Laboratorio de Derechos Humanos

Por: | 04 de julio de 2014

Hombre_Santiago_Barrio

Fotografía de Santiago Barrio, perteneciente a la serie El teatro de las dunas

Esta entrada ha sido escrita por el periodista y escritor saharaui Ali Salem Iselmu.

Laboratorio de derechos humanos es una magnífica idea para defender los derechos del pueblo saharaui y de otros pueblos oprimidos, cuyas riquezas  son numerosas, pero solo sirven para generar mayor pobreza en la población.

Dónde están las universidades en el Sáhara Occidental, dónde están las carreteras que estén en buenas condiciones para comunicar a las principales ciudades saharauis, cuántos saharauis trabajan y cuántos están en el paro con formación universitaria, estás y muchas más preguntas deben estar en la mente de muchos.

Realmente los recursos naturales entre los cuales están las minas de fosfatos y el banco de pesca, sirven para mejorar las condiciones de vida o son expoliados por empresas extranjeras con la ayuda de Marruecos; en una carrera frenética para agotarlos y dejar un territorio pobre y sin infraestructuras. Cuando por otra parte, la realidad que se vive en el territorio es la de una población saharaui sin derecho  al trabajo, a la formación profesional y vive pendiente en espera de una ayuda que el Gobierno marroquí, ofrece como contrapartida por esta política de marginación, mientras tanto las Naciones Unidas siguen buscando una solución a este conflicto.

En la provincia de Álava, la Asociación de Amigos y Amigas de la R.A.S.D, desarrolló  varios talleres sobre el tema de los derechos humanos, recursos naturales y feminismo con el objetivo de acercar la realidad saharaui en Euskadi y llevar a cabo una labor de sensibilización tan necesaria para comprender la dura situación que se vive en los campamentos de refugiados saharauis y las zonas ocupadas del Sáhara Occidental.

Los derechos humanos empiezan por un reparto justo de las riquezas, invertido en el desarrollo social del pueblo saharaui, haciendo a los saharauis los verdaderos protagonistas en su tierra, no unos ciudadanos de segunda que esperan las remesas que otorga la administración marroquí de la explotación ilegal de una riqueza que solo sirvepara anular la capacidad de los ciudadanos para crear, trabajar y sacar su vida con la actividad económica que se genera en su tierra.

El origen de las violaciones de los derechos humanos viene del intento de apropiarse a la fuerza de los recursos naturales del Sáhara que son explotados por empresas como Jealsa, FMC Foret y la flota de pesca europea que desarrolla sus actividades debajo del paralelo 27º, intentando legitimar la presencia de Marruecos en el Sáhara Occidental.

El verdadero laboratorio de los derechos humanos, es el que ayuda a que el desarrollo de un pueblo esté conectado directamente con sus recursos naturales, permitiendo el surgimiento de un capital humano que permita una mejor defensa de la dignidad de las personas; personas que deben tener oportunidades laborales para alcanzar todos sus derechos en libertad.

Un pueblo es libre en la medida que pueda gestionar sus recursos y disponer de ellos para cubrir sus necesidades y así podrá alcanzar su verdadera  autodeterminación.

Hay 1 Comentarios

.."el que ayuda a que el desarrollo de un pueblo esté conectado directamente con sus recursos naturales, permitiendo el surgimiento de un capital humano que permita una mejor defensa de la dignidad de las personas; " Muy bien expresado.Ayer mismo veíamos gracias a estas maravillas de la tecnología un programa emitido en un país sudamericano donde se mostraba una provincia de "ese país",lugar proverbialmente tan pobre, que se dice se venden los perros y se regalan los bebés recien nacidos. Donde los gobiernos,adquieren helicópteros y aviones con la excusa de destinarlos al traslado de enfermos graves a la capital de dicho reino, pero que en realidad son usados por el gobernador y su familia directa hasta para ir de compras a a los shoppings.Provincia de un país que pretende ser el paladín de los Derechos Humanos , pero cualquier periodista que se atreva a mostrar la miseria de esa población,apenas ingresar en el territorio al menos una docena de policías siguen con total obsecuencia sus pasos.Lugar donde el 82% de la población no tiene acceso a las redes cloacales y mucho menos a las de agua, pero si se ha construido una represa, y hasta un puente que no lleva a ninguna parte.

Publicar un comentario

Si tienes una cuenta en TypePad o TypeKey, por favor Inicia sesión.

Y… ¿dónde queda el Sáhara?

Sobre el blog

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

Sobre los autores

Sukina Aali-Taleb Hija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.

Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.

Bahia Mahmud Awah Bahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.

Willy Veleta Willy Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.

Liman Boicha Liman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.

Larosi Haidar Larosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.

1000 voces para un poema

SANKARA SIDATI2
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis. 

África vuelo California BA 279

En homenaje a mis hermanos y hermanas del

África negra que surcan por sus

sueños atravesando desiertos y

océanos por un mundo mejor.

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.

 

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.

Náufrago,

se marchó en busca de otros horizontes,

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,

de hambrunas,

de guerras de tripas,

de cayucos y pateras,

hundidos con todas las quimeras de la tribu.

 

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar

del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones,

se lo aconsejó el jefe de los saimara,

se lo aconsejó el chej de los bambara,

se lo aconsejó el patriarca de los zulú,

para que el día de la vuelta,

“si Dios navega

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan,

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia.

 

Veo una Europa egoísta,

envuelta en oscuras nubes del porvenir,

veo gigantes rascacielos,

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,

y veo otras ensayar armas que destruyan

los verdes campos de mis trigales,

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,

esos de quienes llegan la deriva.

 

Preocupados los ancianos del clan,

dicen, de España esta vez llegan al Atlas

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscús del Rif,

y de Francia estorban la vida muchos soldados,

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!

En pleno vuelo,

no dejo de pensar en el viejo continente,

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz,

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.

 

Ya sobre las nubes del Atlántico

siento franqueadas las fronteras,

y rotos los sueños,

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.

¿A dónde vas humanidad de tez blanca?

De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,

de hurtados cerebros enfermizos,

de vacíos y retuertos vocabularios

de postizos principios y corruptos amigos,

su mundo es tan alejado,

separado y diferente en valores de lucha,

de África y de la franca libertad al mío.

 

Y como africano le confieso que

ni una vez me inclino a la mano que se besa,

ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.

Ver todos los fragmentos »

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal