso durante los años 2010 y 2011. Todos ellos fueron escritos durante esas horas de la noche en la que todo parece estar parado y en silencio. Mi objetivo era centrar el foco o aportar un punto de vista particular hacia algunas noticias que me parecía que merecían mayor atención que la que se les había prestado. La otra finalidad, no menor, era que el lector se lo pasara bien y que, a ser posible, esbozara una sonrisa. Y ello, aunque el tema a tratar fuera tan tremendo como la rebaja de cinco años en la condena de un tipo que dejó a su mujer parapléjica a golpes.

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