Efemérides del verso anticolonial saharaui

Por: | 10 de marzo de 2021

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Texto y foto: Bahia Mahmud Awah

Ahmed Mahmud Uld Omar, el juez y poeta del exilio

Durante estos últimos años del proceso saharaui, me he ido familiarizando con su nombre, Ahmed Mahmud Uld Omar. Su obra fue incluida en el trabajo etnográfico de investigación sobre la historia y memoria de la sociedad saharaui que produjimos el año 2014. Un ambicioso proyecto de investigación del que formo parte y que dirigen los profesores Juan Carlos Gimeno Martín y Juan Ignacio Robles de la Universidad Autónoma de Madrid. En estos últimos cinco años he estado estudiando la poesía de los poetas saharauis en hasanía para que su obra vea la luz fuera del contexto oral que sufre el verso saharaui en hasanía de todos los grandes poetas de su generación.

En octubre de 2011 tuve la suerte,  junto al profesor Juan Ignacio Robles, de compartir un día de charla con Ahmed Mahmud sobre su obra. Nos recibió en su jaima de la Wilaya de Auserd donde residía junto a su familia. Un hombre campechano, divertido y muy elocuente en su vida como poeta y juez, al que el destino le llevó a experimentar diferentes tiempos sociopolíticos adversos. Ese día en su jaima, infundido en una دراع صحراوي clásica darra saharaui de color blanco y un elegante الثام اكحل  turbante negro, que colgaba en su cuello, le invité a que nos hablara de su historia de vida como poeta. Recuerdo que comenzó diciéndonos: “Nací en افطوط  Aftut en la región de الحوظ الغربي  Elhaud Elgarbi en Mauritania, era el año como lo llamaban en Mauritania عام النعيسان  Am Neisan, y que correspondía al año pastoril saharaui en el que desapareció todo افريك اهل لبصير el frig de Ahel Lebsir, fecha que corresponde al año gregoriano de 1947.

Ahmed Mahmud como poeta y juez contaba que a los seis años inició el estudio e interpretación del libro del Corán y la lengua árabe, erudición que siguió hasta que culminó la memorización de los sesenta capítulos del libro sagrado a manos de su padre, un hombre versado en la teología musulmana y con conocimientos de la lengua árabe y su literatura. En aquella charla el poeta se sintió cómodo con nosotros, porque decía que era lo que siempre había querido compartir con las personas interesadas y que dejan huella.  Recordaba que su padre tenía una escopeta de caza y que lo llevaba con él muchas veces para aprender a cazar en el desierto.

Después de ese periodo de infancia, a los 15 años se dedicó a estudiar la gramática árabe y los principios teológicos de la religión. A los 19 años recibió una carta de un familiar que residía en El Aaiun, la capital del Sahara entonces colonia española, misiva en la que le decía que fuera a su patría  para trabajar y vivir.

Una vez en la ciudad de El Aaiun, y tras un largo viaje que hizo a lomos de su camello, se instaló en la ciudad y conoció a sus habitantes. El Gobierno General del Sahara de esa época colonial, le invitó a que trabajara con la administración basándose en sus conocimientos en el derecho consuetudinario, la teología y su dominio de la lengua clásica árabe. Tras un periodo en el que impartió clases de árabe, la administración de El Aaiun le asignó como vicealcalde de la ciudad. Tarea en la que prosiguió hasta los primeros brotes de connotaciones nacionalistas de 1969 protagonizados por la organización política que fundó el periodista e intelectual saharaui Sidi Brahim Basiri. En aquel año Ahmed Mahmud conoció en persona a Basiri e intercambió con él varios encuentros en su casa y decidió afiliarse clandestinamente en la organización. Tarea revolucionaria y anticolonial que compaginó con el servicio que prestaba a la administración española. Tras los acontecimientos del barrio Casa Piedra, Zemla, el 17 de junio de 1970, España arremetió contra la organización y secuestró e hizo desaparecer a Basiri y encarceló a varios militantes, que un año más tarde fueron puestos en libertad. Ahmed Mahmud contaba que la población de Smara les hizo un multitudinario recibimiento en el que se montaron jaimas, se sacrificaron camellos y cantaron canciones de gesta por su liberación. Ahmed Mahmud decía que en fue en aquella ocasión cuando nació su primer verso anticolonial. Había una mujer que era militante de la organización de Basiri y que se llamaba Salka Mint Blal en la fiesta, ella tatareaba un estribillo al ritmo del tabal que tocaba junto a otras mujeres y decía.

يامولنا عين ازماني      ابش انحرر وطاني

يامولنا عين ازماني      ابش انحرر وطاني

Dios dale fuerza a mi pueblo

para liberar mi patria. (bis)

Ahmed Mahmud decía que al oír las palabras mi patria y liberar sintió que le brotaban sus primeros versos, que desde entonces definieron su pensamiento anticolonial y su apego a la organización que sirvió como embrión del movimiento de liberación saharaui, Frente Polisario, surgido de su antecedente histórico, la Organización Liberación Sahara, que había fundado el periodista Sidi Brahim Basiri y otros jóvenes de su generación entre los que estaba el actual presidente de la República Saharaui Brahim Ghali. Ahmed Mahmud recordaba que no era entonces consciente de la importancia de aquellos históricos versos en el registro de la memoria saharaui y que le llevaron al exilio, tras la invasión militar del territorio por parte de Marruecos.

عن شورك كان سمع حد      يبدع لك ماه متحاني

بيه الي مؤمن و امحد          واسلاً ماه نصراني

Si alguien escucha

tus estribillos

te contesta desesperado,

porque emana fe en la lucha,

unidad,

y porque no es nasrani.

En estos versos, su primera composición, Ahmed Mahmud pretendió usar el termino نصراني  nasrani, es decir cristiano, como recurso para referirse a los que gobernaban, es decir a los colonialistas europeos. Implícitamente quería decir con el recurso que él no era europeo colonialista, a pesar de haber ostentado esa identidad española de la época.

Como anécdota comentaba Ahmed Mahmud que, a pesar de ser segundo alcalde en la administración colonial de El Aaiun, participaba en las manifestaciones del POLISARIO camuflado entre la multitud, cubierto por su turbante negro y gafas oscuras para no ser identificado, siendo funcionario del Gobierno General del Sahara.

En 2011 hicimos un viaje a los campamentos saharauis del exilio donde residía el poeta. Teníamos planificado verle y recoger parte de su obra y su historia de vida como un poeta referente de los que tienen rastro en la memoria contemporánea del proyecto nacional saharaui. Así lo hicimos, con el propósito de recoger y editar parte de su obra para una antología que engloba piezas de la producción literaria de los más de quince poetas nacionales saharauis que producen en la lengua hasanía e introducir su obra en la película “Legna, habla el verso saharaui”, trabajo que estrenamos en el año 2014 Juan Ignacio Robles, Juan Carlos Gimeno y yo mismo.

Sabiendo que el poeta igual que sus versos, en la memoria es inmortal, Ahmed Mahmud siempre estará vivo en el registro de cualquier generación saharaui y tiempo.

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Y… ¿dónde queda el Sáhara?

Sobre el blog

Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

Sobre los autores

Sukina Aali-Taleb Hija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.

Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.

Bahia Mahmud Awah Bahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.

Willy Veleta Willy Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.

Liman Boicha Liman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.

Larosi Haidar Larosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.

1000 voces para un poema

SANKARA SIDATI2
Poema de Bahia MH Awah, escritor, poeta y antropólogo. Imagen del archivo RASD, el poeta y diplomático saharaui Mohamed Sidati y el desaparecido líder africano Tomás Sankara en 1982 visitando a la República Saharaui y a los campos de refugiados saharauis. 

África vuelo California BA 279

En homenaje a mis hermanos y hermanas del

África negra que surcan por sus

sueños atravesando desiertos y

océanos por un mundo mejor.

 

Lejos y sin cosechas, allí dejo

mi África sin pan.

 

Repetía una y otra vez cuando despedía

tierra firme, su tambor, su mortero y su viejo arado.

Náufrago,

se marchó en busca de otros horizontes,

y el África atrás despedía, sumergida en tristes tinieblas,

de hambrunas,

de guerras de tripas,

de cayucos y pateras,

hundidos con todas las quimeras de la tribu.

 

El pan que un día partió para traer

costaba tanto como el caviar

del “Masa Time Warner Center de Manhattan”.

 

Bububakar, no dejó de llevar consigo un fardo

lleno de ilusiones,

se lo aconsejó el jefe de los saimara,

se lo aconsejó el chej de los bambara,

se lo aconsejó el patriarca de los zulú,

para que el día de la vuelta,

“si Dios navega

en tu habitual deriva de cada mar

viera su nueva chabola rebosando pan,

trigo, maíz, arados y el timbal de tambores”.

 

Desde mi ventanilla busco África y delibero para sofocar

la ira de mi conciencia.

 

Veo una Europa egoísta,

envuelta en oscuras nubes del porvenir,

veo gigantes rascacielos,

veo chimeneas de fábricas triturar mi virgen maíz,

y veo otras ensayar armas que destruyan

los verdes campos de mis trigales,

y al ver otras y otras aldeas de espigas segadas

el dolor remueve mis intestinos vacíos,

esos de quienes llegan la deriva.

 

Preocupados los ancianos del clan,

dicen, de España esta vez llegan al Atlas

blindados de guerra en vez de granos de cebada

para hacer el cuscús del Rif,

y de Francia estorban la vida muchos soldados,

que no dejan de molestar ¡Eh, tu outre ici!

En pleno vuelo,

no dejo de pensar en el viejo continente,

rezo para que esa humanidad vuelva a emerger

otra vez tras este siglo sin siembras

de maíz,

sin arrozales y sin el sagrado trigo de los hijos de Caín.

 

Ya sobre las nubes del Atlántico

siento franqueadas las fronteras,

y rotos los sueños,

los cayucos no cesarán de atravesar estos mares

porque creen que otro mundo más justo es posible.

¿A dónde vas humanidad de tez blanca?

De ojos miopes, azules, oscuros y verdes,

de hurtados cerebros enfermizos,

de vacíos y retuertos vocabularios

de postizos principios y corruptos amigos,

su mundo es tan alejado,

separado y diferente en valores de lucha,

de África y de la franca libertad al mío.

 

Y como africano le confieso que

ni una vez me inclino a la mano que se besa,

ni en mi corazón tengo lugar para cubrir al malvado.

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El País

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