La imposibilidad de Grecia de forma un gobierno y la creciente probabilidad de que se salga de la Eurozona, sumada a la nacionalización de Bankia en España y la derrota electoral de los democristianos de Angela Merkel en el estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, ha empeorado el clima financiera mundial. Como siempre en estos casos, los inversores han huido de las apuestas riesgosas, como los mercados emergentes, y se han refugiado en el dólar. Y cuando sube la moneda estadounidense, caen las monedas latinoamericanas.
El peso mexicano quebró ayer una racha negativa de seis jornadas consecutivas de caída. Su cotización había caído el martes a su menor nivel desde enero. La moneda mexicana, a diferencia de la brasileña, se mantenía fuerte en la medida que los capitales continuaban fluyendo hacia una Latinoamérica que crece, en contraste con Europa. Sin embargo, los últimos días de incertidumbre en el Viejo Continente, con el consiguiente riesgo para toda la economía mundial, debilitaron el peso. Solo ayer la moneda se recuperó un 0,53%, hasta 13,76 por dólar bajo la influencia de buenos datos del vecino EE UU, donde la industria y el mercado de la vivienda continúan mostrando señales de crecimiento y la Reserva Federal no descarta nuevas medidas de estímulo de la economía.
En Argentina, el peso también batió esta semana niveles mínimos históricos tanto en el mercado oficial como en el paralelo o blue (azul), como se llama casi en forma de eufemismo al negro. Después de la reelección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en octubre pasado, su Gobierno decidió acabar con la salida de capitales que distinguía a Argentina de la mayoría de la región y optó por establecer que en el mercado oficial solo pudieran comprar dólares los contribuyentes con ingresos justificados en Hacienda. Eso recortó la costumbre argentina por ahorrar en la moneda norteamericana y también afectó las ventas de inmuebles, que suelen hacerse en esa divisa y en efectivo. Esos controles alimentaron el mercado paralelo y poco a poco la brecha entre la cotización del peso en ese ámbito y la del oficial comenzó a ampliarse. Después de la nacionalización del 51% de YPF se intensificó la demanda de dólares ante la desconfianza de ciertos inversores. También contribuyó a la debilidad del peso la previsión de menos exportaciones porque una sequía en varios países sudamericanos ha reducido la cosecha de soja, principal producto de exportación de Argentina. Así es que en mayo, en plena recolección de la oleaginosa, el Gobierno restringió al mínimo el cupo de dólares que cada contribuyente puede comprar. Ni el que tiene sus ingresos legales puede adquirir divisas por estos días, a no ser que vaya a hacer un trámite especial de autorización en las oficinas de Hacienda, lo que termina desalentando las operaciones.
Es así que el dólar oficial llegó a cotizar el martes a 4,46 pesos argentinos. Sube solo por las compras del Banco Central, que quiere hacerse de divisas porque con ellas paga deuda pública y porque tampoco desea que la producción pierda competitividad ante una inflación que ronda el 22,7% anual, según las estadísticas provinciales. Mientras tanto, el dólar paralelo llegaba a 5,60 pesos, es decir, casi un 25% más caro que el oficial. Sucede que lo demandan aquellos inversores que no conseguían autorización de Hacienda para hacerse con divisas. Cuanto más se agranda la brecha entre un mercado y otro, mayor el riesgo de devaluación, dicen los economistas. A su vez, existe una tercera cotización del dólar, la del llamado contado con liqui o contado con liquidación, que consiste en comprar acciones o bonos argentinos en dólares que se puedan vender en el extranjero. Es así que el operador se hace de divisas en una cuenta en el exterior. A diferencia del mercado blue, se trata de una operación legal y por eso cuesta más dinero. El martes el dólar del contado con liqui llegó a cotizar a 5,88 pesos.
Preocupado por desactivar el mercado paralelo, el Gobierno argentino anunció el martes que había encontrado a 12.000 contribuyentes que habían comprado dólares por derecha, pero que no los habían declarado en el impuesto de bienes personales, que grava el patrimonio. Se sospecha que estas personas adquirían los dólares baratos del mercado oficial y los vendían caros en el negro, con una rentabilidad fabulosa de hasta el 25% en un solo día. El anuncio desalentó ayer el mercado blue, donde el dólar cayó a 5,50 pesos, mientras en el oficial seguía subiendo a 4,47. Altas fuentes de Hacienda comentan que preparan más medidas para obstruir las operaciones en las llamadas cuevas (casas de cambio clandestinas, que operan en general en apartamentos), aunque descartaron de forma absoluta que vayan a controlar las cajas de seguridad de los bancos, donde ahorradores honestos, defraudadores y operadores del circuito ilegal de cambio acumulan sus divisas. Unos 700.000 argentinos tienen cajas fuertes en las entidades financieras y hay listas de espera para conseguir una. Los usuarios pagan por tener una de esas cajas en las que los dólares no rinden nada, pero están lejos del control del fisco y del riesgo de una pesificación como ocurrió con los depósitos a plazo y las cuentas bancarias en la crisis argentina de 2002. De todos modos, en Hacienda aclaran que las compras de dólares para ahorro o inversión suponen solo el 11% del mercado argentino de cambio, que se mueve sobre todo por el comercio exterior y los giros de empresas al extranjero en concepto de beneficios y regalías de marcas.
Al igual que México, Colombia se distinguía hasta hace poco de Brasil porque dejaba apreciar su moneda en los últimos meses. Pero la incertidumbre griega perjudicó al peso colombiano, que ayer cerró a 1.793 unidades por dólar, el menor nivel en cinco semanas. Y pensar que a principios de mayo esta moneda sudamericana batía su máximo en diez meses por el fuerte ingreso de capitales, incluida la inversión extranjera directa.
El peso chileno marcó ayer su menor nivel desde enero pasado, al cotizar a 501 unidades por dólar. Chile se vio afectado por la caída de la cotización del cobre, su principal exportación, no solo ante la crisis de la Eurozona sino sobre todo por su efecto en una desaceleración mayor de la economía de China, cuya demanda resulta clave para los precios de los minerales.
Ese mismo factor también daña a Perú. El sol cayó ayer a 2,67 unidades por dólar, con lo que acumula una leve depreciación del 0,85% en lo que va de 2012. Hasta principios de mayo se había apreciado tanto que el dólar alcanzaba los 2,63 soles, el mayor nivel de la moneda peruana en casi 15 años. Pero el mundo parece haber cambiado. Al menos por ahora en la volátil plaza de las monedas.
Hay 3 Comentarios
Creo que no hay mucho que hacer, dado que el Euro cada día va peor y Grecia no sabe que hacer, una cosa se puede asegurar...sin el Euro Grecia muere esta claro.
Publicado por: hostal tarifa | 30/05/2012 14:48:27
¿Y Ecuador? Por suerte para nuestros bolsillos, pero para vergüenza de nuestra soberanía estamos dolarizados.
Primero fuimos los ecuatorianos, pero como siempre hemos sido pobres, ni a la prensa ni a nadie le importó que los políticos y los banqueros orquestaran el feriado bancario y el congelamiento de depósitos. Sí, el corralito ecuatoriano se gestó dos años antes que el corralito argentino, y la única salidad que tuvimos fue la dolarización.
Aquí una radiografía, imperdible, de la crisis!
Saludos desde Ecuador, Alejandro.
http://www.youtube.com/watch?v=3zTuD9rLDIg
http://www.youtube.com/watch?v=C0FgTzpSwYY&feature=relmfu
Publicado por: Isahun | 18/05/2012 2:30:25
STOP HOMOFOBIA Y MACHISMO…
STOP DISCRIMINACIONES HISTÓRICAS…
http://www.junglerias.com/
Publicado por: JUNGLERX | 17/05/2012 16:22:29