Primavera de los poetas en Lyon

Por: | 03 de abril de 2017

El principito_02

Esta entrada ha sido escrita por el periodista y escritor Ali Salem Iselmu, miembro de la Generación de la Amistad Saharaui.

Hay palabras que rompen el silencio, absorben los gestos y se convierten en melodía. Lyon es una de ellas. Sus calles anchas, sus majestuosas iglesias, los dos ríos que la recorren. Fluyen para encontrarse en un solo punto. La primavera de sus poetas, el silencio de sus edificios que miran los desnudos árboles. Se refleja en sus improvisados mercados de frutas, verduras y carne asada.

Hay espacio para la poesía, para la imaginación en aquel  lugar cubierto de madera y libros. Las lenguas se mezclan y emergen con sus sonidos para llegar a diferentes paisajes.

Los poetas nómadas del Sáhara Occidental, recitan sus versos, desnudan su exilio y  se reencuentran con la poesía.

La palabra vence barreras, supera obstáculos y llega al corazón para reivindicarse en su interior.

En el aeropuerto Saint Exupéry, pude sentir al principito paseando por los anchos pasillos de la terminal, a pesar del ajetreo con que se mueven los viajeros buscando sus aviones. Sometiéndose a un estricto control de seguridad.

Varias voces se mezclaban para revivir un poema, devolviendo su espíritu y transportándolo a un paisaje verde y exuberante. En esas voces hay un eco que suena en las montañas,  llega a las personas que se entregan con facilidad a la emoción de cada verso.

Los niños te miran y sonríen, luego pronuncian la palabra Santiago de Cuba, Sahara, Cubaraui, y entienden el recorrido de cada olor y sabor. Luego observan el nacimiento de cada verso, cuando sale de la fuente de la imaginación.

La poesía de La Generación de La Amistad, no es neutral, ni es objetiva, ni es militante. Es una poesía empecinada en dibujar los caminos del exilio y reencontrarse con las huellas perdidas del tiempo. Una generación de poetas que busca, recomponer los recuerdos y volver a la infancia abortada.

El sabor está en ese plato que se llama “Blanquette de Veaua’l’ancienne” que viene siendo algo así como “Ternera a la Blanquette Tradicional”, allí están los sabores de Francia, sus quesos fundidos, el aroma de sus condimentos. Un poeta lo cata y se imagina una abuela mezclando el arroz y la carne en una mañana  de domingo.

El impacto de cada palabra, de cada poema, se nota en los ojos de quién abraza la poesía, se identifica con ella.  Allí es cuando vuelve la primavera de los poetas con sus flores, con las hojas que brotan de los árboles. Entonces se derrita el hielo y vuelve a correr el agua.

Presentación_Primavera_Lyon

Cuando caminas despacio hasta Place Guichard, y sigues hasta Saxe Gambetta, recuerdas que en el río hay barcos flotando sobre el agua. Los cisnes y los patos se impulsan sobre las pequeñas olas y los peces desparecen en la profundidad, se esconden de las miradas ajenas.

Te acuerdas entonces que no hablas francés, apenas puedes pronunciar un monosílabo. Una niña de mirada poética te empieza a hablar. Te quedas callado buscando las palabras que tú no sabes pronunciar.
                                 (Poema dedicado a la pequeña Luna y a sus padres)
LUNA, LULU.                        
Dormí en la cama,
mirando sus libros,
cuando me levanté
ella me dijo quoi1 en francés
no entendí nada.
Siguió hablando,
sus palabras volaban en mi mente.

Le dije desesperado:
sabes, yo hablo solo español.
Me sacó el libro de la gata y sus hijos,
yo empecé a leerlo en la lengua de Cervantes
pero ella hablaba la lengua de Molière.

Me miró y  dijo:
yo soy  Lulu.
Yo le respondí:
ah, tu eres la luna,
entonces yo soy el sol.

Ella era una niña de dos años,
yo un hombre que no entendía francés.

Mientras ella hablaba, yo le decía oui2.
Al  final el silencio
se apoderó  de los ojos de Lulu.

Yo seguí pronunciando
palabras inocentes.
Ella cambiaba las páginas del libro,
y volvía a señalar
pequeñas frases en francés.

 1 La palabra “quoi” significa en español “que”.
 2 La palabra “oui” quiere decir en español “si”.

Hay 2 Comentarios

Los poetas saharauis rompen barreras. En Francia hablando del Sahara Occidental de manera tan bella. Gracias Ali Salem Iselmu por la belleza de tus escritos, tus actos y tu persona.

Hermoso. Me ha encantado.
"Ella era una niña de dos años,
yo un hombre que no entendía francés".

Lo sencillo es bello y a veces, es algo difícil de conseguir. Tú lo has logrado en este poema-crónica, o crónica-poema sobre tu estancia en Lyon. Enhorabuena.
Limam

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Y… ¿dónde queda el Sáhara?

Sobre el blog

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

Sobre los autores

Sukina Aali-Taleb Hija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.

Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.

Bahia Mahmud Awah Bahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.

Willy Veleta Willy Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.

Liman Boicha Liman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.

Larosi Haidar Larosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.

1000 voces para un poema

SANKARA SIDATI2
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis. 

África vuelo California BA 279

En homenaje a mis hermanos y hermanas del

África negra que surcan por sus

sueños atravesando desiertos y

océanos por un mundo mejor.

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.

 

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.

Náufrago,

se marchó en busca de otros horizontes,

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,

de hambrunas,

de guerras de tripas,

de cayucos y pateras,

hundidos con todas las quimeras de la tribu.

 

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar

del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones,

se lo aconsejó el jefe de los saimara,

se lo aconsejó el chej de los bambara,

se lo aconsejó el patriarca de los zulú,

para que el día de la vuelta,

“si Dios navega

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan,

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia.

 

Veo una Europa egoísta,

envuelta en oscuras nubes del porvenir,

veo gigantes rascacielos,

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,

y veo otras ensayar armas que destruyan

los verdes campos de mis trigales,

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,

esos de quienes llegan la deriva.

 

Preocupados los ancianos del clan,

dicen, de España esta vez llegan al Atlas

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscús del Rif,

y de Francia estorban la vida muchos soldados,

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!

En pleno vuelo,

no dejo de pensar en el viejo continente,

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz,

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.

 

Ya sobre las nubes del Atlántico

siento franqueadas las fronteras,

y rotos los sueños,

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.

¿A dónde vas humanidad de tez blanca?

De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,

de hurtados cerebros enfermizos,

de vacíos y retuertos vocabularios

de postizos principios y corruptos amigos,

su mundo es tan alejado,

separado y diferente en valores de lucha,

de África y de la franca libertad al mío.

 

Y como africano le confieso que

ni una vez me inclino a la mano que se besa,

ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.

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El País

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