Dibuje maestro

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Enric González, corresponsal de EL PAÍS en Oriente Próximo y autor, entre otros libros, de Historias del Calcio escribirá durante el Mundial de Sudáfrica de futbolistas y de fútbol, "es decir, del juego más hermoso. Solamente de eso".

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22 jun 2010

El imbécil culto y realizado

Por: Enric González

Domenech
 Juan Antonio Coderch de Sentmenat (1913-1984) fue uno de los grandes arquitectos europeos del siglo XX. Quizá por elitista, quizá por conservador, quizá porque era un caballero de los que aún hablaban del honor, ni él ni su obra son hoy tan famosos como merecen. Poseía una virtud no muy abundante en el ramo de la arquitectura, el sentido común, y decía verdades tan obvias como aplastantes. En el libro Conversaciones con J. A. Coderch de Sentmenat, de Enric Soria, se incluye esta frase: “No hay nada peor que un imbécil culto y realizado”.

Es una frase que siempre tengo presente. Sabiendo que, como la mayoría, tiendo a la imbecilidad, procuro culturizarme lo mínimo y mantener mi vida cerca de la orilla del fracaso.

Confío en que no parezca demasiado oportunista hablar en estos momentos de Raymond Domenech. No hay más remedio que hacerlo. Recuerden que el periodismo es básicamente oportunismo y unas cuantas cosas más que ahora no recuerdo. Y subrayo que no tengo intención de hacer leña del árbol caído. Hago notar que considero a Domenech un hombre culto y realizado; en pocas crónicas sobre él encontrarán hoy dos elogios tan rotundos. También le considero, por supuesto, un imbécil. La imbecilidad, insisto, es una cualidad muy frecuente entre los hombres. Y, en principio, del todo respetable.

Domenech fue un jugador vulgarote y muy leñero. Hasta aquí, ningún problema. Pero se dejó crecer un mostacho espectacular y, con el fin de intimidar a los adversarios, decidió adoptar una personalidad futbolística inspirada en el actor Charles Bronson: ¿observan el inconveniente de mezclar la imbecilidad con la cultura, aunque sea cultura barata?

Fue jugador-entrenador del modestísimo Moulhouse y en 1989 asumió la dirección técnica del Olympique Lyonnais, un club de Segunda. Domenech suele presumir de que en su primera temporada logró el ascenso y en la segunda clasificó al Lyon para la Copa de la UEFA. Desde entonces se considera un técnico consumado. Es decir, un hombre realizado personal y profesionalmente, poseedor de las claves del éxito. Conviene señalar, sin embargo, que en 1989 el Lyon había sido adquirido por el magnate Jean-Michel Aulas, y que, con el presupuesto que tenía a su disposición, lo menos que podía conseguir Domenech era lo que consiguió.

Sustituido a los dos años por Tigana, que lo hizo mejor, Domenech se hizo cargo de la selección francesa sub-21 entre 1993 y 2004. Alcanzó la final de la Eurocopa 2002, pero la perdió. Luego se hizo cargo de la selección absoluta.

El popularísimo periodista radiofónico Eugène Saccomano lanzó en su momento una voz de alarma: “Va al cine, lee libros, hace teatro, hay un intelectual al frente de la selección”.

Ser culto o incluso intelectual no es, reinsisto, un problema en sí mismo. Guardiola, por ejemplo, es un tipo culto, pero antes de que el Barça saltara al césped para disputar la final de Roma, enardeció a sus jugadores con unas imágenes de Gladiator. Domenech, en cambio, preparó a sus jugadores de la sub 21 (chavales llamados Zidane, Thuram y Makelele) para un partido trascendental llevándoles a ver la trepidante obra teatral Endgame, de Samuel Beckett. Les hago una brevísima sinopsis de Endgame: son cuatro personajes, uno inválido, otro que no puede sentarse y dos sin piernas que viven entre basuras; la frase esencial de la obra es “no hay nada más divertido que la infelicidad”. ¿Captan la diferencia entre el culto inteligente y el culto imbécil?

Domenech debió recordar eso de que la infelicidad es divertida en 2008, cuando, tras la miserable eliminación de Francia en la Eurocopa, dedicó la conferencia de prensa final a pedir públicamente a su novia que se casara con él. Ya ven, un hombre emotivamente realizado.

Prefiero no hacer comentarios sobre los criterios astrológicos por los que Domenech excluía de la selección a los de signo “escorpión” y evitaba alinear en defensa a los de signo “leo”. Cada uno cree en lo que le da la gana.

Tampoco comentaré la conmovedora aparición de la señora madre de Domenech en la televisión francesa, sintiéndose aludida por las palabras de Anelka sobre su presunta laxitud moral. Cuando a un profesional que en su día imitó a Charles Bronson tiene que salir a defenderle la madre, no hay mucho que comentar.

Resulta fascinante que Raymond Domenech haya durado tanto tiempo como seleccionador nacional francés. Incluso considerando el subcampeonato de 2006, logrado, dicen los propios futbolistas, gracias a la autogestión de la vieja guardia dirigida por Zidane y Henry. Domenech habrá durado tanto por aquello de que en el fútbol todo es posible. Afortunadamente.

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Hay 193 Comentarios

Felicitaciones!! Y que VIVA ESPAÑA!! Que siga el éxito y el domingo levanten la COPA DEL MUNDO!!! Se la merecen!!
Un saludo a la Madre Patria, desde mi patria , Argentina!!
Fuerza ESPAÑA!!!!
Maria Vicenta Reinafe, Rio Cuarto, Povincia de Córdoba de la Nueva Andalucía

José Antonio o Josep Antoni, como prefieras, nunca Juan. No sea que tengamos que aplicarte la frase.

El comentario me parece gracioso. Sin embargo creo que el término "culto" contradice a "imbécil" partiendo del hecho de que a una persona realmente culta que además ha conseguido realizarse probablemente no le falte la razón (según la RAE, imbécil significa "alelado, escaso de razón"). Imagino que usted quiere resaltar justamente esa falta de razón. En ese caso yo no le llamaría culto y realizado, porque en cuestiones futbolísticas el tal Domenech no lo sería.

Bien, se ve que vas cogiendo el tono. Un artículo a la altura de los que has hecho siempre. Felicidades.

Sin duda, el equipo francés llegó a semifinales y final del mundial del 2006; luego del casi fracaso de la fase de grupos. Clasificó a Sudáfrica con la mano (terrible logro del gran Henry). La imagen clásica que presentó en estos años fue de un grupo de color, fuerte, con grandes figuras, dirigida, a mi modo de ver por un abuelo: impresentable, terno pequeño, poco carismático, (pónganle todos los adjetivos "descalifictaivos" que quieran) que le faltaba música, calor, mística. Demuestra que se puede tener el mejor grupo humano pero si no hay mando, poco importa (ejemplo Pellegrini, el Mourinho que no ganó la Champions). Pero también reconozcamos que la época dorada de Francia fue la del campeonato y el subcampeonato. Llama la atención que haya durado tanto tiempo este místico, culto, realizado, imbécil entrenador que a todas luces se equivocó de profesión.

Interesante reflexión. Habrá que conocer las expectativas de autoridades galas para anticipar los resultados desastrosos del equipo nacional. Principalmente, faltó amor al pais que representaban. Pienso...

Tremendo artículo. El Gladiator vs Beckett es tremendo!!. Me imagino a esos chavales de barrio de 21 años el día antes del partido... A lo mejor Del Bosque les podía poner "Amanece que no es poco"

Espero que haga otro gran artículo -no es ironía- acerca del responsable que ha mantenido al culto imbécil: ¿Qué adjetivo cree que le corresponde?

Excelente artículo, me cuesta comprender tantos comentarios contrarios

Un equipo que se clasifica con la mano no puede ganar con los pies.

1.- ¿En qué consiste la hispanofobia de Domenech? ¿Qué muestras ha dado de ella? Sinceramente, para mi es la primera noticia.
2.- ¿Quién ha “comparado” a Domenech con “los mejores seleccionadores que ha tenido una selección española”? Como estilos futbolísticos, nada más alejado. De lo que se ha hablado, y desde luego sin propósito de insultarles, es de semejanzas de algunos aspectos de carácter a título descriptivo y ejemplarizante. ¿Es que Clemente no era y sigue siendo un chulo? ¿Es que decir que Aragonés es una persona destemplada, no es ser bastante caritativo con él?
Por cierto, el pasado mes de Mayo, en el teatro de la Abadía de Madrid, la compañía de José Luis Gómez estuvo representando cada noche “Endgame” de Samuel Beckett, que en esta ocasión se tituló “Fin de partida”. Verdaderamente es la obra de teatro más desagradable y más aburrida que he presenciado en mi vida.

Hablar de autogestión siempre ha sido algo complicado. Desde los primeros días de su elaboración como teoria de gestión de los recursos, humanos, de empresa, de vecindario... Siempre se advirtio del matonismo, del rico inculto con poder mediatico. Por ejemplo. Y si Zidane hablaba bien de un jugador ¿ cuanto subia su ficha? o al contrario. En este pais por un simple comentario de Luis aragones ha estado a punto de montarse la tracaquemada y eso que ha diferencia de Zidane no se ha reunido con ningún jugador de la selección para invocar la teorias yugoslavas de TIto sobre la autogestión. Por lo demas por favor siga deleitandome con su escritura.

¿Pero cómo he podido caer de nuevo en la vieja trampa? Un periodista digital escribe un titular insultando a otra persona. Y yo como un morboso a leerlo. Morboso que soy un morboso.

Las transiciones siempre tienen un mucho de proceloso y turbulento. Más en el fútbol, cuando la selección francesa precedente de los últimos años (la de Zidane, Henry, Bartet, Ribéry...) formaba un grupo taumatúrgico de magos del balompié con resultados internacionales como jamás en la historia de ese país. Por ello, sr. González, la cuestión de la supuesta o constatada imbecilidad de Domenech es altamente gratuita y "amarilla". Se trata, simplemente, de que todavía no nació lo nuevo y de que el "partero" potencial es un incompetente.

Mejor o peor, Domenech era el entrenador y había que respetar sus decisiones. Lo tenían fácil los jugadores: que hubieran renunciado a su llamada. Porque el problema es de los jugadores, a los que habría que apartar definitivamente de la selección, y no del entrenador.
En estos comentarios se reprocha a Domenech su hispanofobia ... que no se aparta demasiado del gusto hispano por la francofobia, y no me refiero al general, y que puede derivar, si hacemos caso de nuestros clásicos, de que si algo son los españoles, son envidiosos.
Hay quien compara a Domenech con Clemente o con Luis, con la clara intención de insultar a los tres. A mí no me desagrada la comparación, porque Luis y sobre todo Clemente han sido los mejores seleccionadores que ha teido una selección española que se resiste a darse cuenta de la realidad, que es una selección del montón a la que la suerte acompañó en la última Eurocopa. Domenech es el hombre tranquilo, a lo mejor por culto y realizado. Calificarle como imbécil por ser alguien culto y realizado es una calificación idiota que parece demostrar que lo que decían nuestros clásicos era totalmente cierto. Y sin marcharme tan atrás en el tiempo, a principios del pasado siglo, uno de nuestros políticos llegóa a definir a los españoles diciendo que "es español el que no puede ser otra cosa".

Enric: me encantan tus artículos y algunos se los he llevado a mis alumnos. Y te agradezco tu brillante prosa que me enriquece cada vez que la leo.
Pero este artículo no me gusta. No consigo captar la ironía en sus justos términos. Pero de todas formas me parece una pasada lo que está pasando con Domenech: hay que conocer muy bien a alguien para escribir determinadas cosas (tanto en este artículo, como en otros mucho de otros periodistas), y me da la sensación que la mayoría habla de oídas, lo cual no es extraño dado el pésimo nivel del periodismo deportivo español lleno de ignorantes y de pedantes (con honrosas excepciones). Francia no se ha clasificado por culpa de los jugadores y no del entrenador, que también tendrá su parte de culpa; pero no tanta como para presentarnoslo como el ogro de la película. El periodismo también tiene que ser formativo y con semejantes informaciones y artículos de opinión solo se forma estados de ánimo furibundos y normalmente opiniones equivocadas.
Y para cultura la de nuestros representantes futbolisticos que nadie sabe lo que es un afrikaner. Ni tampoco quien era Katalinski: claro el fútbol se invento cuando nacieron ellos y Sudafrica no existia hasta hace una semana.

Si descartamos el hipotético "derecho moral" a cultivarse y realizarse independientemente de las dotes intelectuales de las que nos ha dotado la naturaleza, supondremos que la única crítica posible debe tener como diana a la federación francesa que le ha elegido y mantenido. Por lo demás me quito el sombrero ante los logros del imbécil con una pizca de envidia, por no haber sabido protagonizar cientos de artículos de opinión y cientos de comentarios a los artículos de opinión como éste igual que ha hecho él. Por tanto he de considerarme, entre lamentos, un imbécil envidioso. Eso me descarta sin lugar a dudas como blanco de la ironía inteligente y no realizada que tantas cosas podría también decir sobre mí. No es justo.

Como siempre,gran artículo Enric

Como siempre,gran artículo Enric

Enric, a mí me ha encantado el artículo. Sigue así.

Como casi siempre Enric fantástico. Por los comentarios de algunos, parece que hay gente que vive en una paranoia continua. Lo del sectarismo periodístico ha calado en este país pero que bien. En cuanto leen algo que va mas allá de lo que ellos quieren que les digan. Zas!, todo es incertidumbre. Por cierto Enric es del Español, por lo que el Barca no es que le haga mucha gracia como equipo

Pedazo de bobada has escrito, Enric González. Y soy tan Domenech que me la trago entera...!!!

Habría que añadir, ahondando en la imbecilidad de Domenech, su hispanofobia. Algo bastante común entre los franceses (y los ingleses, y los alemanes, y los...) pero que en el caso de Domenech, tan culto él, escama más. Sólo un imbécil puede odiar lo español que, en su conjunto, y si de virtudes hablamos, es, al menos,creativo, inspirado, dinámico, divertido y valioso.

Por Dios bendito, se supone que la gente sabe leer. Antes de soltar comentarios agraviantes contra el autor del artículo o de rasgarse las vestiduras, relean el texto. ¿No captan la ironía? En fin, que la peña solo parece preparada para leer el marca y para discursos políticos estilo Chávez-Fidel- Aznar. Soy argentino y estoy asqueado con lo prepotente, maleducado y mal lectores que son muchos de mis compatriotas. Ánimos Enric, que seguiremos leyéndote con placer y recomendándote (llevo años regalando tus libros a mis amigos y reenviando tus textos).

Que burros sois los periodistas...

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