“Tiris, Rutas Literarias”: la memoria de la poesía y la historia

Por: | 27 de enero de 2019

BH191433Texto: Ali Salem Iselmu. Foto Wad Miyek, Tiris, de Bahia MH Awah 2011

Cuando concluimos una disfrutada lectura de un libro, que nos ha dejado un buen sabor, queremos compartir con los más inmediatos afines de lectura nuestra opinión al respecto.

Si opinamos formulando o presuponiendo criterios, sin un conocimiento previo del contexto, erraremos contra el autor y su obra. Y como dice el proverbio saharaui ويل لغن من حكينو “El mal del verso se debe a su declamador”. Cuando Tiris, rutas literarias se publicó en 2016, tuve un enorme deseo que me llegara la opinión de alguien que conociera la región de Tiris y sus referentes en la historia de la poesía. Dos años más tarde entiendo que valió la pena esperar, al ver que mi deseo se ha hecho realidad en un texto de crítica literaria que me llega del escritor, periodista y poeta saharaui Ali Salem Iselmu, natural de esa region de Tiris. Un texto que a continuación comparto con el lector de este blog. Bahia MH Awah

Cuando terminé de leer el libro “Tiris, Rutas Literarias” del escritor saharaui Bahia Mahmud Awah, me quedé absorto ante el recorrido de cada verso convertido en epopeya. En las arenas del Tiris se perdieron mis lágrimas entre leyendas de poetas y guerreros saharauis como Ali Uld Meyara, Wayaha Uld Ali Chij o Mohamed Uld Tolba.

Al cerrar la última página del libro, ante mis ojos seguían las montañas negras del Tiris[1] y los jinetes de la poesía recorriendo aquel paisaje desnudo que empieza desde Rich Anayim[2] hasta Zug[3]. No puedo olvidar la descripción que hace Bahia del “Celestino Literario”, el registro oral del verso saharaui Mohamed Salem Uld Abdelmayid. Y por otra parte el poeta Sid Brahim Uld Salama Uld Eydud, cuando cuentan que una noche estrellada, unos hombres dormidos al lado de las montañas de Leyuad[4] , se despertaron sin dientes porque había sido atacados por los diablos mientras soñaban. Solo en esas infinitas rutas que aborda el libro de forma magistral, aparecen fabulas y leyendas nacidas de la poesía más genuina que se ha cultivado sobre el Tiris desde tiempos remotos.

Bahia Mahmud construye cada palabra y cada verso de poesía en hasania[5] y lo traduce de forma exquisita al castellano construyendo un puente entre dos culturas, llevando lo más profundo de una cultura a otra lengua. Transformando los gaf[6] en versos y las talaa[7] en hermosos poemas.

Hay unos versos del poeta Sid Brahim en hasania en los que plasma su reencuentro con Tiris:

     يلعڴل ابكي مانك معڏور             البكي اللي ماهو مستور

     رافع راسك ماهو محدور              بيك الفرح مافيك أثقال

    وتحدولك واحد وثنين                ڴلابت  تيرس دمعك سال

    بيك اللي تعرف من شي زين            فيها مات راجع محال                          

Este poema Bahia lo traduce y lo ordena de tal forma, que el texto original sigue teniendo la misma fuerza e intensidad cuando lo lees en castellano:

“Oh, amor, llora que no estás

disculpado.

Llora con la cabeza en alto

y no escondas tus lágrimas,

porque de alegría desbordas

y ningún mal te pesa.

Los montes de Tiris

ante ti se perfilan, uno y dos…

Y ahora

haz que corran tus lágrimas

porque sabes de hermosos

tiempos que no volverán.”

La riqueza de este libro está en las anécdotas que se cuentan con cada poema, cada palabra alrededor de un vaso de té saharaui y ante la mirada del equipo de investigadores de La Universidad Autónoma de Madrid, buscando en las cuevas del Lemdeismat[8] los versos de Mohamed Uld Tolba. Este sabio saharaui ante la dificultad de componer un poema en el que buscaba hacer rimar, el nombre de uno de los montes de Leyuad. Contrató tres pastores para su ganado, resultando el último pastor un excelente poeta que logró colocar esa palabra dentro de un extenso verso.

“Tiris, Rutas Literarias” es un libro que no sabría definir su género, ni su estilo. Lo único que podría afirmar de esta obra, es que rescata la historia y la poesía escondida en el interior de las dunas del Tiris y la eleva a su cielo estrellado, creando una especial comunión entre historia, poesía y literatura.

Los poetas saharauis salen de la soledad del desierto y subidos sobre una lluvia de versos, regresan a su tierra después de un largo exilio.

Este libro es un homenaje a la poesía en hasania, a la literatura saharaui.  Es una ruta de palabras y versos que viaja de cumbre en cumbre para encontrar la imaginación en un paisaje, unas veces desolado, otras veces verde y hermoso dentro de la inmensidad del Sáhara.

  

[1] Región situada en la parte sur del Sáhara Occidental, conocida por sus montañas negras en forma de inselberg y grandes llanuras en los que crece el ascaf que sirve de pasto para los dromedarios.

[2] Cadena de montañas situada en la parte norte de Tiris en la frontera del Sahara Occidental y Mauritania.

[3] Pozo y cordillera montañosa situados en la parte sureste del Sahara Occidental.

[4] Montañas que se encuentran en el sistema central de Tiris, Sahara Occidental, albergan muchas historias de pastores y diablos.

[5] Idioma hibrido de lenguas africanas, senhaya y el árabe hablada en la República Saharaui y en la Republica de Mauritania.

[6] Verso en hasania muy corto, preludio sobre el que se construye un largo poema, llamado Talaa.

[7] Poema, construido a partir del gaf, verso.                                                 

[8] Montañas situadas en la parte sureste del Sahara Occidental región del (Tiris).

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Y… ¿dónde queda el Sáhara?

Sobre el blog

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

Sobre los autores

Sukina Aali-Taleb Hija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.

Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.

Bahia Mahmud Awah Bahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.

Willy Veleta Willy Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.

Liman Boicha Liman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.

Larosi Haidar Larosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.

1000 voces para un poema

SANKARA SIDATI2
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis. 

África vuelo California BA 279

En homenaje a mis hermanos y hermanas del

África negra que surcan por sus

sueños atravesando desiertos y

océanos por un mundo mejor.

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.

 

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.

Náufrago,

se marchó en busca de otros horizontes,

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,

de hambrunas,

de guerras de tripas,

de cayucos y pateras,

hundidos con todas las quimeras de la tribu.

 

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar

del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones,

se lo aconsejó el jefe de los saimara,

se lo aconsejó el chej de los bambara,

se lo aconsejó el patriarca de los zulú,

para que el día de la vuelta,

“si Dios navega

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan,

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia.

 

Veo una Europa egoísta,

envuelta en oscuras nubes del porvenir,

veo gigantes rascacielos,

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,

y veo otras ensayar armas que destruyan

los verdes campos de mis trigales,

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,

esos de quienes llegan la deriva.

 

Preocupados los ancianos del clan,

dicen, de España esta vez llegan al Atlas

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscús del Rif,

y de Francia estorban la vida muchos soldados,

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!

En pleno vuelo,

no dejo de pensar en el viejo continente,

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz,

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.

 

Ya sobre las nubes del Atlántico

siento franqueadas las fronteras,

y rotos los sueños,

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.

¿A dónde vas humanidad de tez blanca?

De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,

de hurtados cerebros enfermizos,

de vacíos y retuertos vocabularios

de postizos principios y corruptos amigos,

su mundo es tan alejado,

separado y diferente en valores de lucha,

de África y de la franca libertad al mío.

 

Y como africano le confieso que

ni una vez me inclino a la mano que se besa,

ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.

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El País

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