El rompecabezas latinoamericano

Por: | 15 de noviembre de 2011

Ante una perspectiva de estancamiento económico en la nueva década en EE UU y la Unión Europea, la opción de Latinoamérica pasa por apostar a venderle a otros mercados emergentes, la relación Sur-Sur, como se la llama. Así fue el mensaje que dio ayer Osvaldo Rosales, director de Comercio Internacional e Integración de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en una jornada de reflexión que organizó la Universidad de Tres Febrero, de los suburbios bonaerenses, sobre los dilemas que penden sobre los proyectos de integración de Latinoamérica y la UE, que siempre había sido el modelo para el resto del mundo hasta la actual crisis de la eurozona.

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Rosales llamó a los gobiernos latinoamericanos a organizar una primera cumbre conjunta con China. "El bilateralismo con China es ingenuo. Pienso que estoy haciendo el negocio del siglo con China, pero esto no le interesa ni a China, que a aspira a la gobernanza global", opinó el directivo de CEPAL.

En ese contexto, Rosales detectó desafíos comunes en Latinoamérica, como la necesidad de impulsar las manufacturas mediante la inversión en infraestructura, recursos humanos e innovación. "Si no avanzamos en ello, será difícil crecer con equidad." También recordó que "la producción se tiende a estructurar en cadenas globales de valor y las políticas nacionales deben apuntar a favorecerlas".

En siete pinceladas, Rosales describió el rompecabezas latinoamericano:

-Existen en Sudamérica dos ejes, el del Atlántico y el del Pácífico. El primero está integrado por Argentina y Brasil, dos países en cuyas estructuras productivas pesan más las manufacturas que en otros vecinos de la región, tienen más desarrollados sus mercados internos, son reticentes a las negociaciones de libre comercio, practican políticas industriales, uno de ellos es un BRIC y ambos, miembros del G20. En el eje del Pacífico están Chile y Perú, que están orientados a la producción de materias primas y a los mercados internacionales, en especial el Asia-Pacífico, son activos firmantes de tratados de libre comercio (TLC), con una débil política industrial y sin participación en el BRIC o el G20. En los cuatro países China tiende a convertirse en el principal socio comercial y en los cuatro se cierne el debate sobre la reprimarización de la economía.

-México atraviesa problemas de crecimiento, de gobernanza y de seguridad. Sus empresarios bloquean el activismo de sus gobernantes para firmar TLC, como el que a principios de año se comenzó a negociar con Brasil. La industria mexicana sufrió en la última década la competencia china en su territorio y en su principal mercado, EE UU, y la excepción fue el sector electrónico del estado de Jalisco, que pudo vencer al gigante asiático gracias a la articulación entre el Estado y las empresas. Como alternativa a la dependencia de EE UU, los acuerdos comerciales bilaterales que México mantiene con los países centroamericanos tienden a converger en un mercado único.

-Centroamérica sufre el "efecto tijera" de China porque carece de materias primas para venderle y compite con el gigante asiático en exportaciones textiles a EE UU. Rosales, sin embargo, elogió cómo empresas centroamericanas se expanden más allá de la subregión, como las aerolíneas TACA y Copa, los bancos, las aseguradoras y las empresas de turismo, incluido el dedicado al turismo médico. También destacó cómo Costa Rica pregunta qué requisitos necesitan sus pymes para integrarse en cadenas internacionales de producción y actúa en consecuencia, con buenos resultados en el desarrollo de la electrónica y la medicina.

-La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) es muy dependiente de un país, Venezuela, y del precio del petróleo, y guarda prejuicios ideológicos contra el comercio, según Rosales. Entre sus miembros (Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela) rige el comercio compensado por empresas estatales y con un mecanismo de pago complejo que ofrece ciertas garantías de cumplimiento. Rosales detectó vulnerabilidades en cuanto a la inversión en innovación, competitividad y diversificación exportadora del ALBA, pero también elogió que haya puesto énfasis en lo social, y que ello fuera copiado por otros proyectos de integración de la región. También resaltó que se buscara la resolución de asimetrías, motivo por el cual Venezuela apoya con petróleo barato a países centroamericanos y caribeños, para los que la ayuda representa varios puntos del PIB.

-El Arco del Pacífico (México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile y Ecuador) ha progresado poco en su intento de unión, según el directivo de CEPAL. Frente a ello, México, Perú, Colombia y Chile presentaron este año la Alianza del Pacífico, que prevé cooperación en migraciones y seguridad social, pero cuya continuidad depende de que el presidente peruano, Ollanta Humala, continúe la senda de su antecesor e impulsor del proyecto, Alan García. Mientras tanto, el jefe de Estado de Colombia, Juan Manuel Santos, promovió la semana pasada la resurrección de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en una cumbre que se celebró en Bogotá con sus pares de Ecuador, Bolivia y Perú. Es parte de la reacción colombiana después de años de esperar que EE UU aprobara el TLC bilateral -que finalmente recibió este año la ratificación del Capitolio- y de sufrir el bloqueo de Venezuela a sus productos, en tiempos en que peleaba el entonces presidente Álvaro Uribe con su par Hugo Chávez.

CAN

-La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) abarca desde iniciativas sociales hasta energéticas. A finales de año, su presidencia pasará de Colombia a Venezuela y se espera que cambie su agenda. La semana pasada, el Parlamento de Uruguay se convirtió en el quinto país de Unasur que aprueba la herramienta financiera del bloque, el Banco del Sur, con lo que "ya debería entrar a funcionar", según el directivo de CEPAL.

-Por último está la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CEALC). Su presidencia pasará en diciembre de manos de Venezuela a las de Chile. Rosales califica a la CEALC como crucial para la relación Brasil-México, dado que es el único foro donde se ven las caras las dos grandes economías latinoamericanas, si no se cuentan aquellos en la que el subcontinente se vincula con EE UU, la UE o España y Portugal.

Así se van yuxtaponiendo esquemas de integración, intereses políticos, económicos y comerciales de una región que en general afronta dividida los desafíos que le plantean EE UU, la UE y China.

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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