El ministro de Planificación Federal de Argentina, Julio de Vido, y el viceministro de Economía de ese país, Axel Kicillof, exponían ayer en el Congreso sobre la reestatalización parcial de la petrolera YPF cuando afuera se movilizaban cientos de campesinos pobres para reclamar que se terminen los desalojos que sufren en forma constante. Cinco organizaciones de campesinos de Argentina, no los que protestaban contra los impuestos a la exportación en 2008 sino los que se enfrentan a los inversores que compran las tierras en las que viven desde hace años, dejaron a un lado las diferencias que los dividen y propusieron en 2011 un proyecto de ley que suspenda por cinco años los destierros a los que son sometidos por órdenes judiciales. La iniciativa tiene el apoyo de los diputados kirchneristas Jorge Rivas, Diana Conti, Martín Sabbatella y Carlos Heller, así como de los progresistas Claudio Lozano, Víctor de Gennaro y Victoria Donda, pero aún no ha sido debatido en las comisiones del Congreso. Una ley de 2006 había suspendido los desalojos contra indígenas, aunque el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen denuncia que continúan, como lo demostró el caso de los qom de la provincia de Formosa en 2010.
Diversas organizaciones campesinas se movilizaron ayer desde distintos puntos de Guatemala hasta la capital de este país para advertir a los citadinos que el avance de los agronegocios, en detrimento de la agricultura familiar, derivara en una “hambruna generalizada”. Reclamaron al Gobierno de Otto Pérez Molina la aprobación de una ley de desarrollo rural integral, la nacionalización de la energía eléctrica porque consideran que su privatización (de la que participaron Endesa e Iberdrola) ha encarecido las tarifas, el cese de los desalojos y el castigo al uso indebido de herbicidas y a la contaminación ambiental de las mineras. Denunciaron que en el sur de Guatemala el 87% de los trabajadores rurales recibe un salario inferior al legal. También que en todo el país el 65% de las tierras cultivables está en manos del 2% de los terratenientes.
En Tegucigalpa, los campesinos hondureños también protestaron por los desalojos. En los últimos dos años, en el departamento (provincia) de Colón (en el Caribe hondureño), unas 55 personas murieron en el conflicto entre labradores y latifundistas, según el estatal Comisionado de los Derechos Humanos. Unos 15.000 labriegos, incluidas mujeres y niños, han ocupado unas 12.000 hectáreas consideradas ociosas en todo Honduras y le piden al Gobierno de Porfirio Lobo que les entregue los títulos de propiedad.
En un teatro de Caracas se congregaron el pasado lunes miembros del Consejo Patriótico del Sector de Campesinos y Pescadores para apoyar la relección del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, autor de la reforma agraria que está en marcha en ese país. De todos modos, los campesinos manifestaron su inquietud por el apoyo a la ley de tierras vigente, la necesidad de incrementar la producción, la protección de sus propiedades y la protesta contra la tercerización de la actividad agrícola.
En Ecuador, el Gobierno de Rafael Correa también ha puesto en marcha una reforma agraria, pero ha reconocido que lleva atraso en su aplicación. Los campesinos piden mejores sistemas de riego, semillas certificadas y capacitación.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, tiene su reforma agraria, pero tampoco puede evitar las protestas de campesinos como él. Por estos días indígenas bloquean las carreteras que conducen a Chile y Argentina. Unos guaraníes se quejan de la contaminación del río Pilcomayo, que separa a Bolivia de Argentina, y quieren los títulos de propiedad de los terrenos que habitan. Otros aymaras quieren que se asfalte un camino y por eso interrumpen una vía que comunica con Chile. Camiones están varados a la vera de las carreteras donde se han montado los piquetes.
En Brasil comenzaron a recordar la matanza de 1996 el lunes cuando integrantes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) ocuparon el Ministerio de Desarrollo Agrario en Brasilia, otras sedes de organismos públicos en Río de Janeiro y Cuiabá (capital del estado de Mato Grosso) y más de 30 fincas en todo el país. Ayer, protestaron en la Cámara de Diputados en la capital brasileña para que se acelere la reforma agraria. Además, en Eldorado dos Carajás los jóvenes del MST organizaron un campamento en el que debatieron sobre la educación en el campo, la ecología en la agricultura, los herbicidas, la violencia contra los campesinos y la lucha de las mujeres agricultoras. En más de diez estados los miembros del Levante Popular de la Juventud, organización que agrupa a movimientos juveniles de Brasil, recordaron la masacre y exigieron la reforma agraria al Gobierno de Dilma Rousseff.
En Argentina, además de la manifestación de Buenos Aires, también hubo actos en 12 provincias. El Movimiento Campesino de Liberación (MCL) advirtió de que empresas españolas, surcoreanas y estadounidenses están comprando tierras ocupadas por trabajadores rurales e identificó conflictos territoriales en 20 de las 23 provincias argentinas. Algunos diputados que responden al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner acompañan su preocupación, pero aún falta que la mayoría de ellos la aborde en el Congreso. Mientras tanto, falta reglamentar la ley que restringe la extranjerización de la tierra.
Paraguay también tendrá su marcha entre hoy y mañana. Campesinos de todo el país irán a Asunción para pedirle al Gobierno de Fernando Lugo que ponga en marcha una reforma agraria y cree un seguro agrícola ante las contingencias climáticas. Las sequías, las inundaciones y las tormentas más radicales que acarrea el cambio climático se han convertido en un flagelo para los agricultores de toda Latinoamérica. La Marcha Nacional del Campesinado Pobre en Paraguay también pedirá asistencia técnica, tecnología, créditos ventajosos y precios garantizados para sus cultivos.
En Chile se organizó ayer el seminario Semillas Campesinas en Solidaridad, con representantes de todo el país, en Quillón, una comuna de la región del Bío Bío (sur chileno) que sufrió los graves incendios forestales del último verano austral. Los visitantes llevaron sus semillas para compartirlas con los agricultores afectados del Bío Bío. Además se quejaron de que los monocultivos desplacen a sus producciones y adjudicaron el fuego en el sur de Chile a que las plantaciones de pinos y eucaliptus son muy combustibles. Recordaron que esos incendios han destruido la producción, la biodiversidad y las viviendas de los labriegos.
La organización mundial Vía Campesina, que participó de las protestas en diversos países latinoamericanos, planteó este año en el día de la lucha de los agricultores pequeños que se emprendan reformas agrarias, se refuerce la agricultura familiar y la soberanía alimentaria y se evite que países y empresas concentren tierras para plantar monocultivos y producir biocombustibles. Vía Campesina quiso concentrar esta vez su lamento en este último aspecto porque considera que se devasta el medio ambiente y se provoca el hambre de las familias campesinas, que son desalojadas en medio de violaciones a los derechos humanos.
Del otro lado están los entusiastas de los agronegocios, los que argumentan que las grandes explotaciones de cultivos transgénicos servirán para alimentar a una población mundial que se elevará de los 7 millones de habitantes actuales a 9 millones en 2050, según la ONU. Un reciente estudio de la consultora norteamericana Bain & Company anticipa que la producción agrícola de Sudamérica se triplicará de aquí a 2050 y supondrá casi un tercio de la mundial gracias a las nuevas tecnologías agrícolas. Así esta región se convertiría en el principal proveedor de materias primas para la alimentación en el mundo.
Bain & Company considera que en particular Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) cuenta con un potencial aún inexplorado, a diferencia de otros países del mundo como EE UU, Canadá o India. El análisis concluye que Brasil es el más con más posibilidades de elevar su producción porque, según la consultora, existen más de 70 millones de hectáreas disponibles para cultivar. Claro que ese avance de la frontera agrícola suele venir acompañado de conflictos con pequeños agricultores que habitan tierras antes menospreciadas por los grandes terratenientes. La consultora destaca el papel de la estatal Empresa Brasileña de Pesquisa Agropecuaria (EMBRAPA) en el desarrollo de semillas en su país. Después de Brasil figura Argentina como país con mayor potencial agrícola en Sudamérica.
A diferencia de lo que aprecian los campesinos pobres de Latinoamérica, Bain & Company opina que desde 1980 ha mejorado la calidad de las tierras cultivables de Sudamérica. Valora también la variedad de producción: vinos en Argentina y Chile, leche en Uruguay, maíz, frutas y soja en zonas subtropicales. La disputa está servida.
Hay 4 Comentarios
Diego: ayer no había encontrado información sobre Colombia. Gracias por aportar la noticia. Sabía que allí había conflictos, por supuesto, pero conocía datos sobre movilizaciones en particular. Si tienes más precisiones, te agradeceré.
Publicado por: Alejandro Rebossio | 19/04/2012 1:55:01
¿Y por qué no menciona a Colombia donde la lucha por la tierra a dejado tantos y tantos muertos? Y los campesinos estan en movilización hoy en día.
Publicado por: Diego Snachez | 18/04/2012 23:22:02
Y en Europa es tiempo ya del lvantamiento de los trabajadores contra el capital.
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Publicado por: Marat | 18/04/2012 11:23:38
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Publicado por: asd1975 | 18/04/2012 6:54:04