No pensaba escribir sobre el aniversario de la matanza. Tiendo a pensar poco en los recuerdos que me duelen pero, abro un periódico, enciendo la televisión, y todo es 11 M. En la radio, igual. Facebook y Twitter, amanecen cuajados de crespones negros, de testimonios. ¡Todo vuelve! Ahora, escribir cuatro líneas no se convierte en un post, más bien en la necesidad de una breve terapia.
Libraba ese maldito día y cuando me enteré de las dimensiones de los atentados, llamé al periódico. Me mandaron a Moncloa a esperar las reacciones del gobierno. Allí estuve cobijado toda la mañana, viendo por televisión las imágenes de la barbarie y oyendo en directo, perplejo, al Ministro del Interior. Sobre las tres de la tarde, empecé una peregrinación de dieciséis días espantosos por la ruta de mi resistencia: Ifema, estaciones, testigos, heridos, familias… Una ciudad llena de muertos, un cambio de gobierno, un cansancio acumulado en el cuerpo, en el alma… un tóxico en la piel de sufrimiento ajeno y tristeza propia.
"A veces se olvidan de nosotros porque no hemos muerto", comentaba estos días una víctima del atentado. Las autoridades tienen la obligación de tener siempre muy presente a las víctimas. Yo, no olvido nada. Pero hoy, prefiero ilustrar estas líneas con una foto de junio de 2004. Cristina Mora Palomo y su hija, recien nacida, Arantxa. Cristina, embarazada de siete meses, sobrevivió a un vagón lleno de muerte en la estación de El Pozo. Ahora, diez años más tarde, ambas siguen perfectamente sanas como prueba de vida ante aquella infamia. Respecto a mis recuerdos, cada uno se defiende como puede.
Hay 2 Comentarios
Cada uno se defiende como puede. Pensar también en Vida para ilustrar esa salvajada, me parece un bálsamo tierno en un día desgarrador. Emociona cómo cuentas cosas tuyas al contar fotos
Publicado por: Asun Piña | 13/03/2014 8:29:47
Coincido contigo. Hoy, por ejemplo, no he visto ningún informativo; aunque no exactamente por evitar dolores.
Yo también tengo recuerdos de ese día, como fotógrafa y a nivel personal, pero no he venido aquí para contarlos.
Sólo vengo para decirte, que me encanta la foto y el momento que has elegido, es extraordinaria. Y extraordinario y maravilloso para esta mamá que estaba llena de vida, literalmente, y que pudo continuar. Nada más bonito que esos ojitos, que no sabían todavía que habían sido afortunados.
Publicado por: Victoria iglesias | 11/03/2014 21:03:55