
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis.
África vuelo California BA 279
En homenaje a mis hermanos y hermanas del
África negra que surcan por sus
sueños atravesando desiertos y
océanos por un mundo mejor.
Lejos y sin cosechas, allí dejo
mi África sin pan.
Repetía una y otra vez cuando despedía
tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.
Náufrago,
se marchó en busca de otros horizontes,
y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,
de hambrunas,
de guerras de tripas,
de cayucos y pateras,
hundidos con todas las quimeras de la tribu.
El pan que un día partió para traer
costaba tanto como el caviar
del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.
Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo
lleno de ilusiones,
se lo aconsejó el jefe de los saimara,
se lo aconsejó el chej de los bambara,
se lo aconsejó el patriarca de los zulú,
para que el día de la vuelta,
“si Dios navega
en tu habitual deriva de cada mar
viera su nueva chabola rebosando pan,
trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.
Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar
la ira de mi conciencia.
Veo una Europa egoísta,
envuelta en oscuras nubes del porvenir,
veo gigantes rascacielos,
veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,
y veo otras ensayar armas que destruyan
los verdes campos de mis trigales,
y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas
el dolor remueve mis intestinos vacíos,
esos de quienes llegan la deriva.
Preocupados los ancianos del clan,
dicen, de España esta vez llegan al Atlas
blindados de guerra en vez de granos de cebada
para hacer el cuscús del Rif,
y de Francia estorban la vida muchos soldados,
que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!
En pleno vuelo,
no dejo de pensar en el viejo continente,
rezo para que esa humanidad vuelva a emerger
otra vez tras este siglo sin siembras
de maíz,
sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.
Ya sobre las nubes del Atlántico
siento franqueadas las fronteras,
y rotos los sueños,
los cayucos no cesarán de atravesar estos mares
porque creen que otro mundo más justo es posible.
¿A dónde vas humanidad de tez blanca?
De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,
de hurtados cerebros enfermizos,
de vacíos y retuertos vocabularios
de postizos principios y corruptos amigos,
su mundo es tan alejado,
separado y diferente en valores de lucha,
de África y de la franca libertad al mío.
Y como africano le confieso que
ni una vez me inclino a la mano que se besa,
ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.
Hay 4 Comentarios
Los primeros meses de la Intifada pacífica saharaui de 2005 dejaron en mí una huella imborrable, para siempre. Sahara Libre.
Publicado por: Conx | 07/12/2014 11:08:32
en el comentario anterior donde dice dudosa, por error, debe decir mila,
Publicado por: yo | 07/12/2014 0:21:03
admiro el coraje, paciencia y capacidad de sufrimiento de los saharauis, su magnífica organización y su capacidad para mantener sus verdaderos valores a pesar de la gran adversidad que les ha tocado vivir.
Publicado por: dudosa | 06/12/2014 23:36:39
Recuerdo que uno de los blogs que más me gustó fue el de "El nómada y la ciudad", donde se describía la vida de un nómada saharaui y su ganado a travás del territorio del Sahara, buscando las lluvias y pastos para su ganado, de donde obtenía los alimentos necesarios para vivir; después todo cambió, tuvo que desplazarse y dejar de ser nómada, subsistiendo sedentariamente en una ciudad que ahogaba su sed de libertad.
El relato memorizó lo que me contó un amigo que pasó un tiempo en los campos de refugiados saharauis en Argelia, donde viven en pleno desierto, sin agua, sin pastos, sin vegetación, sin nada, sólo arena, subsistiendo en tiendas y dependiendo, para ello, de la ayuda internacional, que puede ser o no suficiente para cubrir las necesidades de estas personas; personas que se mantienen, a pesar de todo, en pie, dignamente, para recordar que todavía existen, para que no se les olvide y denunciando su situación frente a la ambición y el abuso de la fuerza.
Pero, aunque les pese a muchos, su presencia seguirá viva y removerá las conciencias de los que empiecen a ver la debilidad y la palidez de sus rostros, la delgadez y falta de crecimiento de sus niños y la falta de rumia de sus pocos animales porque, en vez de pastos, a ellos la única ayuda internacional que les llega son las cajas desechadas de los envases de cartón con los que se alimentan.
Publicado por: berta | 05/12/2014 15:14:42