Ministros y altos cargos de los 14 países que integran la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) se reunieron el pasado martes en Montevideo en un intento por unificar las voces de la región ante la próxima cumbre del G20 de Cannes, el 3 y 4 de noviembre. Tres países latinoamericanos, Argentina, Brasil y México, forman parte del G20, pero hasta ahora no han actuado como bloque frente a los países desarrollados y los demás en vías de desarrollo de África y Asia.
Pero uno de los dirigentes que participó de la reunión de la Aladi destaca que al menos Brasil y Argentina, socios de Mercosur, están coordinando posiciones. Por ejemplo, rechazaron en conjunto la propuesta de Francia de crear precios máximos en los mercados mundiales de alimentos. Aquel dirigente es Samuel Pinheiro Guimarães, alto representante de Mercosur (también lo integran Paraguay y Uruguay), algo así como el Javier Solanas sudamericano, máster en Economía de la Universidad de Boston y ex secretario general de Relaciones Exteriores de Brasil.
En diálogo telefónico desde Montevideo, el ex funcionario del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) opina que es importante que EE UU y la Unión Europea no respondan a sus tribulaciones económicas “con políticas que creen más desempleo porque eso significa menos exportaciones para nosotros ni que usen la crisis para mandar sus productos a esta región, para que libren guerras de monedas”. El alto representante de Mercosur –es un nuevo cargo que se creó este año, en el que el bloque ha cumplido dos décadas de vida- reitera que esta vez “la crisis es del Norte y el Norte tiene que pagarla”. Recuerda que desde los países desarrollados algunos proponían que los países con superávit fiscal hicieran sus contribuciones en el Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudar a los estados atribulados de Europa. “Hay que mirar eso con mucha cautela”, advierte Pinheiro Guimarães.
El alto representante de Mercosur incluso opina que los países ricos esta vez pueden mirar el ejemplo de esta unión aduanera en cuanto a la creación de empleo y las altas tasas de crecimiento de los últimos años. “Los maestros tienen que aprender de sus alumnos”, se jacta el diplomático y economista brasileño.
“Por ahora no hay mucho contagio de la crisis del Norte”, destaca Pinheiro Guimarães. El funcionario lo atribuye al hecho de que en las últimas dos décadas Latinoamérica ha diversificado el destino de su comercio, tanto dentro de la región como hacia China, que engulle materias primas. Brasil también ha explorado los mercados de África y Oriente Próximo.
Pero si la crisis empeora, también los países emergentes se desacelerarán aún más que ahora. Pinheiro Guimarães tiene su receta para enfrentar el chubasco: “Hay que continuar con las políticas actuales de desarrollo del mercado interno, protección del empleo, construcción de infraestructuras, planes sociales, no caer en la trampa de las políticas contraccionistas. Hay que aprovechar la expansión primaria para hacer transferencia tecnológica”. Al economista carioca le preocupa que Latinoamérica evite la enfermedad holandesa, que consiste en que el ingreso de divisas a un país por la bonanza de sus materias primas aprecie tanto su moneda que reste competitividad a su industria.
Los países sudamericanos vienen pregonando la necesidad de aumentar el comercio intrarregional para afrontar la menor demanda del Norte, pero si bien este intercambio ha aumentado, aún es mucho que en otras regiones, como Asia-Pacífico y la UE. “Esta es una cuestión de desarrollo económico”, opina el alto representante de Mercosur. “A mayor desarrollo económico, más comercio. Si nuestros países solo producen materias primas, y, además, las mismas materias primas, el comercio entre nosotros es más difícil. Si las economías tienen industrias, el comercio es mucho mayor.”
Para mejorar el comercio dentro de Latinoamérica, Pinheiro Guimarães sugiere mejorar las vías de transporte y comunicación, como ha sucedido en la UE. En cambio, no le preocupa la escalada de barreras proteccionistas que se han ido aplicando este año Brasil y Argentina, de las que tanto se quejan los países pequeños de Mercosur. “Son cosas sectoriales. Si hubiese tantas barreras, no estaría creciendo tanto el comercio dentro de Mercosur o con China”, opina el Solanas sudamericano.
Hay 3 Comentarios
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