Días de Fotos

El primer desembarco. La Antártida 1

Por: | 27 de enero de 2014

He estado en sitios muy distintos a nuestro universo cotidiano y siempre, en algún momento, me he sentido en casa. La Antártida no es lugar para el hombre, quizás por eso es mi viaje preferido. Recuerdo una adolescencia alimentada con las aventuras de William Smith, Shackleton, Amundsen, Robert Falcon Scott…algo hay en la dignidad de la derrota, de quedar segundo en una conquista, en la epopeya y drama de su muerte absurda, que hace de Scott de todos los héroes antárticos, mi explorador de cabecera.

1-Isla Media Luna. Al fondo Livinston2

Enero de 2012. Isla de Media Luna entre las islas Greewich y Livingston, La Antártida. Viajaba a bordo del Fram, barco noruego especializado en este tipo de travesías y me acercaba al primero de mis desembarcos antárticos. El personal de a bordo presentaba las pautas de un rígido protocolo de seguridad y conservación medioambiental: hay que pasar por una aspiradora todo lo que baja a tierra para proteger la zona de contaminación, atención a las olas y el cabeceo de la Zodiac en la playa, camina lento, cede el paso y mantén una distancia de seguridad con los animales, cuidado con los fuertes vientos, con los lobos marinos de dos pelos que pueden estar mimetizados con el entorno, no pises las zonas vegetales…A estas alturas, la vida me asombra quizás menos, pero recuerdo mi bautismo antártico con la pasión y entusiasmo de aquel muchacho que quería ver mundo. La isla (con forma de media luna y unos dos kilómetros de largo) me recibió con una tormenta de agua, aire helado y nieve. Como el fugaz intruso que era, caminé entre los dignos pingüinos barbijos en sus trajes de etiqueta, respeté sonidos y silencios nuevos, una naturaleza hostil…Musgos, líquenes, petreles, cormoranes, skuas; ese olor, ese frío, esa sensación de hábitat inmutable: trinchera de batallas por el futuro de la biodiversidad.

En la lancha, de vuelta al Fram, salió el sol -cosas de Murphy y el verano antártico- preocupado por las cámaras, congelado y empapado... ¡Qué placer esta primera vez!

 

Los grandes

Irving Penn

 

Hay 5 Comentarios

Yo siempre siempre me he valorado mucho esta civilización que vivimos nos permite disfrutar cómodamente desde casa de las más maravillosas imágenes que podemos imaginar gracias a los fotógrafos intrépidos, es que vivimos unos momentos históricos súper privilegiados en cuanto al disfrute de imágenes ¡me temo que en poco tiempo algunos se jugarán el bigote realizando fotos interplaneterias! Esto es como la salud que no te das cuenta de lo que tienes hasta que la pierdes.

ya veras cuando vuelvas a Getxo y desembarques en la playa y veas lo simpáticas , comunicativas y absolutamente bellas que son las chicas de aqui...!te olvidas de los pingüinos ...aunque vayan en moto!!!

¡Qué gran desembarco!! Ni el de Normandía.... Uno de esos viajes que no olvidas en la vida

Ufff...tremendo valor el vuestro, mis locos aventureros!!!
Ese destino prefiero descubrirlo a través de televisión, mi valentía ni por asomo llega a vuestro nivel.
Saludos al blog!!!

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Sobre el autor

Miguel Gener

Fotoperiodista, editor gráfico, productor, curioso y ojo público en EL PAÍS hasta 2011. Trabajó en el diario, en Tentaciones, en El Viajero y en otros suplementos como Tierra, Salud, Motor...Veinticinco años merendando adrenalina, deprisa, deprisa, surfeando una enorme ola de papel.

Sobre el blog

Días por donde discurre el
pasado.
Días por donde discurre el
presente.
Días abiertos a lo inesperado.

Un blog de fotografías marcadas en la mesa de luz de mi memoria; un juego cruzado de palabras e imágenes; una evocación personal de mis vivencias en el periodismo.

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