Menos optimismo y muchos deberes

Por: | 09 de noviembre de 2011

No todos son tan optimistas por el devenir del contagio de la crisis de la eurozona en Sudamérica. Ayer aparecieron algunas luces de alerta en el ECON 2011, el congreso anual de economía que organiza la Universidad de Buenos Aires y que este año inauguró Joaquín Estefanía. En una conferencia organizada por el Plan Fénix, el grupo de economistas heterodoxos que más alzó la voz contra el modelo neoliberal que estalló en Argentina en 2001, el economista Ricardo Aronskind, de la Universidad de General Sarmiento, en los suburbios de Buenos Aires, advirtió: "En nuestra región ya empezamos a sentir los efectos de un clima que se va a enrarecer más. Vamos a una recesión mundial peor que la de 2009".

Unasur

Aronskind, integrante del Fénix, mencionó que Latinoamérica ha comenzado a recibir presiones desde el Norte para revaluar sus monedas, pero éstas fueron rechazadas. De hecho, Brasil ha dejado devaluar su moneda casi 20% en los últimos meses. También recordó que Francia promovió en el G20 que se regularan los precios de las materias primas agrícolas, propuesta que también naufragó por la oposición de países como Brasil y Argentina. "También ha habido presión para que nos desprendiésemos de la reservas, y que dependamos, en caso de crisis, del FMI. Son ideas desfavorables para la región y afortunadamente no han hecho pie", completó Aronskind, que destacó el cambio en Latinoamérica hacia una mayor autonomía material e intelectual.

El economista de la Universidad de General Sarmiento destacó que en la crisis de 2009 en Latinoamérica se adoptaron "políticas públicas muy interesantes" para enfrentar la recesión, pero advirtió que ahora "se necesitarán más". "Vamos a tener que hacer un retoceso ordenado, sostener la cohesión social para evitar inestabilidad política, ser capaces de controlar los excedentes (de la producción primaria) y canalizarla a actividades fuertemente productivas, dejar de tener una relación pasiva con las multinacionales, hacer reformas tributarias muy redistributivas, tener un Estado inteligente y eficaz", recetó Aronskind.

El economista y ex ministro brasileño Carlos Bresser Pereira señaló que la crisis mundial afecta más a los países ricos porque están más desregulados en términos financieros y más endeudados. Abogó por lo que él llama el neodesarrollismo, que consiste, entre otros puntos, que el Estado intervenga en los sectores de servicios públicos, aunque ya no en las industrias básicas, como sucedió con el desarrollismo entre los 40 y los 70. También sugirió una política macroeconómica desarrollista, que no solo vele por la estabilidad de precios sino también por la financiera y por el crecimiento económico y del empleo.

Bresser

Bresser Pereira recomendó una reforma fiscal que consista en un mayor gasto social y en ciencia y tecnología, pero que no se financie con más deuda sino con impuestos. Incluso advirtió que las políticas expansionistas sólo deben aplicarse en tiempos de crisis y que, una vez superada, han de recuperarse las finanzas del Estado. Por último, sugirió "responsabilidad cambiaria" porque considera que el tipo de cambio "es como el interruptor de la luz que conecta o desconecta la competitividad de las empresas de la demanda externa". Por eso, propuso que los países latinoamericanos busquen el superávit de cuenta corriente, salvo por periodos limitados, e incluso alentó a Argentina y a Brasil por no conformarse con una cuenta corriente equilibrada. Argentina perderá este año el superávit y Brasil directamente está en rojo.

Martín Hopenhayn, director de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), opinó que "las crisis son oportunidades a partir de las cuales se gatillan cosas que están en el aire, como un modelo de desarrollo". Destacó que ante la debacle mundial de 2008/09 la región "no se ajustó el cinturón" como en los 80 sino que pudo practicar políticas contracíclicas. "Hasta ahora la crisis en lo social nos pegó poco", elogió Hopenhayn. El paro latinoamericano ha bajado del 8% en 2008 al 7,5% actual y la pobreza, del 33% al 32%, más allá de las subidas experimentadas en 2009.

De todos modos, Hopenhayn alertó sobre un posible aumento de precios de los alimentos que eleve en 2012 el número de pobres que caigan en la indigencia (sin acceso a los recursos necesarios para alimentarse). También señaló "el problema de que Brasil y México crezcan menos que en 2011 y eso contagie al resto". La volatilidad financiera puede afectar al crédito al consumo, según el experto de la CEPAL. Por último, también alertó con que el comercio internacional mantenga la tendencia a la primarización de la economía latinoamericana y sobre la necesidad de mejorar el "capital humano". Es preocupante la brecha de niveles educativos entre la población urbana y la rural, o entre los indígenas y los no indígenas, según Hopenhayn. Y encima hay países donde los pueblos originarios sufren violencia, como sucedió ayer en la provincia argentina de Formosa.

Horacio Rovelli, director de Política Macroeconómica de Argentina, completó la exposición con un llamado a fortalecer el mercado interno como alternativa a la crisis externa. Pero también opinó a favor de desarrollar el mercado sudamericano con integración productiva, financiera y comercial. En este sentido, propuso buscar la complementariedad productiva entre los países de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), un objetivo muy declamado y poco logrado; evitar una carrera de devaluaciones, crear un fondo de reservas regional y apostar por instituciones financieras internacionales, incluido el aún inconcreto Banco del Sur.

Hay 1 Comentarios

Esten tipo de organizaciones latinas tienen tanta masa como un mousse de chocolate, cero aporte, cero proyectos, cero financiamiento. Todo es una maqueta para instalar gente y pagar buenos sueldos a las cabezas. rien d´autre.

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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