Niños saharauis del programa Vacaciones en Paz regresan a los camapamentos de refugiadoas en Tindouf
Esta entrada ha sido escrita por la periodista Alba Villén.
Los refugiados saharauis cierran las maletas un verano más. Vuelta al desierto. Chocolates, miel, aceite, ropa, material escolar... llenan el equipaje de bienes a los que tendrán un acceso limitado en un desierto pedregoso, su hogar. Los 4467 niños saharauis que han llegado a España este año gracias al proyecto Vacaciones en Paz regresan esta semana escalonadamente, según las diferentes comunidades de residencia, a los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) tras dos meses de convivencia con las familias de acogida españolas.
Las despedidas tienen el sabor del primero de los tres tés del ritual saharaui: amargo. Familias de acogida y refugiados comparten un sabor agridulce cuando no queda más remedio que decir adiós. Los menores, que comprenden edades entre los 9 y 13 años, se reencuentran en los aeropuertos con los nervios y felicidad propios de quien retorna a casa con los suyos. Laila, una de las pequeñas refugiadas que visita España por segunda vez, lleva un par de semanas tachando sobre el calendario los días que faltan para volver a ver a su madre y hermanos. Sin embargo Ali, que ya cuenta con 13 años y es consciente de que vivió su último verano en la península, apura hasta el último momento el abrazo a su “hermano de España”, como él lo llama, y con el que no tiene fecha para reencontrarse de momento.