E … Dov’è il Sahara?

Por: | 05 de octubre de 2013

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                                                                                                                      Fotografía de Santiago Barrio

Agradecemos a nuestra lectora Giulia Maltese, la traducción al italiano del poema que da título al blog. Y...¿dónde queda el Sahara? E … Dov’è il Sahara?

E … Dov’è il Sahara?

A un palmo da casa tua, quando ne vedi il profilo disegnato in una mappa. A due ore in aereo dalla Spagna. A un salto energico dall’isola canaria più allungata. A un bacio dalle acque atlantiche.

Nei tuoi occhi, quando si perdono nei ricordi, vedo il Sahara. Nella tua lingua, che è la mia lingua. Nelle parole di una lingua che i Saharawi amano, come amavano Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca.

È a 38 anni dalla fine della sua storia coloniale. A 100 anni di storia cancellata. Dimenticata. A pochi passi dalla gente senza memoria.

È a migliaia e migliaia di storie di uomini e donne che atterrarono in quelle terre infuocate. È  lontano dall’essere l’ennesima provincia spagnola, come lo è stato, credimi, in un’altra Spagna.

Nel tuo cuore sento il battito del Sahara. Occidentale, lo chiamano. Western Sahara. Marocco non si chiama. No. È molto lontano dal vicino che anela quanto non gli appartiene. A anni luce di distanza. Parliamo lingue diverse. E io non capisco niente.

 

Nelle cicatrici di alti muri e mine, mi fa male il Sahara. Un Sahara che sanguina. Molto lontano dalla parola Giustizia. A molti giorni e rispettive notti al Capo di Buona Speranza.

E dov’è il Sahara? Chiedi per rompere il ghiaccio. È, penso, a un ti amo oggi e un non ti amo domani. Molto vicino a un dolce sogno che infiamma l’alba.

I politici in giacca e cravatta si sforzano per situarlo a centinaia di migliaia di chilometri di distanza. Per loro, oserei dire, non esiste il Sahara. Eppure, nonostante ciò, la mia retina riflette ogni singolo granello di sabbia di un deserto che si bagna divertito nell’oceano.

Come un intrepido giocoliere, passeggio mantenendomi in equilibrio lungo una linea immaginaria. È il Tropico del Cancro che attraversa come una lancia il Sahara e lo stesso continente africano. E dall’alto vedo una terra luminosa. E agitata e coraggiosa. E da poco diffidente.

E dov’è il Sahara? Orgogliosa ti dico, a pochi millimetri dalla tua pelle, quando mi stringi la mano. O la mano di ogni Saharawi che vive lottando nella zona occupata, nei campi di rifugiati, nella battaglia diplomatica o in quella quotidiana, molto lontano dalla terra amata. Sahara.

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No sé si es el italiano, lengua que traduzco y que adoro, pero que no puedo percibir en todos sus matices, o que amo el Sáhara sin más, y no solo, amo a los más que llegan de un continente que me emociona en tantas de sus manifestaciones -cuando poco logra emocionarme ya-, y a los que suelo sentir más cerca, más humanos, más limpios, más inocentes, vivos y delicados que mis compatriotas. Gracias.

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Y… ¿dónde queda el Sáhara?

Sobre el blog

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

Sobre los autores

Sukina Aali-Taleb Hija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.

Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.

Bahia Mahmud Awah Bahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.

Willy Veleta Willy Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.

Liman Boicha Liman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.

Larosi Haidar Larosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.

1000 voces para un poema

SANKARA SIDATI2
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis. 

África vuelo California BA 279

En homenaje a mis hermanos y hermanas del

África negra que surcan por sus

sueños atravesando desiertos y

océanos por un mundo mejor.

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.

 

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.

Náufrago,

se marchó en busca de otros horizontes,

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,

de hambrunas,

de guerras de tripas,

de cayucos y pateras,

hundidos con todas las quimeras de la tribu.

 

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar

del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones,

se lo aconsejó el jefe de los saimara,

se lo aconsejó el chej de los bambara,

se lo aconsejó el patriarca de los zulú,

para que el día de la vuelta,

“si Dios navega

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan,

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia.

 

Veo una Europa egoísta,

envuelta en oscuras nubes del porvenir,

veo gigantes rascacielos,

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,

y veo otras ensayar armas que destruyan

los verdes campos de mis trigales,

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,

esos de quienes llegan la deriva.

 

Preocupados los ancianos del clan,

dicen, de España esta vez llegan al Atlas

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscús del Rif,

y de Francia estorban la vida muchos soldados,

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!

En pleno vuelo,

no dejo de pensar en el viejo continente,

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz,

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.

 

Ya sobre las nubes del Atlántico

siento franqueadas las fronteras,

y rotos los sueños,

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.

¿A dónde vas humanidad de tez blanca?

De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,

de hurtados cerebros enfermizos,

de vacíos y retuertos vocabularios

de postizos principios y corruptos amigos,

su mundo es tan alejado,

separado y diferente en valores de lucha,

de África y de la franca libertad al mío.

 

Y como africano le confieso que

ni una vez me inclino a la mano que se besa,

ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.

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El País

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