Otro día caótico

Hacia las 4.30 hubo varios ataques con mortero sobre Bab al-Mudham, cerca del Ministerio de Sanidad. Helicópteros apache de EE UU sobrevolaron la zona a baja altura. Ha vuelto mi nuevo chofer, recién llegado de su luna de miel. Está más delgado; ha perdido cinco kilos. ¡A mi esto me parece una buena señal!

Controles de seguridad

A las 7.20 iniciamos el viaje en coche de Sulaimaniya a Bagdad. Era un día espléndido, templado, pero el polvo hizo su aparición en cuanto nuestro coche se acercó a Bagdad.

Nueva edición de mi libro

En Sulaimaniya nos reunimos con unas cuantas personas. Por la mañana fui como mi hermano y mi primo a una editorial. Uno de mis libros está siendo traducido al kurdo. Ya ha sido publicado en árabe por el mismo centro.

La tormenta de arena

Mi hermano, mi primo y yo salimos de Bagdad en coche, camino de Sulaimaniya. Prefiero viajar los viernes, porque la carretera principal está libre de camiones.

Intercambios ligeros de fuego

Hubo algunos intercambios ligeros de fuego. El jefe de Administración vino a mi oficina para informarme de que su joven primo había muerto como consecuencia de una explosión de bomba. Le di el resto del día libre.

Los soldados estadounidenses y sus hammers

Desayuné con mi hermano a las 6.40. Durante nuestra conversación, me contó que no había visto ni un solo soldado estadounidense desde que llegó a Irak el viernes. Habló demasiado pronto, ya que pocos minutos después más de 30 hammers de EE UU aparecieron en nuestro vecindario.

Bagdad cada vez más peligroso

Llamé a un taxi, que nos llevó a mi hermano y a mí directamente a casa. El último tramo de la carretera principal estaba peligroso, por una fuerte tormenta de arena que azotó las provincias de Diyalah, Salah al-Din y Bagdad. En cuanto entró en su amada ciudad, cuando vio la caótica situación, mi hermano se quedó sin palabras.

Parece que cesan los ataques

Me comunicaron que los combates habían cesado en la zona de al-Fadhel. Por lo tanto, pedí a los empleados que acudiesen a trabajar el martes. Decidí regresar a Bagdad con mi hermano, que no ha visto la ciudad en más de 22 años.

Un cohete alcanza la Biblioteca

Hacia las 9.40 mi secretaria, Um Haitham, me telefoneó. Con una voz muy ansiosa me comunicó que la Biblioteca Nacional había sido alcanzada por un cohete. Un primer cohete cayó en una casa cercana; el segundo alcanzó la valla de la Biblioteca Nacional, cuando algunos de los empleados miraban por las ventanas a la primera explosión.

Cena en honor de mi hermano

A las 7.10, un amigo, su amigo y yo salimos en coche hacia Sulaimaniya. Nos llevó casi seis horas llegar. La carretera principal entre Bagdad y Kirkuk estaba muy concurrida. Es la ruta más segura para miles de coches pequeños, minibuses y camiones. Decenas de controles policiales y militares salpicaban la carretera. En medio de la nada, vimos salir humo de un camión quemado. Parece ser que algunos terroristas habían atacado el vehículo unas horas antes. Desayunamos en Qara-Hanjir, una pequeña villa kurda justo a las afueras de Kirkuk.