Ha errado algunas veces en sus pronósticos. Ha fallado en muchas oportunidades en sus recomendaciones. Con todos esos reparos y ya finalizada el pasado domingo la asamblea de primavera (boreal) del Fondo Monetario Internacional, veamos qué dice sobre Latinoamérica la letra pequeña del reciente informe Perspectiva Económica Mundial que publicó la entidad. Allí se prevé que la región crezca un crecimiento del 3,7%, dos décimas por encima de lo que preveía hace tres meses.
El Fondo se pregunta si las perspectivas sobre Latinoamérica son demasiado optimistas teniendo en cuenta la revisión a la baja del potencial de producción de las economías desarrolladas. Pero la probabilidad de recesión en la región es de apenas el 3%, frente al 55% en la eurozona.
Si mejorara la crisis europea y se relajaran las tensiones en los mercados globales de crédito y del petróleo, Latinoamérica se beneficiaría en forma modesta porque unos precios menores del crudo perjudicarían a los países que lo exportan, como Venezuela, México o Ecuador. En cambio, de producirse una crisis política con el abastecimiento de petróleo iraní, el FMI prevé un alza de precios del combustible y una impacto negativo en la economía mundial, lo que afectaría los precios de los restantes productos básicos (minerales y alimentos), otras de las exportaciones latinoamericanas.
El Fondo destaca la capacidad de resiliencia de la región antes las idas y venidas de los flujos de capital que buscan evitar el riesgo en tiempos de crisis europea. Los vínculos comerciales de Latinoamérica con la eurozona son relativamente pequeños. También ha sido limitado por ahora el contagio bancario de la tormenta en el Viejo Continente.
Los países sudamericanos que más van a crecer en 2012 serán Perú (5,5%), Bolivia (5%) y Colombia y Venezuela (4,7% cada uno). Paraguay, afectado por una fuerte sequía, será una excepción regional al decrecer el 1,5%. Entre las grandes economías, Brasil se expandirá 3%; México, 3,6%; Argentina, 4,2%, con una fuerte desaceleración respecto de 2011, pero con una perspectiva de crecimiento de otro 4% en 2013, una predicción que contrasta con la "crisis económica y social" a la que se refirió la semana pasada el presidente de Repsol, Antonio Brufau; y Chile, 4,3%. Ecuador se expandirá 4,5% y Uruguay, 3,5%. En Centroamérica y el Caribe, Costa Rica crecerá 4%; República Dominicana, 4,%; El Salvador, solo 2%; Guatemala, 3,1%; Honduras, 3,5%; Nicaragua, 3,7% y Panamá se destacá con un 7,5%.
El FMI insiste con que los gobiernos latinoamericanos deben estar atentos a impedir un sobrecalentamiento de sus economías y sugiere que se adopten medidas prudentes ante el actual fuerte ingreso de capitales. Pero cuando se refiere al exceso de actividad también apunta a la inflación, en particular en Argentina (donde además advierte sobre el intenso incremento del crédito, un síntoma similar al de otros países de la región) y Venezuela. A los países exportadores de materias primas les recomienda ahorrar en tiempos de bonanza y a los centroamericanos, a encarar las tan mentadas reformas estructurales.
El Fondo sigue insistiendo con que una crisis bancaria española podría tener efectos en Latinoamérica, donde las entidades peninsulares cuentan con muchos activos (créditos y filiales). El organismo confía, de todos modos, en que la región consiga otras fuentes de financiación no bancaria en la medida en que la economía persista creciendo a fuerte ritmo.
Varios países latinoamericanos se encuentran preparados para encarar una política contracíclica en caso de crisis, según el FMI. En cuanto a política fiscal, el organismo destaca que Chile dispone de una ley que lo obliga a ahorrar en tiempos de precios altos del cobre. En lo que se refiere a política monetaria, el FMI elogia a los numerosos países que han asumido metas de inflación. También la última edición de la revista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) aplaude a los que han aplicado la misma receta contra la subida generalizada de precios: Brasil, Chile, México, Colombia y Perú. Se trata de un artículo de los profesores José García-Solanes, de la Facultad de Economía de la Universidad de Murcia, y Fernando Torrejón-Flores, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y de la Empresa de la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
La inflación regional rondará el 6,4%, frente al 6,6% de 2011. Hay que tener en cuenta que el FMI incluye en esa media el índice de precios al consumidor (IPC) oficial de Argentina, cuya credibilidad el organismo también cuestiona. Entre los países con más inflación prevista para 2012 figuran Venezuela (25,2%), Argentina (9,8% es la previsión para el índice oficial, pero las provincias, inclusive las kirchneristas, calculan que el indicador actual más de un 20%) y Uruguay (8,6%).
El frente externo ya no será tan favorable para la región como en los años anteriores. Los términos del intercambio (la relación entre los precios de los productos exportados y los de los importados) volverán a ser negativo como en la crisis mundial de 2009, aunque no tanto como aquel año. Es así que el déficit de cuenta corriente, clave para evitar las crisis en Latinoamérica, casi se duplicará respecto de 2011 y alcanzará los 107.200 millones de dólares, lo que supone el 1,8% del PIB regional (3,3% es en EE UU).
¿Qué sucederá con la cuenta corriente de cada país? Solo será superavitaria en Bolivia (1,6% del PIB), Ecuador (0,5%) y Venezuela (7,4%). Habrá déficit en Argentina (0,7%), Brasil (3,2%), Chile (2,4%), Colombia (2,7%), Costa Rica (5,5%), Dominicana (6,9%), El Salvador (4,8%), Guatemala (3,2%), Honduras (7,8%), México (0,8%), Nicaragua (19,8%), Panamá (12,5%), Paraguay (3,5%), Perú (2%) y Uruguay (3,6%).
El rojo de la cuenta corriente se puede contrarrestar si entran muchos capitales, tanto reales como especulativos. Por ahora eso está sucediendo. El FMI anticipa que la región recibirá en 2012 unos 155.300 millones de dólares, de los cuales 128.700 provendrán de inversiones directas y 29.700 millones de inversión de cartera, a lo que hay que restar otros flujos de fondos. La cifra de ingreso de capitales resultará menor que la histórica marca de 2011, pero mayor a la de 2010. Esto permitirá que los bancos centrales capten divisas y engrosen sus arcas en 60.900 millones, una suma no tan alta como en los últimos dos años, pero significativa. A su vez, llegarán a la región créditos de organismos oficiales por 34.400 millones.
Hay 3 Comentarios
En los países de América Latina existe un problema que no se ha solucionado; si bien es verdad que en algunos países --- casi en la mayoría--, ha habido una transición de las dictaduras militares a sistemas democráticos representativos, esto no ha sido la panacea para que sus sociedades hayan superado los márgenes de pobreza en los que atávicamente han vivido. El factor fundamental para que esto haya permanecido casi inalterado ha sido la inequidad en la distribución de la renta. El sistema neoliberal surgido del Consenso de Washington a finales de la década de los 80' ha sido la causa-efecto. En lo relativo al factor energético, se suscita un fenómeno, al menos en lo que a mi país respecta --México--: cuando los precios internacionales se incrementan por diversas causas, a nosotros los ciudadanos nos perjudica, debido a una gran dependencia del exterior en el refinamiento de este recurso natural no renovable; esto se debe en forma primordial, por la incapacidad de refinación, o vaya, por no existir infraestructura adecuada ni suficiente para este fin. Ahora bien, en lo relativo a materias primas que son exportadas hacia países que han tenido un crecimiento exponencial de su industria, como es el caso de China, India etc., mucho de ese ingreso se destina al gasto corriente de los gobiernos de la región, y obviamente es innecesario decirlo, no se refleja en mejoras económicas para la población; no como debiera, si esas mismas materias primas fueran aprovechadas aumentándoles plusvalía en sus lugares de origen. Esto se origina por una dependencia del exterior en cuestiones de tecnología. La dependencia está muy circunscrita a los países desarrollados del Norte del Continente, como los Estados Unidos y Canadá. De este último país, en México tiene la hegemonía en explotaciones mineras, que será en detrimento de las generaciones futuras de nuestra nación y de otros pueblos de la región también. El atraso y marginación de los países periféricos regionales es debido a una pandemia que ha socavado todas las esferas politicas y trasminado también al sector privado: la corrupción; ente terrible que inhibe el desarrollo y el avance de los pueblos de América Latina.
Publicado por: Rodrigo Barreda S. | 25/04/2012 7:31:45
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Publicado por: asd197315 | 25/04/2012 6:41:01
Habla un Sicario Económico:
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Publicado por: los títeres y su cabeza | 25/04/2012 6:28:29