Chile, el país con mejores indicadores de desarrollo humano de Latinoamérica (según la ONU), es el que ha sufrido en el último año violentas protestas de sus estudiantes universitarios, que reclaman acceso gratuito a la educación superior. Hace poco la revista The Economist se refería a aquellas manifestaciones y las atribuía a las nuevas exigencias de la emergente clase media latinoamericana. El economista Nouriel Roubini, gurú de la última crisis financiera mundial de 2008, también mencionaba en un reciente artículo las revueltas en Chile, las sumaba a otras que ocurren en Europa, el mundo árabe y China y las adjudicaba al problema de la desigualdad. El índice Gini (indicador que mide la distribución del ingreso y que va del 0 de la equidad absoluta al 1 de la injusticia mayor) en Chile es 0,52, un nivel que lo sitúa en el ecuador de Latinoamérica, según el último Panorama social que publicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).