Nuevas propuestas

Fue un día excepcionalmente caluroso. El periódico Al-Sabah publicó un artículo mío en el que reclamo al primer ministro que ayude a la Biblioteca Nacional en su ingente tarea de recuperar las colecciones documentales de las antiguas instituciones represivas. También le pido la creación de un comité nacional para tratar el asunto desde el punto de vista histórico y de los derechos humanos. Estoy pensando en escribir otro, en el que daré los nombres de los partidos, organizaciones, ministerios y políticos que han violado la legislación documental iraquí.

Las reacciones a un partido de fútbol

Descubrí que al-Zamman fue el único periódico que mencionó el incidente del lunes y citó nuestro comunicado. El canal al-Faiha también lo mencionó en su informativo. No me rindo, así que invité a otras dos televisiones iraquíes a mi oficina en donde emití otro comunicado en el que condeno las brutales acciones de la Guardia Nacional y culpo al ministro de Defensa de lo ocurrido el lunes. Poco después de las entrevistas me fui directamente a mi casa, ya que todavía me sentía mal.

El ministro de Juventud y Deportes viola las leyes iraquíes

Hubo dos explosiones en mi barrio a primera hora de la mañana, consecuencia de un ataque con mortero contra la base militar de EE UU.

En la calle sacan brillo a las pistolas

A las 8.30 empezaron intercambios esporádicos de fuego en la calle al-Jamhoriyah y la zona de al-Fadhel. El equipo de filmación de Associated Press empezó a rodar dentro de la Biblioteca Nacional nada más llegar. No pude asistir a un acto especial organizado por el Ministerio de Cultura en el Teatro Nacional en recuerdo de las víctimas de al-Mutanabi.

Una entrevista para la BBC

Tal y como había previsto, el chofer y el escolta llegaron a mi piso a las 7.50. Salimos de casa a las 8.30 en dirección a la sede de BBC Radio, en el corazón de Bagdad. Había pocos coches en la carretera. Les dije al chofer y al escolta que se fueran a casa inmediatamente después de dejarme en las proximidades de la BBC. Siempre les digo que se vayan rápidamente de cualquier zona sensible en la que yo me tengo que bajar del coche, y que nunca me esperen.

Los daños de una bomba y la entrevista de la BBC

De camino hacia la Biblioteca Nacional vi el devastador impacto de la explosión del coche-bomba del miércoles. Una de las vías de la autopista está profundamente dañada y se ha desmoronado. La mitad inferior del enorme edificio del Ministerio de Hacienda también está dañado. La mayor parte de su fachada se ha caído y todas las ventanas están destrozadas.

Visita a la Biblioteca

Los oficiales de policía permitieron a algunos coches usar la calle provisional. Envié al jefe de nuestros vigilantes a informarles que todos los coches de la Biblioteca Nacional utilizarán la calle provisional a partir del miércoles.

Reunión de jefes de departamento

Fue una gran noticia descubrir que la conexión a internet volvía a funcionar correctamente. Empecé a leer todos los correos electrónicos del lunes.
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Me reuní con un funcionario de la oficina del Primer ministro. Hablamos sobre algunos asuntos referidos a la reconstrucción y modernización de la Biblioteca Nacional. Le expuse el importante tema de los archivos de las instituciones represivas del régimen anterior. Critiqué al Gobierno por no hacer prácticamente nada para proteger el legado cultural del país. El funcionario prometió trasladar mis opiniones a su superior.

El día en que los libros fueron asesinados

El tráfico se preveía muy pesado. Revisaron mi coche en un control de seguridad. Los policías fueron amables.

La señorita M. vino a mi oficina para despedirse. Ya se ha trasladado a Basora, tras el asesinato de su hermano. Le dije que no esté triste, porque estoy seguro de que volverá con nosotros en algún momento futuro.

El clérigo chií Said H. trae fotos, documentos y microfilms

A las 12.30 me reuní con el clérigo chií Said H. Utilizó un coche policial para traer fotos, documentos y microfilms. Vino escoltado por tres agentes. Le advertí del peligro de utilizar un coche policial, ya que se convertía en una presa clara para los grupos armados. Me contó que se vio forzado a pedir asistencia policial, ya que pensaba que la zona en que nos encontramos es extremadamente peligrosa.