Los impuestos y el gasto público apenas logran reducir la desigualdad social en Latinoamérica. Incluso en algunos países de esta región, la más inequitativa del mundo, provocan una peor distribución de los ingresos después del cobro de los tributos. Pero existen excepciones. A esa conclusión llegan los economistas Jorge Gaggero y Darío Rossignolo en su nueva investigación Impacto del presupuesto sobre la equidad, que publicó el pasado viernes el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de Argentina.
“Los sistemas tributarios progresivos y con efecto de mejoras en la distribución resultan ser la excepción en los países de Latinoamérica”, advierten los investigadores, que compararon la inequidad de 13 miembros de la región antes y después del efecto de los gravámenes y del gasto público social. Gaggero y Rossignolo aclararon que es difícil cotejar los indicadores de un país con los de otro porque los datos son de distintos años (entre 2000 y 2010), por mencionar algunas diferencias metodológicas en las mediciones.
Hecha esa salvedad, se puede apreciar que los impuestos sirven para mejorar la distribución de los ingresos en Costa Rica (donde el índice Gini -que va del 0 de la igualidad absoluta al 1 de la extrema inequidad- baja de 0,577 a 0,573), Panamá (de 0,636 a 0,627), México (de 0,502 a 0,489), Uruguay (de 0,5 a 0,497) y Argentina (de 0,479 a 0,473). En algunos países como Nicaragua (0,596 a 0,595) y Colombia (0,537), el Gini prácticamente se mantiene igual.
En cambio, algunos sistemas tributarios se demuestran regresivos, es decir, ensanchan la desigualdad. Son los casos de República Dominicana (de 0,511 a 0,513), El Salvador (de 0,503 a 0,511), Guatemala (de 0,596 a 0,603), Honduras (de 0,57 a 0,571), Bolivia (de 0,556 a 0,567) y Perú (de 0,535 a 0,543).
El gasto público social en todos los países analizados reduce la inequidad, aunque en cada uno en su medida distinta. En algunos países el índice Gini baja entre cinco y diez centésimas, como en Costa Rica (a 0,504), Honduras (a 0,509), Panamá (a 0,571), Colombia (a 0,487) y Uruguay (a 0,42).
En otros países el Gini desciende menos de cinco centésimas después del gasto social, como en República Dominicana (a 0,483), El Salvador (a 0,49), Guatemala (a 0,583), Nicaragua (a 0,566), Bolivia (a 0,511), Perú (a 0,5) y México (a 0,456). Solo en Argentina retrocede más de 10 centésimas (0,345).
En un mundo en el que los conflictos cada vez más estallan por la desigualdad, y cuando algunos países latinoamericanos se preparan a una eventual profundización de la crisis de la eurozona con ajustes fiscales que les generen ahorros para hacer más adelante políticas contracíclicas, no es un tema menor la discusión sobre qué grávamenes subir o bajar y qué gasto expandir o cuál recortar.
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