Sobre el autor

(Donostia-San Sebastián, 1954)
es periodista licenciado en la Universidad
de Navarra. Lleva en El País desde 1983, donde ha
sido corresponsal de Interior y miembro del equipo de
Investigación. Como redactor jurídico ha cubierto casi todos los
juicios importantes que ha habido en España, desde el 23-F, el
síndrome tóxico o el crimen de los Urquijo hasta los atentados del 11-M.

Sobre el blog

Este blog es un lugar de encuentro sobre temas jurídicos, pero no es para todo el mundo. Es muy recomendable tener mucho sentido común y ganas de sonreír, ya que el humor es síntoma de inteligencia. La única norma es el respeto a los demás. Si usted prefiere insultar es muy libre, pero le agradecería que no se molestase en seguir leyendo, yo también preferiría estar en la playa.
El blog se alimentará también -o principalmente- con la serie de artículos que bajo el título “El último recurso” se publican los lunes en El País

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El último recurso El último recurso. Los artículos que forman parte de este compendio fueron publicados en EL PAÍS bajo el epígrafe El último recurso durante los años 2010 y 2011. Todos ellos fueron escritos durante esas horas de la noche en la que todo parece estar parado y en silencio. Mi objetivo era centrar el foco o aportar un punto de vista particular hacia algunas noticias que me parecía que merecían mayor atención que la que se les había prestado. La otra finalidad, no menor, era que el lector se lo pasara bien y que, a ser posible, esbozara una sonrisa. Y ello, aunque el tema a tratar fuera tan tremendo como la rebaja de cinco años en la condena de un tipo que dejó a su mujer parapléjica a golpes.

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José Yoldi

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27 ago 2012

Huelgas de hambre y dieta taurina

Por: José Yoldi

De Juana en huelga de hambre en 12 octubre
El etarra Iñaki de Juana, en el hospital 12 de Octubre, de Madrid, en febrero de 2007 durante su segunda huelga de hambre.

 

Del máximo beneficio al mínimo impacto. Así se podría definir el camino recorrido desde que el jefe del comando Madrid de ETA, Iñaki de Juana Chaos, con 25 asesinatos a sus espaldas y una condena de 3.129 años de prisión, realizó en 2007 la huelga de hambre más productiva de un terrorista que se conoce, hasta la que estos días ha llevado a cabo, con escasa repercusión y ninguna eficacia, Iosu Uribetxebarria, uno de los carceleros de Ortega Lara y condenado por los asesinatos de tres guardias civiles, que reclama la puesta en libertad por motivos humanitarios ya que padece un cáncer de riñón con metástasis en el pulmón y el cerebro, en fase terminal.

El radio de acción hasta donde afecta la atracción de un agujero negro se denomina en ciencia el “horizonte de sucesos”, algo así como un umbral de eficacia. Al trasladar ese concepto a la repercusión que tuvo la fotografía de De Juana en el hospital publicada en 2007 por el diario británico The Times, hay que concluir que sus efectos fueron devastadores.

De Juana había realizado una huelga de 63 días para reclamar su libertad en agosto y septiembre de 2006, tras haber pasado 18 años en prisión, en un momento en el que ETA había declarado una tregua. Todavía no se aplicaba la doctrina Parot, por lo que a De Juana, que no había seguido las directrices de la banda de renunciar a los beneficios penitenciarios —como sí hicieron sus compañeras de comando Inés del Río o Inmaculada Noble, que siguen en prisión—, le correspondía su excarcelación. Sin embargo, el terrorista fue condenado de nuevo a 12 años —que el Supremo redujo luego a tres— por unas cartas que la Audiencia Nacional consideró que constituían amenazas terroristas, por lo que volvió a la huelga de hambre.

ETA rompió la tregua con el atentado de la T-4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006 y la foto de De Juana en The Times fue publicada en febrero de 2007, mientras el Gobierno aseguraba que la ruptura con la banda era total. El etarra, para el que los jueces ordenaron la alimentación forzosa si fuera necesaria, pasó del Hospital 12 de Octubre, en Madrid, al Donostia, en San Sebastián, junto a su domicilio, donde daba paseos con su novia por los alrededores. El Gobierno de Zapatero le concedió la prisión atenuada, lo que provocó manifestaciones masivas en las principales ciudades españolas convocadas por el PP, y finalmente fue excarcelado el 2 de agosto de 2008, con recibimiento y homenaje en la Parte Vieja de San Sebastián.

Uribetxebarria en Hospital DonostiaAhora, Uribetxebarria ha pretendido hacer lo mismo, forzar la máquina con una huelga de hambre, auxiliado por la insaciable voracidad reivindicativa de la izquierda abertzale, que cuando ha perdido exige como si fueran los vencedores.

Pero su horizonte de sucesos es mínimo. El Gobierno del PP no tiene pudor ni complejos a la hora de mantener en prisión a medio centenar de etarras cuya prisión fue prorrogada varios años por aplicación de la doctrina Parot que, según el Tribunal de Estrasburgo, vulnera los derechos humanos.

En medio de la crisis económica mundial más importante desde el crack del año 29 del siglo pasado, con 5,5 millones de parados, la prima de riesgo por las nubes, la bolsa por los suelos, unos recortes que son hachazos, los precios de los servicios en alza permanente, igual que los impuestos, y un previsible rescate de la economía española tipo Grecia, la huelga de hambre de Uribetxebarria, parecía un chiste. El miércoles pasado la abandonó para “priorizar su vida”. Saldrá en libertad cuando lo diga el juez porque se está muriendo, como en su día salió Esteban Esteban Nieto, compañero de comando de De Juana. Si los periódicos le han dedicado algo de espacio en sus páginas es porque en agosto no había grandes noticias.

Pero es que ahora, además, Patxi López ha adelantado las elecciones vascas, tras la ruptura del acuerdo con el PP.

Así que parece que por solidaridad, varios presos de ETA han abandonado también la huelga de hambre que realizaban. Aunque para algunos más que una huelga de hambre era más bien una dieta taurina. Sí, como decía Académica Palanca, aquella que te la puedes saltar a la torera. Y estos la burlaban comprando comida en el economato para comerla en la celda, mientras proclamaban que no acudían al comedor.

Lo dicho, del máximo beneficio al mínimo impacto.

El País

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