La mañana estuvo calmada, sin explosiones o intercambio de fuego. El tráfico fue intenso. Tuvimos que pasar por un mayor número de controles. Lamentablemente, por la tarde estallaron tres coches-bomba en un mercado y en un control de seguridad. Como consecuencia, murieron un oficial de policía y numerosas mujeres y niños. Pese a este triste incidente, la gente sigue siendo optimista. Muchos empleados de la Biblioteca Nacional se alegran de ver en la calle a la Guardia Nacional y las unidades especiales de la Policía y el Ejército de EE UU.