El 16% de los jóvenes latinoamericanos no estudia ni trabaja

Por: | 23 de septiembre de 2012

El problema de los jóvenes que no estudian ni trabajan no es exclusivo de España. Es cierto que allí el drama de los ni ni afecta al 23,7% de los de 15 a 29 años. Pero en Latinoamérica el hecho de que afecte al 16% no implica que la cuestión deba desatenderse, según advirtieron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, según sus siglas en inglés) en un reciente informe conjunto en el que reclamaban que los gobiernos invirtieran de manera urgente en la juventud. Además, si se toma la franja etaria de los 15 a los 24 años, el porcentaje de excluidos del sistema educativo y del mercado laboral alcanza a uno de cada cuatro latinoamericanos, según la administradora asociada del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Rebeca Grynspan.

  

Muchos jóvenes abandonan la escuela porque no encuentran en el estudio algo que los motive ni les interese. Tampoco consideran que el título de la educación secundaria les vaya a suponerles futuro un mejor empleo. Más que en el porvenir, los adolescentes pobres, al igual que sus familias, apenas pueden ocuparse del presente. Más de uno debe trabajar para mantenerse, aunque no siempre se consigue empleo. A su vez, el embarazo adolescente aleja del sistema educativo a muchas jóvenes. Una de cada diez latinoamericanas de 15 a 19 años ha tenido hijos, pero la proporción es mayor (14,8%) en el caso del 20% más pobre de la población de esas edades. A su vez, ha sido madre el 21% de las de 20 a 24 años, aunque la cifra alcanza el 35,4% entre las de menores recursos económicos.

Solo el 53% de los varones latinoamericanos de 20 a 24 años ha terminado la escuela secundaria. En el caso de las mujeres, el 59%. Pero incluso los pobres que acaban el nivel medio tienen dificultades para insertarse en el mercado laboral, dada la desigualdad en las exigencias de las escuelas de los barrios en los que se han educado. “La educación tiende a reproducir las desigualdades socioeconómicas de los hogares de origen, lo que a su vez reproduce e incluso profundiza las brechas que enfrentan las y los jóvenes en el acceso al mercado laboral”, opinan la CEPAL y el UNFPA. De todos modos, cuanta mayor cantidad de años de escolarización, mayores las posibilidades de conseguir un empleo, y uno que sea de nómina más elevada. Un año más de colegio secundario en la vida de un joven representará un salario 15% superior. Un año más de primario, solo 5% más.

Los ni ni no son unos vagos sino los excluidos del sistema. “Las consecuencias de la perpetuación de esta doble exclusión son muy graves: por una parte, ésta constituye una conculcación explícita de los derechos a la educación y al trabajo de las y los jóvenes; por la otra, coarta directamente las oportunidades de la región para romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza y aprovechar, en plenitud, las oportunidades del bono demográfico”, es decir, la oportunidad de que la región crezca más porque cuenta con más trabajadores  y menos niños y ancianos dependientes económicamente, como está sucediendo en la actualidad, según la CEPAL y el UNFPA. Entre los ni ni figuran un 22% de las jóvenes de 15 a 29 años que se dedican en forma exclusiva a las tareas domésticas. También están incluidos los que sufren alguna discapacidad.

Los ni ni también pueden convertirse en carne de cañón para el crimen. La sociedad debe hacerse responsable de ellos y no sorprenderse cuando después aparece la delincuencia juvenil. Algo de esto se puede escuchar en esta entrevista de Radio Continental, de Argentina, con el coordinador del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo, Alberto Morlachetti. En la última reunión plenaria del Círculo de Montevideo, que este año se celebró en la ciudad de México, Grynspan, del PNUD, opinó que existe una correlación “entre conflictividad social y violencia con el nivel de desigualdad” en los países latinoamericanos, y no con la pobreza. “No me malinterpreten porque sé que el crimen organizado y el narcotráfico son un fenómeno que tiene una dinámica y origen propio, pero sin duda se nutren de una oferta de mano de obra de la juventud excluida”, añadió Grynspan.

Como siempre decimos en este blog, y como siempre repiten algunos de sus lectores, Latinoamérica no es un solo país y cada uno de sus miembros presenta realidades muy disímiles. Por eso, para terminar, repasemos hasta qué grado alcanza el problema de los ni ni en cada país.

 

Donde menos hay es en Bolivia, Brasil y Ecuador, donde el porcentaje de jóvenes de 15 a 19 años que no estudian ni trabajan oscila entre el 5 y el 10%. Entre el 11 y el 15% figuran Paraguay, Panamá, Uruguay, República Dominicana, Argentina, Costa Rica, Venezuela, Chile y Colombia. Entre el 16% y el 20% aparecen México, El Salvador, Perú, Guatemala y Nicaragua. Donde los guarismos van desde el 21% al 25% es en Honduras, el país donde la situación resulta más grave.

Si se toman los jóvenes de 20 a 24 años, el porcentaje de ni ni oscila entre el 25% y el 30% en Guatemala y Honduras. Entre el 20% y el 25% están Nicaragua, El Salvador, México y Venezuela. Entre el 15% y el 19%, Perú, Colombia, Chile, Argentina, República Dominicana, Panamá y Paraguay. Y entre el 10% y el 14%, Costa Rica, Uruguay, Ecuador, Brasil y Bolivia.

Por último, entre los que tienen 25 a 29 años, los que no estudian ni trabajan van del 25% al 30% en Honduras, Nicaragua, Guatemala y México. Entre el 20 y el 24%, en Perú, El Salvador y Venezuela. Entre el 15% y el 19%, en Colombia, Chile, Costa Rica, Argentina, República Dominicana, Panamá, Paraguay y Ecuador. En cambio, va del 10% al 14% en Bolivia, Brasil y Uruguay.

Es evidente que los países con menor cantidad de ni ni no son necesariamente los más ricos de la región sino los que ofrecen menores tasas de paro juvenil (sociedades de renta per cápita inferior pueden tenerlas más bajas, como sucede en Bolivia), mayores grados de escolarización o una combinación de ambos factores. En cambio, los sitios donde más se presenta este problema de los ni ni son aquellos donde coexisten fallas en los sistemas educativo y laboral.

Hay 7 Comentarios

Sí, es un serio problema social y NO se trata de aplicar sólo mayores recursos al sector educativo, como mencionas. Hace falta motivarse para ser alguién en el futuro. Eso no lo enseña nadie, La vida LOCA esa canción que muchos cantan hace que muchos jovenes en el mundo naden sin rumbo. Pienso.....

Sí, es un serio problema social y NO se trata de aplicar sólo mayores recursos al sector educativo, como mencionas. Hace falta motivarse para ser alguién en el futuro. Eso no lo enseña nadie, La vida LOCA esa canción que muchos cantan hace que muchos jovenes en el mundo naden sin rumbo. Pienso.....

El informe de CEPAL ni incluye a Cuba. No sé por qué. Pero les dejo otro comentario. El investigador social Nicolás Dallorso, de la Universidad de Buenos Aires, me comentó: "Si entre los "ni ni" figuran los que se dedican en forma exclusiva a las tareas domésticas... entonces ¿trabajan o el trabajo doméstico de las mujeres pobres no cuenta?". Yo le respondí con una intuición: "Creo que las incluyen en ese universo en el sentido de que las tareas domésticas les impiden salir a trabajar y generar más recursos para su hogar, con lo que se acrecienta su pobreza. Seguramente detrás estará el debate sobre la necesidad de retrasar la edad de la maternidad y la necesidad de guarderías para que las mujeres pobres también puedan salir a trabajar. Pero son suposiciones mías. No creo que un organismo como CEPAL menosprecie el trabajo doméstico". Y después reproduje los comentarios de CEPAL al respecto: "En el grupo de jóvenes que se encuentran en
esta situación (ni ni) se incluyen quienes realizan labores domésticas no remuneradas o bien viven
con alguna discapacidad, así como quienes no realizan ninguna tarea determinada. Sin
embargo, constituyen un grupo de tamaño considerable y que demanda atención en
función de la gran vulnerabilidad a la que potencialmente están expuestos. Este grupo,
denominado como “la generación nini” por su marginación dual del sistema educativo y del
mercado del trabajo, da cuenta de una dinámica de tipo estructural de exclusión social que se ha
vuelto sostenida en el tiempo. Llama en particular la atención la significativa diferencia que se observa entre quienes realizan quehaceres domésticos, segmento en el cual las mujeres jóvenes se encuentran representadas en exceso: el 22% de las jóvenes de entre 15 y 29 años se dedican exclusivamente a este tipo de labores, frente al 1,4% entre los jóvenes de esta edad. Por grupos de edad, en el grupo de 15 a 19 años, plena edad de inserción educativa, el 15% de las jóvenes se dedican a las labores domésticas, porcentaje que aumenta al 27% entre quienes tienen de 25 a 29 años. Estos datos ilustran la desigual inserción laboral de hombres y mujeres en América Latina".

OJO con la CEPAL que no es un interlocutor valido, necesita estar en paz con los gobiernos antes de con al verdad. LA tasa de NINIS en AL , es muy superior al 16%, al menos 3 de cada 10 y en los estratos mas pobres, es decir el 25% de la poblacion , es de 7 a 10.

Ojo con las estadisticas

¿qué se puede esperar después de una década de dictaduras fondomonetaristas (los ´70), de una década de democracias ahogadas por la exigencia brutal del pago de la deuda (´80), .de una década de neoliberalismo salvaje q se asumía como neoliberalismo salvaje (´90) y de esta década, en q el neoliberalismo salvaje se autodenomina "progresismo" y descansa en el alza de las materias primas?.

al principio del articulo comparas a latinoamerica como un todo, (16%), con españa; (23,7%), o sea, que esta comparando 577 millones de habitantes latinoamericanos contra 45 millones en españa.....

Y qué pasa con Cuba?No está en América Latina??????Se puede saber por qué no está incluída?

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Sobre el blog

Novedades, tendencias y debates sobre el devenir de la economía y el desarrollo de Latinoamérica y los latinoamericanos.

Sobre el autor

Alejandro Rebossio es periodista. Su especialidad es la economía y trabaja en la corresponsalía de El País en Buenos Aires. Coautor del libro Estoy verde. Dólar, una pasión argentina (Aguilar) y Vaca Muerta (Planeta) junto con Alejandro Bercovich.

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