Latinoamérica logró en la década pasada algo histórico: expandir su economía y reducir la pobreza y la desigualdad al mismo tiempo. Sin embargo, esta conquista no resulta suficiente para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que este semana celebra su periodo de sesiones en San Salvador y que el lunes la ha comenzado difundiendo un documento llamado Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo. En él, este organismo de la ONU de pensamiento económico heterodoxo rehúye de la complacencia por el crecimiento de los últimos años, que ha venido acompañado de altos precios de las materias primas, y propone la diversificación de las economías mediante la aplicación de “políticas industriales activas en combinación con políticas macroeconómicas, sociales y laborales”.