Guardias Nacionales siguen sus agresiones contra la Biblioteca

Guardias Nacionales rebeldes continúan con sus agresiones contra la Biblioteca Nacional y su personal. Esta mañana, un grupo de guardias nacionales iraquíes irrumpió en el edificio principal del Archivo de la Biblioteca Nacional.

Con esta acción, han violado las instrucciones del Consejo de Ministros, que afirman claramente que las fuerzas de seguridad y armadas de Irak no pueden entran en ninguna institución gubernamental sin la aprobación previa del gobierno y de las autoridades pertinentes.

La reforma de la biblioteca

Decidí acudir a la Biblioteca Nacional para inspeccionar el edificio y ver a los vigilantes. Todos los guardas estaban en sus puestos, y los limpiadores también.

Me reuní con el gerente de la empresa de construcción encargada de arreglar los desperfectos en el edificio. Me contó que tanto él como su capataz han recibido amenazas de muerte de algunas personas en al-Fadhel, el bastión de los extremistas suníes. Ambos hombres son chiíes. El gerente se ha visto obligado a modificar sus movimientos diarios y ya no utiliza el portón trasero de la Biblioteca Nacional. El capataz le ha pedido unos días libres. Hablamos sobre los problemas que han surgido por la desaparición del ministro de Cultura. Todos los proyectos están paralizados, incluyendo nuestras dos importantes obras: la Biblioteca de Pioneros y el almacén para el Archivo. Si el primer ministro no interviene perderemos los fondos aprobados para ambos proyectos. El Ministerio de Hacienda nos ha presionado varias veces. Sus poco diplomáticos burócratas intentan quitarnos los fondos. Estamos metidos en un enorme problema.

Desaparición del ministro de cultura

Otro día caluroso. No había electricidad cuando llegué a la oficina. A las 8.35 se restableció la corriente. Inmediatamente el personal desapareció de los pasillos y fue directamente a sus departamentos y oficinas. A las 9.00 todo el mundo estaba ocupado.

Me llamó otro burócrata del Ministerio de Cultura para pedirme que reconsiderase mi decisión de no participar en la Semana Cultural de Irak en Argelia. Le dije que mi decisión era definitiva y que, por principios, nunca permitiré que la Biblioteca Nacional participe en ninguna actividad que pueda dañar la imagen de Irak en un país extranjero. A mi secretaria le cuesta mucho entender por qué he rechazado la invitación.

Primer depósito legal para una Web Irakí

El tráfico no era pesado. Nos llevó siete minutos llegar a la Biblioteca Nacional.
La severa crisis de petróleo ha obligado a muchísima gente a dejar sus coches y utilizar en su lugar el transporte público. De nuevo no había gasolina en el mercado negro. Un amigo me dio 20 litros. Fue un bonito regalo. De todos modos, tengo que economizar cuando utilizo el generador de casa.

Hoy hicimos historia, al darle a una página web iraquí (www.linksnut.com) el primer número de depósito legal. Pretendemos pedir a todas las páginas web iraquíes que hagan lo mismo, de forma voluntaria. Esto forma parte de mi plan para modificar la vieja legislación de depósito legal. El jefe del departamento de Depósito Legal tenía dudas sobre la concesión de números de depósito legal a las páginas web. Piensa que mi acción es prematura, pero yo creo que es importante que lideremos el camino, en lugar de esperar a que algunos burócratas ineptos decidan si la Biblioteca Nacional debe conceder el número de depósito legal a los websites.

El 'oro negro'

Otro día tranquilo. No me lo podía creer. Por segundo día consecutivo no escuché el sonido de una sola bala en Bab al-Mudham. No hubo ni helicópteros de EE UU en el cielo ni francotiradores en lo alto de los edificios cercanos, preparados para matar a caminantes inocentes por ninguna razón. Un milagro. Fue otro día caluroso.
A las 8.10 inspeccioné los trabajos de reparación de la verja. Se avanza a buen ritmo. Todo el mundo se estaba quejando de nuevo sobre la grave escasez de electricidad y de combustible. Por primera vez no hay petróleo ni siquiera en el mercado negro local. Este es otro logro del que debe estar orgulloso nuestro ministro de Petróleo.

Un día sin disparos

Situación muy tranquila. No se disparó ni una sola bala. El día fue muy caluroso. La Biblioteca Nacional no tuvo electricidad entre las 8.00 y las 10.00. Me dijeron que los técnicos del Ministerio de la Energía estaban haciendo algunos trabajos de reparación en una estación de distribución cercana. Aplacé la reunión habitual del consejo de la Biblioteca Nacional, ya que unos cuantos jefes de departamento no pudieron venir a trabajar.

Comienza a arrancar el proyecto de la nueva biblioteca

No tuvimos electricidad durante las horas de trabajo. Todos sudamos copiosamente a causa del calor. El clima caluroso y la larga historia de inestabilidad política y de violencia podrían explicar por qué los iraquíes son personas con muy mal genio.

Iniciativas para los empleados

El tráfico era pesado; nos llevó algún tiempo llegar a la Biblioteca Nacional. Tuve una reunión de una hora con el personal del departamento de Relaciones Públicas. Se trataron unas cuantas iniciativas para mejorar las actividades culturales del personal. Prometí conseguirle al departamento un ordenador nuevo, una fotocopiadora, un aparato de televisión y conexión a canales por satélite.

La publicación de mi libro

Visité a un amigo y acudí al instituto cultural Zhin. El director me había pedido permiso para publicar mi nuevo libro, y yo acepté. Llevé conmigo el borrador del libro y se lo di.

Decidimos volver a publicar un viejo diario editado en kurdo por las autoridades británicas de la ocupación durante la I Guerra Mundial. La Biblioteca Nacional de Irak es el único sitio en donde se pueden encontrar copias originales del diario. Sólo nos faltan dos ejemplares de la colección.

Crisis sanitaria

Fue un día muy caluroso. Tráfico intenso. Cambiamos nuestra ruta dos veces para evitar algunos controles militares. Los alrededores de la Biblioteca Nacional han sido fortificados por la Guardia Nacional. Se pueden ver por todas partes sus vehículos armados y coches patrulla. Pero la experiencia demuestra que todas estas medidas de seguridad no hacen más seguro Bab al-Mudham. Los extremistas suníes pueden atacar en cualquier lugar y en cualquier momento.