23 jun 2010

Expectativas

Por: Enric González

Donovan
 El balón mundialista nunca defrauda las expectativas. En cada competición se espera de él lo mismo: que sea el más redondo de todos los tiempos, que bote como si fuera cuadrado, que martirice a los porteros y que cueste una pasta. Puede decirse ya que Jabulani, el balón con nombre de ayatolá, ha cumplido.

Casi todo lo demás, hablando del juego, ha fallado.

Hasta ahora, sólo tres de las selecciones supuestamente importantes han ofrecido el rendimiento que prometían.

La primera, por supuesto, Francia. Nadie daba un céntimo por esa selección, que fue subcampeona cuatro años atrás, y Francia ha sabido estar a la altura de los pronósticos más pesimistas.

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22 jun 2010

El imbécil culto y realizado

Por: Enric González

Domenech
 Juan Antonio Coderch de Sentmenat (1913-1984) fue uno de los grandes arquitectos europeos del siglo XX. Quizá por elitista, quizá por conservador, quizá porque era un caballero de los que aún hablaban del honor, ni él ni su obra son hoy tan famosos como merecen. Poseía una virtud no muy abundante en el ramo de la arquitectura, el sentido común, y decía verdades tan obvias como aplastantes. En el libro Conversaciones con J. A. Coderch de Sentmenat, de Enric Soria, se incluye esta frase: “No hay nada peor que un imbécil culto y realizado”.

Es una frase que siempre tengo presente. Sabiendo que, como la mayoría, tiendo a la imbecilidad, procuro culturizarme lo mínimo y mantener mi vida cerca de la orilla del fracaso.

Confío en que no parezca demasiado oportunista hablar en estos momentos de Raymond Domenech. No hay más remedio que hacerlo. Recuerden que el periodismo es básicamente oportunismo y unas cuantas cosas más que ahora no recuerdo. Y subrayo que no tengo intención de hacer leña del árbol caído. Hago notar que considero a Domenech un hombre culto y realizado; en pocas crónicas sobre él encontrarán hoy dos elogios tan rotundos. También le considero, por supuesto, un imbécil. La imbecilidad, insisto, es una cualidad muy frecuente entre los hombres. Y, en principio, del todo respetable.

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21 jun 2010

Una banda crepuscular

Por: Enric González

Lippi450
La selección italiana tiene algo de Sam Peckinpah. Ya eran tipos crepusculares en 2006, cuando nadie daba un céntimo por ellos, y ganaron. Ahora quedan varios de aquellos veteranos, con cuatro años más en las piernas, junto a un puñado de novatos que no se parecen ni de lejos a los viejos ausentes: nadie vale un Del Piero, ni la mitad de un Totti. Tampoco los veteranos son lo que fueron. Buffon y su hernia al margen, los demás han perdido virtudes y han acentuado sus defectos: el atolondramiento de Camoranesi, la intrascendencia de Zambrotta, el talento de Cannavaro para crear el caos en torno a sí mismo.

Italia acudió a Sudáfrica en circunstancias muy especiales. No presentía el desastre, como Francia, ni sentía la presión de hacer algo grande de una puñetera vez, como Inglaterra o España. Eran los campeones, y al campeón no se le exige ganar de nuevo. Se le exige, si acaso, que caiga con cierta grandeza.

Esa es la vocación de esta selección crepuscular, tan condenada de antemano como el “Grupo salvaje” o la banda del Mayor Dundee: caer con grandeza.

El problema consiste en los rivales del principio. La banda de Lippi puede hacer una última defensa heroica de su área frente a un rival de talla, puede lanzar una última carga encabezada por su único jugador importante, De Rossi, puede forzar una prórroga y saborear por enésima vez la agonía de la serie de penaltis. Pero no está hecha para ganar a un equipo modesto, apañadito y con ganas de pelea. No está hecha para ganar a Paraguay o Nueva Zelanda.

Doy por supuesto que Italia pasará a octavos. Y confío en verles ganar todavía una batalla imposible. Con una sola me conformo. Un Mundial es menos Mundial sin un milagro italiano, y esta gente, salvo De Rossi, está tan mal, tan decrépitos los viejos y tan insustanciales los jóvenes, que no es capaz de vencer jugando al fútbol: o heroicidad milagrosa, o nada. 

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19 jun 2010

Pulsión de muerte

Por: Enric González

Rooney

Supongamos que las selecciones de fútbol fueran psicoanalizables. En ese caso, habría que seguir suponiendo, funcionarían según el principio del placer y según el principio de realidad.

Freud atribuía al principio del placer los impulsos más básicos: queremos conseguir el placer y evitar el dolor.

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16 jun 2010

El día de Bloom

Por: Enric González

España
 Hoy, como cada 16 de junio, se celebra el Bloomsday: el día de Leopold Bloom. Ulises, la novela más celebrada de James Joyce, es una obra polémica. Para unos (me incluyo) es la cumbre de la literatura del siglo XX. Para otros es la cumbre de la pedantería, el narcisismo grafómano y el tedio. Los dos personajes principales, Leopold Bloom, un modesto comercial publicitario, y su alter ego hamletiano, el aspirante a escritor Stephen Dedalus, se dedican simplemente a hacer sus cosas: desayunan, piensan, defecan, beben, trabajan, desean. Todo ocurre en Dublín (Joyce se fue de su ciudad natal, pero su ciudad no se fue de él) durante un solo día, el 16 de junio de 1904.

Vaya argumento, ¿no? Ulises toma como patrón La Odisea de Homero y las fantásticas aventuras de su protagonista, Odiseo, Ulises en latín, para crear una leyenda épica. Se trata, sin embargo, de una épica contemporánea. Todo es caótico, momentáneo, intrascendente, inexplicable. Y heroico a la vez. Leopold Bloom, el héroe del siglo XX, es un personaje confuso que ignora cuál será el veredicto de Dios o la historia sobre su existencia, aunque barrunta que no habrá veredicto y que no existe nada más allá de la vida.

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15 jun 2010

El estilo nacional

Por: Enric González

Seleccion
 A Henry Kissinger, el viejo panzer de la diplomacia estadounidense, no se le pueden discutir ni la inteligencia ni el pragmatismo. La catadura moral sí, y mucho, pero no vamos a dedicarnos a eso ahora. Con 87 años, Kissinger sigue ganando fortunas en su despacho de Manhattan, asesorando a Gobiernos y empresas multinacionales. Y sigue amando el fútbol. El otro día telefoneó a otro veterano de los asuntos planetarios, el periodista Roger Cohen (más de una docena de corresponsalías y miles de crónicas, algunas memorables y otras discutibles) para hablar sobre el Mundial.

Según cuenta el propio Cohen, Kissinger fue lógicamente escéptico sobre las posibilidades de la selección de Estados Unidos: “Hemos mejorado pero todavía no tenemos un estilo nacional que yo sea capaz de percibir. Estamos en desarrollo, igual que lo estamos en la gestión internacional de los asuntos sobre una base global”.

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14 jun 2010

El axioma de Lineker

Por: Enric González

Alemania
 Un axioma, ya saben, es sólo un postulado, un enunciado no necesariamente cierto que se utiliza para alcanzar una conclusión determinada. O sea, un instrumento de trabajo. Como en el fútbol sólo existe un teorema, o verdad demostrable (gana el que marca más goles), abundan los axiomas. Casi todos son muy obvios, desde el elemental “si yo tengo el balón no lo tiene el contrario” al esencialísimo “fútbol es fútbol”. Algunos, sin embargo, parecen absurdos pero ofrecen amplias posibilidades de desarrollo.

Es el caso del célebre axioma de Lineker. Cuando Gary Lineker lo formuló, lo hizo en tono jocoso: “El fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y en el que al final ganan los alemanes”. Pero la broma se convirtió en axioma, y de los más célebres. Lo conoce todo el mundo. Y casi todo el mundo le atribuye crédito.

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12 jun 2010

Brujas y misterios

Por: Enric González

Veron-blog
Con Juan “la Brujita” Verón me ocurre una cosa misteriosa: nunca le he visto jugar un gran partido. Le recuerdo como un buen jugador en Parma y Lazio, hace ya más de 10 años, pero no como un futbolista de los que dejan su talento grabado en la memoria. Y, sin embargo, ha suscitado profundas devociones y ha llegado a cobrar tanto como Ronaldo en sus mejores momentos.

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11 jun 2010

Partidos de alta tensión

Por: Enric González

Sudafrica-mexico
 El otro día tomé una cerveza en un bar de Jerusalén con dos tipos interesantes. Lo que sigue a continuación procede de esa charla de bar, por lo que resulta extremadamente subjetivo. Tras esta advertencia, proseguimos.

Los dos tipos resultaron amantes de las emociones fuertes. Primero, por su profesión: empresarios de prensa. Segundo, por su afición: el fútbol internacional. Hay millones de aficionados al fútbol, cierto, pero no muchos como esos dos. Lo suyo consiste en asistir a grandes partidos por todo el mundo. Han llegado a tal nivel que incluso consideran la posibilidad de adherirse a un selectísimo club alemán que sólo admite como socios a quienes ven (desde la tribuna, insisto, no por televisión) un mínimo de 150 partidos anuales de nivel internacional. Se hacen una idea, ¿no?

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10 jun 2010

Los malqueridos

Por: Enric González

El ex internacional francés Zidane da un cabezazo al italiano Materazzi Dentro de la ciencia del mundialismo futbolístico, sobre la que peroramos miles de comentaristas, una de las disciplinas más enigmáticas es la referida a las antipatías. ¿Por qué hay selecciones simpáticas y selecciones antipáticas? No está nada claro. La pentacampeona Brasil, por ejemplo, suele caer bien. Por su fútbol alegre, dicen. Y, sin embargo, ciñéndonos a las últimas décadas, jugó de forma mediocre en 1974, 1978, 1986 y 1990, fue insufrible (pese al éxito) en 1994, no estuvo mal en 1998, tiró de Ronaldo en 2002 y en 2006 volvió a aburrir. Será la “torcida”, siempre afable y bullanguera.

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Dibuje maestro

Sobre el blog

Enric González, corresponsal de EL PAÍS en Oriente Próximo y autor, entre otros libros, de Historias del Calcio escribirá durante el Mundial de Sudáfrica de futbolistas y de fútbol, "es decir, del juego más hermoso. Solamente de eso".

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