El futuro presidente de Francia, el socialista François Hollande, ha prometido en la campaña electoral que subiría el tipo máximo del impuesto a la renta a las personas físicas (IRPF) hasta el 75%, un nivel similar al que regía en ciertos países desarrollados en los 80. Hollande quiere quebrar así una tendencia mundial, que también incluyó a Latinoamérica, de rebajar los tipos máximos de este tributo de los últimos 30 años en una contienda de países por mostrarse más atractivos para los empresarios. Hace poco tiempo me tocó entrevistar al ministro de Hacienda de Colombia, Juan Carlos Echeverry, que justificaba que el Gobierno de Juan Manuel Santos bajará el tipo máximo del 33% a una cifra aún no especificada porque “está en el tope superior si se la compara con Europa o EE UU, y todo el mundo se mueve hacia abajo”. Pero no todos sus colegas opinan que los tipos máximos del IRPF sean altos en Latinoamérica.