Un libro al día de escritoras africanas, "El silencio de las nubes" de Zahra Ahmed Hasnaui

Por: | 15 de diciembre de 2018

PINTURA P-23

Texto: Conchi Moya Fernández, escritora y periodista

Ilustración: Fadel Jalifa

Este texto ha sido publicado por Literafricas

Zahra Hasnaui es heredera de la rica tradición oral de los hombres y mujeres saharauis, que se pierde en la noche de los tiempos. Es integrante de la Generación de la Amistad, el grupo de escritores saharauis que crean en español, segunda lengua de los saharauis. Es el idioma elegido por ellos como herramienta de creación, porque como dicen “piensan, hablan, sienten, sueñan y escriben sus poemas” también en el idioma de la metrópoli, el único legado que dejó España tras cien años de colonización, vehículo de relación con los pueblos de España y Latinoamérica con quienes tienen un pasado común.

A Zahra, filóloga y profesora, las circunstancias, en forma de invasión marroquí del Sahara Occidental, la convirtieron en locutora de radio, activista y escritora. Los saharauis respiran poesía desde que nacen pero de alguna manera la lucha contra la ocupación ha llevado a estos escritores a dar a conocer su causa a través de la cultura. Porque, como dice el poeta saharaui Ebnu, los saharauis no pueden escribir sobre flores, amor o belleza mientras su pueblo resista en unos campos de refugiados, en territorio ocupado, o disperso por todo el mundo.

A Zahra por supuesto hay que leerla. Pero no conoceremos toda su dimensión hasta que la escuchemos recitar sus poemas. Su tono, su forma de hablar, sus silencios (cómo maneja los silencios), su mirada o su forma de colocarse la melhfa (el etéreo manto de color que visten las mujeres saharauis), todo ello es poesía. Zahra, la flor, es poesía en movimiento. He tenido la suerte de acompañarla y disfrutarla en diferentes actividades y recitales, donde ha abanderado desde el frente cultural la justa lucha de su gente.

Desde la constitución de Generación de la Amistad Saharaui en 2005, Zahra ha participado en una veintena de antologías de poesía y narrativa saharaui en español, editadas en España, Francia, Inglaterra, Argentina, Uruguay o Venezuela, entre otros países. Zahra une a su condición de escritora la de ser mujer, inmigrante y refugiada. En un panorama literario como el español se hace especialmente complicado publicar. Pero al fin este año 2018 el primer poemario de Zahra Hasnaui en solitario ha visto la luz. “El silencio de las nubes” ha pasado a formar parte del catálogo de la editorial sevillana Extravertida Editorial.

Sobre su primer poemario Zahra afirma que no ha sentido “ningún pudor en reflejar en el libro el sentir saharaui”. El título tiene relación con el nombre que reciben los saharauis “Hijos de la nube”, los nómadas que siempre iban tras la lluvia, fuente de pastos y vida. “Cuando yo era pequeña, en el Sahara, mi abuela me obligaba a salir a la badia, al desierto, pero yo no sabía apreciarlo, me parecía muy aburrido. Ahora añoro el desierto con desesperación”, recuerda Zahra. Por culpa de la ocupación los saharauis no pueden circular libremente por el desierto. “Aquella vida ha desaparecido y las nubes se han quedado en silencio”.

Algunos de los poemas de “El silencio de las nubes” son “Lento pero viene”, dedicado a la esperanza del día de regreso a la tierra; “Saharauia”, sobre las mujeres saharauis que de la nada levantaron los campamentos de refugiados saharauis; o “Voces”, que habla de los saharauis que resisten desde hace más de cuarenta años en los territorios ocupados.

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Y… ¿dónde queda el Sáhara?

Sobre el blog

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

Sobre los autores

Sukina Aali-Taleb Hija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.

Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.

Bahia Mahmud Awah Bahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.

Willy Veleta Willy Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.

Liman Boicha Liman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.

Larosi Haidar Larosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.

1000 voces para un poema

SANKARA SIDATI2
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis. 

África vuelo California BA 279

En homenaje a mis hermanos y hermanas del

África negra que surcan por sus

sueños atravesando desiertos y

océanos por un mundo mejor.

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.

 

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.

Náufrago,

se marchó en busca de otros horizontes,

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,

de hambrunas,

de guerras de tripas,

de cayucos y pateras,

hundidos con todas las quimeras de la tribu.

 

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar

del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones,

se lo aconsejó el jefe de los saimara,

se lo aconsejó el chej de los bambara,

se lo aconsejó el patriarca de los zulú,

para que el día de la vuelta,

“si Dios navega

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan,

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia.

 

Veo una Europa egoísta,

envuelta en oscuras nubes del porvenir,

veo gigantes rascacielos,

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,

y veo otras ensayar armas que destruyan

los verdes campos de mis trigales,

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,

esos de quienes llegan la deriva.

 

Preocupados los ancianos del clan,

dicen, de España esta vez llegan al Atlas

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscús del Rif,

y de Francia estorban la vida muchos soldados,

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!

En pleno vuelo,

no dejo de pensar en el viejo continente,

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz,

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.

 

Ya sobre las nubes del Atlántico

siento franqueadas las fronteras,

y rotos los sueños,

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.

¿A dónde vas humanidad de tez blanca?

De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,

de hurtados cerebros enfermizos,

de vacíos y retuertos vocabularios

de postizos principios y corruptos amigos,

su mundo es tan alejado,

separado y diferente en valores de lucha,

de África y de la franca libertad al mío.

 

Y como africano le confieso que

ni una vez me inclino a la mano que se besa,

ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.

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El País

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