texto y foto: Ali Salem Iselmu Musa, periodista y escritor saharaui
Toda lengua hablada y escrita está en constante movimiento, se va enriqueciendo de diferentes sonidos y vocablos. Los bereberes, los árabes y otros grupos que siempre se han movido al sur del Sáhara, son los que han configurado la lengua hasania que hablan los saharauis, incorporando términos del castellano con la llegada de los europeos a las costas de África.
Cuando hablamos de la identidad de un pueblo, tenemos que ir a sus raíces haciendo un recorrido desde los primeros grupos humanos que dejaron como principal legado, las pinturas rupestres, las tumbas prehistóricas y distintos instrumentos tallados en piedra.
En el caso del Sahara Occidental, podemos decir que en un momento determinado de la historia fue un bosque húmedo y frondoso. Los restos de plantas fosilizadas en la sebjas[1] son un testigo de los distintos cambios climáticos que ha sufrido esa parte noroccidental de África.
Los primeros habitantes del Sáhara que dejaron letras y símbolos tifinagh[2] son los bereberes sanhaya[3], cuya lengua ha sobrevivido en el sur de Mauritania en la ciudad de Butilimit[4] y es hablada por un grupo bilingüe que combina la lengua sanhaya con el hasania.
El Sáhara Occidental es un territorio diverso y extenso. En la parte norte, la zona de Zemmur y Saguia El Hamra, podemos encontrar un territorio menos árido, con mayor fauna y flora. En la parte sur, en el Tiris y la región de Río de Oro, la tierra es más inhóspita. Allí es donde los nómadas han tenido más éxito criando grandes rebaños de dromedarios.
El saharaui como nómada siempre ha buscado sabiduría en el desierto, ha reflexionado entrono a la naturaleza, ha cantado preciosos poemas sobre la tierra. El poeta Sid Brahim Ueld Salama Ueld Eydud desde el exilio de su identidad observa su tierra después de un largo tiempo y de sus labios brotan los siguientes versos:
يلعڴل ابكي مانك معذور البكي اللي ماهو مستور
رافع راسك ماهو محدور بيك الفرح مافيك اثقال
وتحدولك واحد وثنين ڴلابت تيرس دمعك سال
بيك اللي تعرف من شي زين فيها مات راجع محال
Oh, amor, llora que no estás
disculpado.
Llora con la cabeza en alto
y no escondas tus lágrimas,
porque de alegría desbordas
y ningún mal te pesa.
Los montes de Tiris
ante ti se perfilan, uno y dos…
Y ahora
haz que corran tus lágrimas
porque sabes de hermosos
tiempos que no volverán[5].
Los poetas, eruditos y sabios saharauis siempre han estado acompañados de sus discípulos fundando escuelas de pensamiento místico y religioso. Tenemos los casos de Chej Mohamed El Mami en la zona del Tiris, autor del libro del nomadeo, él escribió en hasania bellos manuscritos en los que habló de la cultura del pueblo del Sáhara Occidental y sus particulares diferencias de Mauritania y Marruecos. Trasladó a los nómadas una serie de leyes y pensamientos que han servido como base para la estructura social del campamento de jaimas.
La figura del notable, del juez, del maestro y del guerrero aparece descritas en esa primera literatura que surge en hasania mediante tratados teológicos y poéticos en los que se habla del principio y del final de los ciclos naturales, de la vida y la muerte.
La fábula como parte del pensamiento crítico de las sociedades nómadas siempre ha estado presente a través de Chertat, un personaje creado por el imaginario popular y que simboliza la avaricia, el miedo y el hambre. Protagonista de innumerables aventuras en las que algunas veces se convierte en cazador de liebres y vuelve al campamento nómada con las manos vacías. Entonces lo recibe un grupo de niño y le preguntan si ha traído alguna liebre. Chertat perplejo ante la pregunta y a la vez sorprendido, contesta que detrás de una colina próxima al campamento hay una liebre, cuando él sabe que no ha cazado nada.
Los niños salen corriendo, dejando detrás de ellos una pequeña nube de polvo de arena. Chertat los observa una y otra vez, sale corriendo detrás de los niños creyendo su propia mentira.
Grandes poetas como Badi, Beibuh y otros tantos, han mantenido el hasania viva a través de extensos poemas que hablan del paisaje humano y terrestre. Manteniendo vital una lengua que junto con el árabe y el castellano constituyen ese diverso mosaico que compone la literatura saharaui.
Toda una generación de poetas y poetisas exiliados en los campamentos son los que han cantado desde la nostalgia y la añoranza, a la tierra perdida. El hasania aparece como lengua de resistencia frente a la ocupación marroquí.
La Generación Saharaui del 73 es un ejemplo claro de los primeros textos y poemas escritos en castellano en la revesita “Irifi” o el diario “La Realidad” que era editado en árabe y castellano. De esta generación podemos destacar al gran intelectual y diplomático saharaui Bujari Ahmed, autor de numerosos artículos de actualidad.
En el árabe clásico podemos citar a la poetisa Nana Rachid autora de varios libros editados en Argelia y otros países.
Ella representa la generación de escritores saharauis que han adoptado la lengua árabe para su creación literaria.
Cuando hablamos de la literatura en el Sáhara Occidental, no podemos dejar de mencionar a la Generación de La Amistad Saharaui, una generación de poetas que se constituyó en el año 2005 en Madrid. Esta generación ha bebido de la literatura latinoamericana y de la experiencia cubana. Varias de sus antologías han sido editadas en España, Reino Unido, Francia o Uruguay por citar algunos países.
Una literatura surgida sobre el exilio y la perdida de forma dolorosa de la tierra, es la que caracteriza hoy a la mayoría de los creadores saharauis y marca en buena medida su experiencia literaria.
He aquí el siguiente poema que recoge la identidad inequívoca del nómada saharaui, su apego a la tierra, a los paisajes vacíos que han servido para imaginar la lluvia y el pasto. Escribir en el interior de una jaima milenarios manuscritos y trasladarlos a una tabla de madera de generación en generación, esa ha sido la razón suprema de una literatura única que ha conservado su palabra desde esa identidad que sobrevive en el exilio:
Tierra desnuda
De la tierra desnuda,
Nacen ardientes historias.
Las páginas de la vida, se vuelven transparentes.
Las colinas guardan la arena virgen.
El silencio es una palabra quieta.
El camino una ruta infinita.
El hombre espera la primera estrella,
abre sus manos al cielo
del interior de sus ojos
nacen las luces que buscan
la sombra de la nostalgia.
ارض عارية
من الارض العارية، تولد قصص الحرق.
صفحات الحياة، تصبح شفافة.
التلال تحفظ الرمال العذراء.
الصمت كلمة هادئة.
الطريق مسار بدون نهاية.
الرجل ينتظر النجم الأول
يمد يديه الي السماء
و من داخل عينيه
تولدة أضواء
تبحث عن ظل الحنين.
[1] Fondo de una depresión cerrada, en un medio árido, que se caracteriza por la acumulación de sal y la ausencia de vegetación.
[2] Es un sistema de escritura consonántico. Los pueblos bereberes de África del Norte, llamados númidas, construyeron un poderoso imperio que sucedió al de Cartago y tenían su propio sistema de escritura denominado líbico o númidico.
[3] Grupo de origen bereber que introdujo el dromedario en el Sahara y Mauritania entorno al siglo III y colonizó esa vasta región.
[4] Es una ciudad del suroeste de Mauritania en la región de Trarza.
[5] Bahia M. Awah, Tiris rutas literarias.
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